DAUGHTERS. Estados Unidos, 2024. Un film de Natala Rae y Angela Patton. 102 minutos. Disponible en Netflix
Habiendo sido galardonado en el festival de Sundance de este año, ahora llega a conocimiento del público ‑mediante Netflix- Daughters, un sensible y emotivo documental que con remarcable sobriedad exponen las realizadoras Natalie Rae y Angela Patton.
La película se centra en un programa carcelario denominado “Date with Dad” (Cita con Papá) que fue originado en Richmond, Virginia, en donde los presidiarios pueden recibir las visitas de sus hijas de menor edad y en tales encuentros tienen la oportunidad de abrazarse, comer juntos, bailar y sobre todo conectarse humanamente.
Las directoras ubican la acción en un centro penitenciario de Washington D.C. en 2019 donde 4 presidiarios, Keith, Mark, Frank y Alonzo se han inscripto en ese programa para que sus respectivas hijas Aubrey de 5, Santana de 10, Ja’Ana de11 y Raziah de 15 años puedan visitarlos. El programa requiere que previamente, durante un lapso de 10 semanas, los prisioneros se sometan a un curso preparatorio dirigidos por el entrenador Chad Morris. Durante el transcurso de esas reuniones que adquieren el carácter de una terapia grupal, cada participante va expresando sus inquietudes, zonas erróneas, faltas cometidas, arrepentimientos y sobre todo las expectativas de poder estrechar prontamente a sus hijitas.
Paralelamente el documental enfoca a las menores que han crecido alejadas de la figura paternal y cómo cada una de ellas ha experimentado dicha ausencia. Así, el film resalta la gran pena sufrida por la pequeña Aubrey cuando relata cuánto extraña a su padre, quien había sido arrestado en mitad de la noche en momentos en que ella dormía sin saber que ya no estaría presente en su hogar.
El documental alcanza su climax cuando las chicas se dirigen a la prisión siendo recibidas por los padres que dejando de lado la vestimenta reglamentaria se encuentran ataviados de traje y corbata apropiada para celebrar una fiesta en donde se la ve a Santana bailando con su padre. La nota más emotiva la vuelve a brindar Aubrey cuando sabe que a su padre Keith le restan aún 7 años de prisión y que ella tendrá 12 años para poder gozar permanentemente con su presencia.
Con sumo esmero y ponderable honestidad las documentalistas logran transmitir las emociones suscitadas en los encuentros citados permitiendo que el espectador empatice plenamente con lo que la película expone, sin importarle saber cuáles han sido los motivos por los que los presos han sido condenados. Lo que gravita en este conmovedor drama es el de resaltar el objetivo fundamental de este noble programa tratando de que los sentenciados refuercen su paternidad mediante un sólido lazo de amor con sus hijas para evitar que cuando la pena haya sido cumplida vuelvan a incurrir en nuevos delitos.
En los créditos finales se informa que en este programa que ya lleva 12 años funcionando, el 95% de los reclusos que se adhirieron al mismo nunca volvieron a ser encarcelados.
En esencia, Daughters es un elocuente documental enriquecedor del espíritu que cautiva por su profunda humanidad y que en consecuencia amerita su visión sin reserva alguna. Jorge Gutman