Renom­bra­do Cuarteto

CALI­DO­RE STRING QUAR­TET  

En el pri­mer pro­gra­ma de la tem­po­ra­da 2024 – 2025 Ladies Mor­ning Musi­cal Club (LMMC) reci­bi­rá por cuar­ta vez al renom­bra­do Cuar­te­to de Cuer­das Cali­do­re.

Inte­gra­do por Jef­frey Myers (vio­lín), Ryan Meehan (vio­lín), Jeremy Berry (vio­la) y Este­lle Choi (vio­lon­che­lo), este con­jun­to dedi­ca­do a la músi­ca de cáma­ra se dis­tin­gue por su nota­ble bri­llan­tez, refi­na­mien­to y pal­pa­ble ener­gía. El Cuar­te­to for­ma­do en 2010 en el Con­ser­va­to­rio de Músi­ca Col­burn de Los Ánge­les, aho­ra esta­ble­ci­do en Manhat­tan, ha teni­do la opor­tu­ni­dad de par­ti­ci­par en fes­ti­va­les de remar­ca­ble enver­ga­du­ra tales como los de Ver­bier, Ravi­nia, BBC Proms, Mostly Mozart, así como en la serie de con­cier­tos Sch­nei­der de New York.

(Foto Sara­so­ta Magazine)

Lau­rea­do en nume­ro­sos con­cur­sos de pres­ti­gio, el más des­ta­ca­do ha sido el Gran Pre­mio obte­ni­do en 2016 en la com­pe­ten­cia de Músi­ca de Cáma­ra Inter­na­cio­nal en Ann Arbor, Michi­gan. El con­jun­to se ha pre­sen­ta­do en los más impor­tan­tes esce­na­rios de Euro­pa, Nor­te­amé­ri­ca y Asia (Car­ne­gie Hall, Wig­mo­re Hall, Ken­nedy Cen­tre, Kon­zerthaus de Ber­lín, Phi­lar­mó­ni­ca de Colo­nia, Kum­bo Art Hall de Seúl). Ade­más de inte­grar su reper­to­rio con obras canó­ni­cas de auto­res euro­peos (Men­dels­sohn, Haydn, Bar­tok, Mozart, Tchai­kovsky), esta agru­pa­ción tam­bién eje­cu­ta músi­ca de auto­res con­tem­po­rá­neos (Han­nah Lash, Mark-Anthony Toru­na­ge, Jörg Widmann).

En lo que con­cier­ne a los regis­tros musi­ca­les, el con­jun­to ha edi­ta­do un álbum con obras de Men­dels­sohn y Haydn, así como un segun­do CD reagru­pan­do pie­zas con­me­mo­ra­ti­vas en oca­sión del cen­te­na­rio de la Pri­me­ra Gue­rra Mun­dial. Tam­bién en octu­bre de 2020 dio a cono­cer un álbum con obras de Schu­mann, Shos­ta­ko­vich y Caro­li­ne Shaw. En 2023 esta agru­pa­ción regis­tró los últi­mos cuar­te­tos de Beetho­ven reci­bien­do una gran recep­ción de la crí­ti­ca y del públi­co, en tan­to que el ciclo com­ple­to está pro­gra­ma­do para ser edi­ta­do en la pre­sen­te temporada.

El con­jun­to se encuen­tra en resi­den­cia en la Uni­ver­si­dad de Dela­wa­re así como con la Cham­ber Music Society del Lin­coln Center.

El con­cier­to del 8 de sep­tiem­bre (15h30) ten­drá lugar en el Audi­to­rio Oscar Peter­son de la Uni­ver­si­dad Con­cor­dia (cam­pus Loyo­la. El pro­gra­ma inclu­ye el Cuar­te­to en Do menor Op. 18 N° 4 de Beetho­ven, Cuar­te­to de Cuer­das N° 3 en Re mayor, Op. 34 de Korn­gold y Cuar­te­to en Mi bemol mayor Op. 27 de Beetho­ven. 

Infor­ma­ción adi­cio­nal pue­de obte­ner­se en el sitio lmmc.ca

Reme­mo­ran­do a la Gran Diva

CALLAS — PARIS, 1958

Con­me­mo­ran­do el cen­te­na­rio del naci­mien­to de Maria Callas (1923 – 1977) Tom Volf tuvo a su car­go la rea­li­za­ción del docu­men­tal Callas – París, 1958 que estre­na­do mun­dial­men­te en el Fes­ti­val de Roma de 2023, el públi­co cana­dien­se ten­drá oca­sión de apre­ciar en pocos días más.

