Una Dis­fru­ta­ble Paro­dia Musical

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

TITA­NI­QUE. Libro: Mar­la Min­de­lle, Cons­tan­ti­ne Rou­sou­li, Tye Blue. Orques­ta­ción y Arre­glos: Nicho­las James Con­nell. Direc­ción Escé­ni­ca: Tye Blue. Direc­ción Musi­cal: Nick Bur­gess. Coreó­gra­fía: Elle­no­re Scott. Asis­ten­cia Coreo­grá­fi­ca: Lisa Rubin. Esce­no­gra­fía: Gabriel Hai­ner Evan­sohn y Gra­ce Lau­ba­cher. Dise­ño del Ves­tua­rio: Ale­jo Viet­ti. Ilu­mi­na­ción: Pai­ge Seber. Dise­ño del Soni­do: Law­ren­ce Scho­ber. Elen­co: Véro­ni­que Cla­veau (Céli­ne Dion), Andre Anthony (voca­lis­ta), Cons­tant Ber­nard (Ruth), Mariah Cam­pos (Rose), Mike Melino (Vic­tor Garber/Luigi), Rose Mes­sen­ger (voca­lis­ta), Chris­topher Ning (The Sea­man /Iceberg), Eri­ca Peck (Molly Brown), Quee­nie (voca­lis­ta), Michael Toron­tow (Cat), Seth Zosky (Jack). Dura­ción: 1 hora 40 minu­tos, sin entre­ac­to. Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 24 de noviem­bre de 2024 en la sala Syl­van Adams del Segal Cen­tre

El elen­co. (Foto: Marie- Andrée Lemire)

Como pri­me­ra pro­duc­ción de la pre­sen­te tem­po­ra­da, el Cen­tro Segal ofre­ce un espec­tácu­lo que en esen­cia es una paro­dia musi­cal de la pelí­cu­la Tita­nic rea­li­za­da en 1997 por James Came­ron y en don­de se asis­te al roman­ce de los jóve­nes Jack y Rose (Leo­nar­do DiCa­prio y Kate Winslet).

Seth Zosky, Véro­ni­que Cla­veau y Mariah Camos. (Foto: Marie- Andrée Lemire)

La excén­tri­ca his­to­ria con­ce­bi­da por Mar­la Min­de­lle, Cons­tan­ti­ne Rou­sou­li y Tye Blue dis­ta de ser una ver­sión del film, aun­que algu­nos de sus per­so­na­jes revi­ven aquí. Ambien­ta­da en la épo­ca actual y con una esce­no­gra­fía refle­jan­do uno de los inte­rio­res del Tita­nic, el foco cen­tral del rela­to es Céli­ne Dion (Véro­ni­que Cla­veau) y todo comien­za cuan­do la famo­sa diva de 150 años, una de las super­vi­vien­tes del hun­di­mien­to del emble­má­ti­co navío, irrum­pe en el Museo Tita­nic; allí, en carác­ter de guía va narran­do la ver­da­de­ra his­to­ria de lo acon­te­ci­do en la fatí­di­ca noche del 14 de abril de 1912.

Mariah Cam­pos y Michael Toron­tow. (Foto: Marie-Andrée Lemire)

