ONLY THE RIVER FLOWS. China, 2023. Un film de Wei Shujun. 101 minutos
Como una muestra del género de cine negro Only the River Flows cumple satisfactoriamente su propósito. Dirigido por Wei Shujun, el guión que preparó conjuntamente con Chunlei Kang basado en una novela de Yu Hua centra su atención en la búsqueda de un criminal en serie.
La historia está ambientada en la década del 90 en la pequeña ciudad china de Banpo y comienza cuando se descubre el cadáver de una anciana que yace al borde del río. Solo se sabe que al haber quedado viuda esta mujer albergó en su hogar a un individuo errático conocido como “el loco”. En consecuencia, el detective inspector Ma Zhe (Zhu Yilong) es designado para que junto con un equipo especializado puedan detectar y arrestar a la persona asesina. Para realizar su tarea el jefe de policía (Hou Tianlai) le asigna como oficina la cabina de proyección de un abandonado cine local.
Ma Zhe procede a encarar empeñosamente su trabajo, valiéndose de fotografías y registros de audio a fin de poder obtener evidencias de ciertas personas que pudieron directa e indirectamente haber mantenido contacto con el criminal. En este crucigrama van surgiendo algunos sospechosos que pronto son liberados al no existir evidencia concreta o prueba de culpabilidad.
Paralelamente a su desvelo, el grupo de policías que lo secunda adopta una actitud más frívola, jugando al ping pong, aunque eso no interfiere el proceso investigativo.
A medida que el panorama se ensombrece con la aparición de nuevos crímenes, la actitud obsesiva del detective se intensifica. A todo ello su trabajo se entremezcla con su vida personal en la medida que su querida esposa (Chloe Maayan) que se halla embarazada se impone que el bebé que se está gestando podría sufrir de una discapacitación mental; ese diagnóstico produce fricciones en la pareja en donde su mujer está determinada a proseguir su embarazo en tanto que él preferiría recurrir al aborto.
A medida que avanza el trabajo detectivesco de Ma Zhe, la desorientación de este aguerrido profesional lo conduce hacia un camino cada vez más alejado de la realidad y ese aspecto es lo que contribuye a que esta historia no responda a los cánones de un clásico thriller para saber quién es el homicida, conduciendo a un desenlace que se presta a diferentes lecturas.
Además de la lograda puesta escénica surrealista del director, el film se valoriza por una buena descripción de la comunidad rural en donde se van revelando ciertos secretos que contribuyen a resaltar su intriga; asimismo resulta interesante comprobar el estilo de vida de una pequeña aldea provincial de la época en que el país vivía bajo una fuerte represión, tal como se manifestó en 1989 en la protesta estudiantil de la plaza de Tiananmén.
Entre otros valores positivos del film se destaca su homogéneo elenco encabezado magníficamente por Yilong como el obsesivo sabueso. La valiosa fotografía en 16 milímetros de Chengma Zhiyuan se asocia con la melancolía que en muchas instancias destila el relato teniendo como fondo musical el Adagio de la hermosa sonata Claro de Luna de Beethoven.
Sin lograr el excepcional nivel de otros filmes del género como lo fueron entre otros títulos Cercle Rouge (1970) de Jean-Pierre Melville, Chinatown (1974) de Roman Polanski así como Memories of Murder (2003) de Bong Joon Ho, Only the River Flows, es una sobria y bien construida cautivane película. Jorge Gutman