CALLAS-PARIS, 1958

El renom­bra­do docu­men­ta­lis­ta que tam­bién fue res­pon­sa­ble del acla­ma­do docu­men­tal Maria by Callas (2017) tuvo la suer­te de des­cu­brir en Ate­nas los ori­gi­na­les rollos de pelí­cu­la en 16 mm. de la his­tó­ri­ca pre­sen­ta­ción que la inmor­tal Maria Callas efec­tuó en su debut de París. Des­pués de dos años de meticu­losa res­tau­ra­ción, Volf logró con­cre­tar este film que por pri­me­ra vez se pue­de ver en pleno color y en 4K Ultra HD la úni­ca actua­ción de Callas; es así que se tie­ne la com­ple­ta sen­sa­ción de haber esta­do el 19 de Diciem­bre de 1958 en la Ópe­ra de París con­tem­plan­do a la más gran­de can­tan­te líri­ca del siglo XX.

Con­si­de­ra­do como el más impor­tan­te even­to social del año, en esa repre­sen­ta­ción asis­tió “le tout Paris” inclu­yen­do al Pre­si­den­te de Fran­cia Coty, Jean Coc­teau, el Duque y la Duque­sa de Wind­sor, Char­lie Cha­plin y Bri­git­te Bar­dot, entre otras cele­bri­da­des. Callas se pre­sen­tó en el esce­na­rio lucien­do un ele­gan­tí­si­mo atuen­do y con joyas de altí­si­mo valor. Su actua­ción comen­zó con el famo­so aria “Cas­ta Diva” de la ópe­ra Nor­ma de Belli­ni, segui­do de la esce­na “Mise­re­re” de la ópe­ra Il Tro­va­to­re de Ver­di, para ento­nar pos­te­rior­men­te “Una voce poco fa” de Il bar­bie­re di Sivi­glia de Ros­si­ni. El momen­to cul­mi­nan­te de su actua­ción tuvo lugar en la segun­da mitad con la per­for­man­ce com­ple­ta del segun­do acto de Tos­ca. El reper­to­rio exhi­be a Callas des­lum­bran­do en su con­di­ción de can­tan­te y actriz de ópera.

En suma el docu­men­tal Callas – Paris 1958 cons­ti­tu­ye un mere­ci­do home­na­je a la inol­vi­da­ble diva y su exhi­bi­ción ten­drá lugar en selec­tas salas de Cine­plex, el 31 de agos­to y el 1 y 5 de sep­tiem­bre de 2024. 

Sin­gu­lar Come­dia Romántica

BET­WEEN THE TEM­PLES. Esta­dos Uni­dos, 2024. Un film de Nathan Sil­ver. 112 minutos.

Una come­dia sen­ti­men­tal mos­tran­do cómo dos per­so­nas de dife­ren­te edad pue­den cimen­tar un lazo afec­ti­vo que les pro­vea un nue­vo sen­ti­do a sus vidas es lo que se apre­cia en Bet­ween The Tem­ples del direc­tor Nathan Silver.

Jason Sch­war­tz­man y Carol Kane

La his­to­ria ela­bo­ra­da por el cineas­ta jun­to al guio­nis­ta Chris. Mason Wells gira en torno de una comu­ni­dad judía de New York en don­de Ben Gottlieb (Jason Sch­war­tz­man) de 40 años es un jazán de una sina­go­ga local. Debi­do a que poco tiem­po atrás ha muer­to su que­ri­da mujer en un malo­gra­do acci­den­te, eso lo ha afec­ta­do pro­fun­da­men­te, habien­do per­di­do su voz para can­tar como asi­mis­mo expe­ri­men­tan­do una cri­sis de fe, a pesar del apo­yo reci­bi­do por sus dos madres Judith (Dolly de Leon) y Mei­ra (Caro­li­ne Aaron).