En pri­mer lugar cabe ana­li­zar la remar­ca­ble actua­ción de los prin­ci­pa­les per­so­na­jes; así se sale al encuen­tro de Ruth (Cons­tant Ber­nard) quien con­vin­cen­te­men­te ani­ma a la auto­ri­ta­ria madre de la joven Rose (Mariah Cam­pos) y a toda cos­ta quie­re que su hija acep­te a su novio Cat (Michael Toron­tow) de bue­na situa­ción eco­nó­mi­ca aun­que ella se resis­te de hacer­lo. Por su par­te Seth Zosky ani­ma con sol­tu­ra al humil­de Jack quien cooce a Rose y al poco tiem­po la atrac­ción entre ambos se cana­li­za en roman­ce, situa­ción que pro­vo­ca la ira de Ruth y de Cat. Entre otros per­so­na­jes igual­men­te resal­tan Mike Melino como capi­tán del tras­atlán­ti­co y Eri­ca Peck apor­tan­do cali­dez y sim­pa­tía como la filan­tró­pi­ca super­vi­vien­te Molly Brown. Aplau­sos ame­ri­ta la excep­cio­nal com­po­si­ción rea­li­za­da por Chris­topher Ning en varios pape­les, pro­vo­can­do enor­mes car­ca­ja­das como Ice­berg Bitch vis­tien­do a la mane­ra de Tina Tur­ner y deci­dien­do quie­nes serán los pasa­je­ros que podrán tras­la­dar­se al bote salvavidas.

Seth Zosky y Mariah Cam­pos. (Foto: Marie-André Lemire)

Pasan­do a lo estric­ta­men­te musi­cal, el espec­tácu­lo admi­ra­ble­men­te coreo­gra­fia­do por Elle­no­re Scott está inte­gra­do por 18 can­cio­nes eje­cu­ta­das por una ban­da musi­cal diri­gi­da por Nick Bur­gess. En el mis­mo es excep­cio­nal la per­for­man­ce de la mag­ní­fi­ca can­tan­te y actriz Véro­ni­que Cla­veau; con su diá­fa­na voz y sumer­gi­da en la piel de Céli­ne Dion embria­ga ento­nan­do I’m Ali­ve, All by Myself, To Love You More, Beauty and the Beast y obvia­men­te la icó­ni­ca can­ción My Heart Will Go On que se repi­te varias veces duran­te el show. En otros núme­ros se lucen Mike Melino can­tan­do I Dro­ve All Night y Mariah Cam­pos con Michael Toron­tow con Tell Him. No menos impor­tan­te es la con­tri­bu­ción brin­da­da por Andre Anthony, Quee­nie y Rose Mes­sen­ger como vocalistas.

Con dián­mi­co rit­mo, Tye Blue ha sido el res­pon­sa­ble de la nota­ble pues­ta escé­ni­ca de esta cor­nu­co­pia musi­cal nutri­da de nume­ro­sas refe­ren­cias a la cul­tu­ra popular.

En esen­cia, con una his­to­ria deci­di­da­men­te absur­da ‑en el buen sen­ti­do del tér­mino- y dota­da de fran­co humor, lo tras­cen­den­te es que como espec­tácu­lo Tita­ni­que resul­ta suma­men­te gra­ti­fi­can­te ade­más de cons­ti­tuir un bello home­na­je a la que­ri­dí­si­ma Céli­ne Dion; en tal sen­ti­do cabe rati­fi­car una vez más el gran entu­sias­mo y brío des­ple­ga­do por la mag­ní­fi­ca Véro­ni­que Cla­veau ani­man­do a la excep­cio­nal diva.

.

Fes­ti­val de Films Francófonos

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

CINE­MA­NIA 2024 (1)

El Fes­ti­val de Films Cine­ma­nía crea­do en 1995 con el pro­pó­si­to de des­ta­car la impor­tan­cia de la cine­ma­to­gra­fía fran­có­fo­na, ini­cia­rá su tri­gé­si­ma edi­ción en Mon­treal el 6 de noviem­bre y se pro­lon­ga­rá has­ta el 17 de noviembre.

Para esta oca­sión, la ecléc­ti­ca pro­gra­ma­ción inclu­ye 120 lar­go­me­tra­jes y 26 cor­tos, entre los cua­les hay nume­ro­sos títu­los que serán pre­sen­ta­dos en carác­ter de pri­mi­cia inter­na­cio­nal, nor­te­ame­ri­ca­na y canadiense.

