La Vuel­ta al Hogar

CLO­SE TO YOU. Cana­dá-Gran Bre­ta­ña, 2023. Un film de Domi­nic Sava­ge. 98 minutos

Uno de los aspec­tos que carac­te­ri­za a Clo­se to You es que ‑según se infor­ma en el mate­rial de pren­sa- el rea­li­za­dor Domi­nic Sava­ge ha tra­ba­ja­do inten­sa­men­te con Elliot Page quien lo pro­ta­go­ni­za y que a su vez el film fue crea­do para él. El resul­ta­do es por lo tan­to emi­nen­te­men­te per­so­nal en la medi­da que tan­to en la vida real como en la fic­ción el per­so­na­je pro­ta­gó­ni­co inter­pre­ta­do por Page es un hom­bre transexual.

Elliot Page

En su comien­zo se obser­va a Sam (Page) en su depar­ta­men­to de Toron­to quien deno­ta intran­qui­li­dad por tener que asis­tir al cum­plea­ños de su padre Jim (Peter Outer­brid­ge) quien jun­to con su fami­lia habi­ta en Cobourg, una peque­ña ciu­dad ubi­ca­da en la pro­xi­mi­dad del Lago Onta­rio. Él no ha esta­do con los suyos des­de hace 4 años en que reali­zó su tran­si­ción y es por esa razón que su esta­do incon­for­ta­ble radi­ca en la sen­sa­ción de que su pasa­do no sea vis­to por su fami­lia con bue­nos ojos.

En el via­je en tren que lo con­du­ce a des­tino se encuen­tra con Kathe­ri­ne (Hillary Baack), una joven mujer casa­da y con hijos que resi­de en Cobourg, quien ha sido una com­pa­ñe­ra y gran ami­ga de Sam duran­te los años de estu­dio secun­da­rio; la bre­ve y tri­vial con­ver­sa­ción refle­ja aspec­tos del pasa­do don­de todo hace supo­ner que exis­tió entre ambos una román­ti­ca atracción.

Una vez que arri­ba al hogar de su fami­lia, es reci­bi­do con afa­bi­li­dad por Jim, su madre Miriam (Wendy Crew­son) como asi­mis­mo por sus dos her­ma­nas Kate (Janet Por­ter) y Megan (Alex Pax­ton-Bees­ley) y su her­mano Michael (Daniel Mas­lany). Eso no obs­ta para que su padre sien­ta cier­to res­que­mor por su nue­va iden­ti­dad gené­ri­ca y que su madre recuer­de cuan­do era su que­ri­da niña, lo que moti­va a que Sam per­ci­ba una ambi­güe­dad en el pro­ce­so de recon­ci­lia­ción con su fami­lia; su incer­ti­dum­bre se con­fir­ma en una esce­na de evi­den­te ten­sión al gene­rar­se una alte­ra­da dis­cu­sión con su cuña­do Paul (David Reale) en don­de se pone en duda si es feliz con su cam­bio de sexo. En su expe­rien­cia no muy gra­ti­fi­can­te de esa esta­día fami­liar Sam encuen­tra solaz en los encuen­tros que man­tie­ne con Katherine.

De mane­ra glo­bal, la pelí­cu­la tra­ta de cap­tar el esta­do emo­cio­nal de su pro­ta­go­nis­ta en el que la acep­ta­ción de su tran­se­xua­li­dad resul­ta de vital impor­tan­cia; pero el guión de Sava­ge y Page, que en cier­tas ins­tan­cias se vuel­ve repe­ti­ti­vo, se dilu­ye evi­tan­do que el film adquie­ra la sufi­cien­te enver­ga­du­ra dra­má­ti­ca; en par­te, eso se acen­túa en la medi­da que el inten­to de revi­vir los sen­ti­mien­tos laten­tes que bullen entre Sam y Kathe­ri­ne no cohe­sio­na con la his­to­ria cen­tral del film.

Lo que más tras­cien­de de este lacó­ni­co dra­ma es la sóli­da inter­pre­ta­ción de Page; des­pués de más de dos déca­das de remar­ca­ble actua­ción, aquí vuel­ve a reafir­mar su talen­to brin­dan­do nota­ble auten­ti­ci­dad a su vul­ne­ra­ble y entris­te­ci­do per­so­na­je, a pesar de que el des­igual guión no per­mi­te pro­fun­di­zar con más vita­li­dad la rela­ción man­te­ni­da con su núcleo fami­liar. Con todo, su abier­to final deja infe­rir que la vida para Sam retor­nan­do a Toron­to segui­rá su cur­so nor­mal, mere­cien­do el debi­do res­pe­to, más allá de que su con­di­ción gené­ri­ca pue­da o no ser com­pren­di­da por los suyos. Jor­ge Gutman