Prác­ti­ca­men­te mal­tre­cho y des­ali­ña­do, estan­do una noche en un bar sale al encuen­tro de Car­la Kess­ler (Carol Kane) de apro­xi­ma­da­men­te 70 años de edad, quien fue su pro­fe­so­ra de músi­ca en la escue­la pri­ma­ria. Esta mujer lle­na de vida aho­ra desea que Ben le pre­pa­re para su Bat Mitz­vah; cuan­do tuvo 13 años no pudo con­cre­tar su pro­pó­si­to por­que sus padres judíos que habían inmi­gra­do a Esta­dos Uni­dos eran comu­nis­tas y por lo tan­to no bien­ve­ni­dos en el tem­plo; a todo ello su pos­te­rior casa­mien­to con su falle­ci­do mari­do cris­tiano hizo que se ale­ja­ra de la reli­gión judía. Si bien en un prin­ci­pio Ben se resis­te a com­pla­cer el pedi­do de Car­la, final­men­te acep­ta la proposición.

A tra­vés de la comu­ni­ca­ción enta­bla­da duran­te la pre­pa­ra­ción para dicha cere­mo­nia, sur­ge entre ambos una corrien­te amis­to­sa en la medi­da que ella asi­mi­la de él los cono­ci­mien­tos judai­cos que igno­ra­ba en tan­to que el depri­mi­do Ben se encuen­tra alen­ta­do en la tarea que rea­li­za con Car­la por­que esa expe­rien­cia le per­mi­te gra­dual­men­te recu­pe­rar su voz. Sin embar­go la estre­cha rela­ción man­te­ni­da no es bien vis­ta por el hijo de Car­la (Matthew Shear) quien con­si­de­ra que ella bien podría haber sido la madre de Ben.

La situa­ción se com­pli­ca cuan­do el afa­ble rabino (Robert Smi­gel) que man­tie­ne un muy buen víncu­lo con Ben le pre­sen­ta a su hija Gabby (Made­li­ne Weins­tein) con el pro­pó­si­to de que pue­da emer­ger un víncu­lo amo­ro­so, situa­ción a la que Ben tra­ta de elu­dir dado que es Car­la su cen­tro de atracción.

Ape­lan­do a un clá­si­co esti­lo de narra­ción, Sil­ver más que enfa­ti­zar el aspec­to reli­gio­so ape­la a resal­tar la cone­xión huma­na gene­ra­da entre dos seres que dejan­do de lado la edad que los sepa­ra tie­nen muchos aspec­tos en común lo que en últi­ma ins­tan­cia gene­ra un amor platónico.

Con todo, la pelí­cu­la no pue­de evi­tar cier­tos este­reo­ti­pos y situa­cio­nes en que tra­tan­do de enfa­ti­zar la sen­si­bi­li­dad de Ben pudie­ron haber­se evi­ta­do como la que acon­te­ce en una cena fami­liar de sha­bat que resul­ta inapro­pia­do deta­llar. De todos modos, los mejo­res momen­tos del film son los que com­par­ten Sch­war­tz­man y Kane; ambos artis­tas mara­vi­llo­sa­men­te trans­mi­ten las emo­cio­nes de dos almas soli­ta­rias que han encon­tra­do la razón para que la vida les vuel­va a sonreír.

Si algún men­sa­je deja esta his­to­ria es el que nun­ca se debe sub­es­ti­mar el poder de un sin­ce­ro y cas­to amor. Jor­ge Gutman

Sen­si­ble y Emo­ti­vo Documental

DAUGH­TERS. Esta­dos Uni­dos, 2024. Un film de Nata­la Rae y Ange­la Pat­ton. 102 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Netflix

Habien­do sido galar­do­na­do en el fes­ti­val de Sun­dan­ce de este año, aho­ra lle­ga a cono­ci­mien­to del públi­co ‑median­te Net­flix- Daugh­ters, un sen­si­ble y emo­ti­vo docu­men­tal que con remar­ca­ble sobrie­dad expo­nen las rea­li­za­do­ras Nata­lie Rae y Ange­la Patton.

Una esce­na de DAUGHTERS

La pelí­cu­la se cen­tra en un pro­gra­ma car­ce­la­rio deno­mi­na­do “Date with Dad” (Cita con Papá) que fue ori­gi­na­do en Rich­mond, Vir­gi­nia, en don­de los pre­si­dia­rios pue­den reci­bir las visi­tas de sus hijas de menor edad y en tales encuen­tros tie­nen la opor­tu­ni­dad de abra­zar­se, comer jun­tos, bai­lar y sobre todo conec­tar­se humanamente.