BER­GERS

El film de aper­tu­ra del 6 de noviem­bre es Ber­gers, una copro­duc­ción de Cana­dá y Fran­cia de Sophie Deras­pe que fue pre­mia­da como el mejor film cana­dien­se en el Fes­ti­val de Toron­to. Su tra­ma gira en torno de Math­yas, un publi­cis­ta de Mon­treal que aban­do­na su vida cana­dien­se para rein­ven­tar­se a sí mis­mo como pas­tor de ove­jas en los Alpes. La pelí­cu­la guio­ni­za­da por la cineas­ta está basa­da en el libro auto­bio­grá­fi­co de Math­yas Lefé­bu­re publi­ca­do en 2006 y es pro­ta­go­ni­za­da por Félix-Antoi­ne Duval.

La mues­tra será clau­su­ra­da con la pro­yec­ción de Le Roman de Jim, film de Fran­cia rea­li­za­do por Jean-Marie y Arnaud Larrieu. La his­to­ria gira en torno de Jim (Karim Leklou) quien ena­mo­ra­do de Flo­ren­ce (Lae­ti­tia Dosch), cui­da a su niño, antes del retorno algu­nos años des­pués del padre bio­ló­gi­co lo cual gra­vi­ta­rá en sus vidas. Los cineas­tas y Karim Leklou esta­rán pre­sen­tes para la exhi­bi­ción del film.

Entre los fil­mes que gene­ran gran expec­ta­ti­va figu­ra Mon­sieur Azna­vour diri­gi­do por Grand Corps Mala­de y Meh­di Idir en el que se pasa revis­ta a la vida del recor­da­do ícono de la can­ción fran­ce­sa. Para esta oca­sión, su hija Katia Azna­vour y el actor Tahar Rahim, pro­ta­go­nis­ta del film, ten­drán a su car­go la pre­sen­ta­ción del mismo.

El fes­ti­val con­si­de­ra cua­tro pro­gra­mas com­pe­ti­ti­vos que tie­nen por misión resal­tar los nue­vos talen­tos del cine fran­có­fono. El pro­gra­ma “Ros­tros de la fran­co­fo­nía” está inte­gra­do por 10 fil­mes; “Fil­mes de Que­bec” inclu­ye 8 títu­los, “Docu­men­ta­les” com­pren­de 11 pelí­cu­las en tan­to que “Cor­to metra­jes de Que­bec e inter­na­cio­na­les” abar­ca 26 títulos.

Siguien­do la tra­di­ción anual de con­si­de­rar la pro­duc­ción cine­ma­to­grá­fi­ca de un país de la fran­co­fo­nía, este año es Fran­cia el país de honor en don­de se exhi­bi­rán cor­tos, media­nos y lar­go­me­tra­jes de la región Grand Este y de Córcega.

Una lis­ta com­ple­ta de la pro­gra­ma­ción con todas las sec­cio­nes com­pren­di­das, las salas de cine de exhi­bi­ción, los hora­rios per­ti­nen­tes, las nume­ro­sas acti­vi­da­des alu­si­vas al fes­ti­val, así como los artis­tas invi­ta­dos, pue­den obte­ner­se en el sitio festivalcinemania.com 

A con­ti­nua­ción se comen­ta dos fil­mes que se verán en el Festival.

Ave­rroès & Rosa Parks (Fran­cia)

El nota­ble docu­men­ta­lis­ta Nico­las Phil­bert, sigue mani­fes­tan­do su preo­cu­pa­ción por gen­te afec­ta­da por pro­ble­mas men­ta­les. Así en su ante­rior docu­men­tal On the Ada­mant, que obtu­vo el máxi­mo galar­dón en el Fes­ti­val de Ber­lín de 2023; abor­dó a per­so­nas con pro­ble­mas psi­co­ló­gi­cos que acu­den al cen­tro tera­péu­ti­co de “Ada­mant”, un bar­co ancla­do en el Sena des­de 2010, don­de a tra­vés de dife­ren­tes acti­vi­da­des cul­tu­ra­les y recrea­ti­vas ate­núan su trauma.