Las direc­to­ras ubi­can la acción en un cen­tro peni­ten­cia­rio de Washing­ton D.C. en 2019 don­de 4 pre­si­dia­rios, Keith, Mark, Frank y Alon­zo se han ins­crip­to en ese pro­gra­ma para que sus res­pec­ti­vas hijas Aubrey de 5, San­ta­na de 10, Ja’Ana de11 y Raziah de 15 años pue­dan visi­tar­los. El pro­gra­ma requie­re que pre­via­men­te, duran­te un lap­so de 10 sema­nas, los pri­sio­ne­ros se some­tan a un cur­so pre­pa­ra­to­rio diri­gi­dos por el entre­na­dor Chad Morris. Duran­te el trans­cur­so de esas reunio­nes que adquie­ren el carác­ter de una tera­pia gru­pal, cada par­ti­ci­pan­te va expre­san­do sus inquie­tu­des, zonas erró­neas, fal­tas come­ti­das, arre­pen­ti­mien­tos y sobre todo las expec­ta­ti­vas de poder estre­char pron­ta­men­te a sus hijitas.

Para­le­la­men­te el docu­men­tal enfo­ca a las meno­res que han cre­ci­do ale­ja­das de la figu­ra pater­nal y cómo cada una de ellas ha expe­ri­men­ta­do dicha ausen­cia. Así, el film resal­ta la gran pena sufri­da por la peque­ña Aubrey cuan­do rela­ta cuán­to extra­ña a su padre, quien había sido arres­ta­do en mitad de la noche en momen­tos en que ella dor­mía sin saber que ya no esta­ría pre­sen­te en su hogar.

El docu­men­tal alcan­za su cli­max cuan­do las chi­cas se diri­gen a la pri­sión sien­do reci­bi­das por los padres que dejan­do de lado la ves­ti­men­ta regla­men­ta­ria se encuen­tran ata­via­dos de tra­je y cor­ba­ta apro­pia­da para cele­brar una fies­ta en don­de se la ve a San­ta­na bai­lan­do con su padre. La nota más emo­ti­va la vuel­ve a brin­dar Aubrey cuan­do sabe que a su padre Keith le res­tan aún 7 años de pri­sión y que ella ten­drá 12 años para poder gozar per­ma­nen­te­men­te con su presencia.

Con sumo esme­ro y pon­de­ra­ble hones­ti­dad las docu­men­ta­lis­tas logran trans­mi­tir las emo­cio­nes sus­ci­ta­das en los encuen­tros cita­dos per­mi­tien­do que el espec­ta­dor empa­ti­ce ple­na­men­te con lo que la pelí­cu­la expo­ne, sin impor­tar­le saber cuá­les han sido los moti­vos por los que los pre­sos han sido con­de­na­dos. Lo que gra­vi­ta en este con­mo­ve­dor dra­ma es el de resal­tar el obje­ti­vo fun­da­men­tal de este noble pro­gra­ma tra­tan­do de que los sen­ten­cia­dos refuer­cen su pater­ni­dad median­te un sóli­do lazo de amor con sus hijas para evi­tar que cuan­do la pena haya sido cum­pli­da vuel­van a incu­rrir en nue­vos delitos.

En los cré­di­tos fina­les se infor­ma que en este pro­gra­ma que ya lle­va 12 años fun­cio­nan­do, el 95% de los reclu­sos que se adhi­rie­ron al mis­mo nun­ca vol­vie­ron a ser encarcelados.

En esen­cia, Daugh­ters es un elo­cuen­te docu­men­tal enri­que­ce­dor del espí­ri­tu que cau­ti­va por su pro­fun­da huma­ni­dad y que en con­se­cuen­cia ame­ri­ta su visión sin reser­va algu­na. Jor­ge Gutman

El Cua­dro Robado

LE TABLEAU VOLÉ. Fran­cia, 2024. Un film de Pas­cal Bonitzer. 91 minutos.

Cier­ta­men­te ori­gi­nal es la pro­pues­ta que el afa­ma­do guio­nis­ta y rea­li­za­dor Pas­cal Bonitzer some­te al públi­co en Le Tableau Volé. El guión de Ilia­na Lolic y Bonitzer tie­ne como tema cen­tral la des­apa­ri­ción de una obra pic­tó­ri­ca acae­ci­da duran­te la Segun­da Gue­rra y en su entra­ma­do se entre­mez­cla la diná­mi­ca inter­re­la­ción exis­ten­te entre los per­so­na­jes que direc­ta o indi­rec­ta­men­te inter­vie­nen en su esclarecimiento.