AVE­RROÈS & ROSA PARKS

En esta opor­tu­ni­dad Phi­li­bert enfo­ca su cáma­ra en dos uni­da­des psi­quiá­tri­cas (Ave­rroès y Rosa Parks) del hos­pi­tal Esqui­rol ubi­ca­do en la loca­li­dad de Saint-Mau­ri­ce pró­xi­ma a París, que alber­gan a pacien­tes inter­na­dos con dife­ren­tes des­ór­de­nes de salud men­tal, tra­tan­do de encon­trar solu­ción a sus problemas.

En ese deve­nir el docu­men­tal per­mi­te salir al encuen­tro de varia­dos resi­den­tes y uno de ellos que está pró­xi­mo a ser dado de alta, en una con­ver­sa­ción man­te­ni­da con dos facul­ta­ti­vos expre­sa cier­ta inquie­tud al sen­tir­se inse­gu­ro sobre lo que le pue­de acae­cer al no tener a nadie del hos­pi­tal que lo esté con­tro­lan­do; asi­mis­mo se halla un joven inter­na­do con difi­cul­tad de apren­di­za­je y que evi­den­cia con­fu­sión acer­ca de sus rela­cio­nes fami­lia­res. El caso de mayor inte­rés es el de un des­ta­ca­do pro­fe­sor de filo­so­fía con varios doc­to­ra­dos; no obs­tan­te su con­di­ción de nota­ble inte­lec­tual y que se con­si­de­ra un “meta­fí­si­co cama­león”, se encuen­tra des­gas­ta­do psi­co­ló­gi­ca­men­te con varios meses de per­ma­nen­cia en el hospital.

El film resal­ta el diná­mi­co inter­cam­bio que se pro­du­ce entre pacien­tes y los psi­quia­tras y el empe­ño de estos últi­mos brin­dán­do­les un tra­to humano en la rela­ción esta­ble­ci­da. Así, estos neu­ró­lo­gos no los con­si­de­ran como sim­ples enfer­mos sino que abor­dan con ellos otros tópi­cos como por ejem­plo la visión que tie­nen de la reali­dad exte­rior y qué es lo que aguar­dan de sus vidas una vez que dejen el hospital.

Con rit­mo pau­sa­do y sin ser obs­truc­ti­vo Phi­li­bert ofre­ce un fas­ci­nan­te docu­men­tal per­mi­tien­do la posi­bi­li­dad de aden­trar­se al uni­ver­so tan espe­cial del refe­ri­do noso­co­mio. Aun­que deci­di­da­men­te no ofre­ce solu­cio­nes fáci­les, lo que que­da resal­ta­do es el esfuer­zo que rea­li­zan los tera­peu­tas para que los pacien­tes pue­dan rein­te­grar­se a la vida normal.

Un Coup de dés (Fran­cia)

Yvan Attal escri­be, diri­ge e inter­pre­ta este film de sus­pen­so, que par­tien­do de una pre­mi­sa intri­gan­te comien­za a per­der vue­lo a mitad de camino.

UN COUP DE DÉS

La his­to­ria basa­da en la pie­za tea­tral de Eric Assous, comien­za de mane­ra vio­len­ta cuan­do se pro­du­ce un atra­co en el hogar pari­sino de Mathieu (Attal) que com­par­te con su que­ri­da espo­sa Juliet­te (Marie-Josée Cro­ze); es allí cuan­do su ami­go Vin­cent (Gui­llau­me Canet) logra entrar a la casa de su ami­go con­si­guien­do aba­tir al asaltante.

Varios años des­pués, aho­ra resi­dien­do en la Rivie­ra fran­ce­sa, los dos ami­gos tra­ba­jan jun­tos en bie­nes raí­ces, como asi­mis­mo Vin­cent que está casa­do con Delphi­ne (Mai­wenn), en fun­ción de pare­ja com­par­te sali­das con Mathieu y su espo­sa. La nor­ma­li­dad se ve alte­ra­da cuan­do Mathieu com­prue­ba que su ami­go es infiel a Delphi­ne tenien­do como aman­te a Elsa (Alma Jodo­rowsky). Tra­tan­do de disua­dir a Vin­cent de esa aven­tu­ra, Mathieu entra en con­tac­to con Elsa y al hacer­lo cae en su seduc­ción con­vir­tién­do­se a su vez en su aman­te. Si en prin­ci­pio Attal con­si­gue crear una atmós­fe­ra de ten­sión, el rela­to cobra un giro for­za­do que lo vuel­ve esca­sa­men­te convincente.

Aun­que la direc­ción de Attal es com­pe­ten­te, su guión no alcan­za a insu­flar al rela­to la emo­ción nece­sa­ria que posi­bi­li­te al espec­ta­dor com­pe­ne­trar­se de las varias rela­cio­nes román­ti­cas en que están invo­lu­cra­dos sus per­so­na­jes; en todo caso tan­to Attal como actor y el res­to de su elen­co se desem­pe­ñen con solidez.

En gene­ral, sin ser exi­gen­te, se asis­te a un film que sin lle­gar a impre­sio­nar resul­ta mode­ra­da­men­te entretenido.

Intri­ga Internacional

UN CLÁ­SI­CO DE HITCHCOCK

Den­tro de la serie de Clas­sic Films y pro­yec­ta­do en el for­ma digi­tal, CINE­PLEX pre­sen­ta­rá North by North­west, una de las obras maes­tras de Alfred Hitch­cock fil­ma­da en 1959.. Este extra­or­di­na­rio film de sus­pen­so reúne lo nece­sa­rio y mucho más para man­te­ner en vilo al espec­ta­dor duran­te los 136 minu­tos de dura­ción. Las exce­len­tes actua­cio­nes, el empleo de una téc­ni­ca estu­pen­da para la épo­ca, un gran sen­ti­do del humor dis­tin­gui­do por su tono iró­ni­co y una his­to­ria atra­pan­te con­ce­bi­da por el guio­nis­ta Ernest Leh­man con­tri­bu­yen a valo­ri­zar a esta producción.

Cary Grant y Eva Marie Saint (de espalda)

En una abre­via­da sinop­sis, sin reve­lar su des­en­la­ce, se pue­de anti­ci­par que Cary Grant ani­ma a Roger Thor­nill, un publi­cis­ta eje­cu­ti­vo de Manhat­tan, que al ser erró­nea­men­te con­fun­di­do por un encu­bier­to agen­te de la CIA es secues­tra­do por una orga­ni­za­ción de espías lide­ra­da por un sinies­tro indi­vi­duo (James Mason). Las com­pli­ca­cio­nes se irán suce­dien­do, don­de Roger se verá per­se­gui­do por los agen­tes de espio­na­je que tra­tan de ase­si­nar­lo y a su vez por la poli­cía que lo cree criminal.

Como es habi­tual en los fil­mes del maes­tro del sus­pen­so aquí nue­va­men­te la his­to­ria man­tie­ne con­sis­ten­cia lógi­ca cui­dan­do los míni­mos deta­lles para que nin­gún hilo que­de suel­to o pen­dien­te de reso­lu­ción: más aún, el rea­li­za­dor siem­pre per­mi­te que el públi­co se invo­lu­cre acti­va­men­te en el rela­to sor­pren­dién­do­lo gra­ta­men­te con las con­vin­cen­tes vuel­tas de giro que introduce.