La his­to­ria ambien­ta­da en Fran­cia pre­sen­ta a André Mas­son (Alex Lutz), un ambi­cio­so subas­ta­dor pari­sino que tra­ba­ja en una pres­ti­gio­sa empre­sa de rema­tes de obras artís­ti­cas. Con él cola­bo­ra Auro­re (Loui­se Che­vi­llot­te), una joven rea­li­zan­do una pasan­tía con quien man­tie­ne una rís­pi­da rela­ción laboral.

Léa Druc­ker y Alex Lutz

La acti­vi­dad habi­tual de André se alte­ra cuan­do a tra­vés de Suza­ne Eger­man (Nora Ham­za­wi), una abo­ga­da de la ciu­dad de Mulhou­se, se ente­ra que en el hogar de Mar­tin Keller (Arca­di Radeff), un joven obre­ro que habi­ta con su madre viu­da (Law­ren­ce Cðté), se encuen­tra un cua­dro per­te­ne­cien­te a Egon Schie­le (1890 – 1918), renom­bra­do pin­tor aus­tría­co cono­ci­do por sus obras pic­tó­ri­cas expre­sio­nis­tas. Fren­te a tal impor­tan­te noti­cia, André jun­to con su ex espo­sa Ber­ti­na (Léa Druc­ker) e igual­men­te exper­ta en la mate­ria, se diri­gen a Mulhou­se y com­prue­ban la auten­ti­ci­dad de Sun­flo­wer, una impor­tan­te pin­tu­ra de Schie­le de 1911 que en 1939 se había con­si­der­do per­di­da. Ese cua­dro había per­te­ne­ci­do a un colec­cio­nis­ta judío que le fue sus­traí­do por los nazis duran­te el con­flic­to béli­co y que­dó aban­do­na­da en la vivien­da de Mar­tin. Natu­ral­men­te esa noti­cia asi­mis­mo aler­ta a la fami­lia Wahl­berg resi­den­te en Esta­dos Uni­dos que es la here­de­ra de quien fue­ra el due­ño del cuadro.

A par­tir de ese des­cu­bri­mien­to, el afán de André es poder subas­tar­lo a un buen pre­cio que con­tri­bui­rá a ele­var el pres­ti­gio de su com­pa­ñía como así tam­bién su carre­ra pro­fe­sio­nal. En ese pro­ce­so habrá quie­nes tra­ta­rán de sub­va­luar el pre­cio de ven­ta pero allí inter­vie­ne Auro­re, quien como com­pul­si­va men­ti­ro­sa, idea un inge­nio­so plan a fin de lograr que la apre­cia­da pin­tu­ra incre­men­te su valor. Des­pués de varios obs­tácu­los el cua­dro es subas­ta­do por un valor de 25 millo­nes de euros don­de par­te de ese impor­te le per­mi­ti­rá al humil­de obre­ro com­prar­le una con­for­ta­ble casa a su madre.

A tra­vés de dife­ren­tes giros que adop­ta el guión no siem­pre que­da cla­ro el víncu­lo del tira y aflo­je entre André y su apren­diz Auro­re como tam­po­co se sabe la for­ma en que se com­par­te el bene­fi­cio obte­ni­do en el rema­te; asi­mis­mo es com­ple­ta­men­te inne­ce­sa­ria una bre­ve esce­na les­bia­na entre dos per­so­na­jes de esta his­to­ria. En todo caso, aun­que su tra­ma no esté com­ple­ta­men­te estruc­tu­ra­da eso no ami­no­ra el inte­rés de esta dra­má­ti­ca come­dia refle­jan­do las peri­pe­cias que se sus­ci­tan en el mun­do del mer­ca­do del arte como asi­mis­mo per­mi­te refle­xio­nar sobre cuán­tas obras de arte han que­da­do dila­pi­da­das duran­te la horro­ro­sa era del Ter­cer Reich.

Sin lle­gar a impac­tar, Bonitzer brin­da una entre­te­ni­da come­dia dra­má­ti­ca, dis­tin­gui­da por su cui­da­do­sa pues­ta escé­ni­ca y por su com­pe­ten­te elen­co lide­ra­do por Lutz y muy bien secun­da­do por Druc­ker, Che­vi­llot­te y Radeff. Jor­ge Gutman