Cary Grant

Aun­que en prin­ci­pio Hitch­cock había pen­sa­do en James Ste­wart para asu­mir el rol pro­ta­gó­ni­co, final­men­te fue Grant quien lo inter­pre­tó y a decir ver­dad, el actor sin mucho esfuer­zo logra dis­tin­guir­se por su natu­ral pre­sen­cia, espe­cial encan­to y sim­pa­tía habi­tual; a su lado, Eva Marie Sant apor­ta suges­tión y encan­to a su per­so­na­je de con­tra­es­pía y que se con­ver­ti­rá en el inte­rés román­ti­co de Roger, en tan­to que el vete­rano y con­su­ma­do James Mason es total­men­te per­sua­si­vo carac­te­ri­zan­do al villano del rela­to. En los roles de apo­yo se des­ta­can el recien­te­men­te des­apa­re­ci­do actor Mar­tin Lan­dau y Jes­sie Roy­ce Lands.

Si hay un ele­men­to que ubi­ca a este film den­tro de los gran­des clá­si­cos del cine es una esce­na anto­ló­gi­ca, mara­vi­llo­sa­men­te fil­ma­da, en don­de Roger es per­se­gui­do por un ame­na­zan­te heli­cóp­te­ro en un cam­po de maíz; es en esa secuen­cia don­de Hitch­cock ha logra­do un remar­ca­ble cli­ma de sus­pen­so, secun­da­do mara­vi­llo­sa­men­te por la ban­da sono­ra com­pues­ta por el maes­tro Ber­nard Herrmann. Por su nota­ble cali­dad el Ame­ri­can Film Ins­ti­tu­te lo ha con­si­de­ra­do como uno de los 100 títu­los ame­ri­ca­nos más relevantes.

North by North­west será exhi­bi­do del 1 al 7 de noviem­bre de 2024 en varias salas cana­dien­ses de Cine­plex. Para infor­ma­ción sobre los cines par­ti­ci­pan­tes y hora­rios loca­les res­pec­ti­vos pre­sio­ne aquí.

Román­ti­ca Come­dia Dramática

ANO­RA. Esta­dos Uni­dos, 2024. Un film escri­to y diri­gi­do por Sean Baker. 138 minutos

Habien­do obte­ni­do Ano­ra la Pal­ma de Oro en el Fes­ti­val de Can­nes, Sean Baker con­fir­ma con cre­ces su talen­to de estu­pen­do rea­li­za­dor. Si bien entre otros tra­ba­jos impre­sio­nó con The Flo­ri­da Pro­ject (2017( y Red Roc­ket (2021), enfo­can­do la degra­da­ción que sufren cier­tos sec­to­res des­fa­vo­re­ci­dos de Esta­dos Uni­dos, en este pre­mia­do film Baker ha con­ce­bi­do una efi­caz come­dia en su pri­me­ra mitad para adop­tar pos­te­rior­men­te un giro dra­má­ti­co que des­ti­la tristeza.

Mikey Madi­son

La his­to­ria con­ce­bi­da por el cineas­ta pre­sen­ta a Ano­ra (Mikey Madi­son), apo­da­da Ani, una joven de 23 años que se desem­pe­ña en un club noc­turno de Manhat­tan efec­tuan­do bai­les eró­ti­cos para sus clien­tes y en algu­nos casos brin­dán­do­les su bello cuer­po como acom­pa­ñan­te sexual. Pron­ta­men­te el due­ño del local le pre­sen­ta a Ivan (Mark Eydelsh­teyn), un mucha­cho de 21 años de can­do­ro­sa ino­cen­cia que habla ruso y es hijo de unos millo­na­rios de Rusia. A par­tir de allí entre ambos se irán suce­dien­do apa­sio­na­dos encuen­tros amo­ro­sos que trans­cu­rren en la lujo­sí­si­ma man­sión en que Ivan habi­ta y que con­tras­ta con la humil­de vivien­da que Ani com­par­te con su her­ma­na en un barrio de Brooklyn. Des­pués de una sema­na de jol­go­rio, él la invi­ta a via­jar en su jet pri­va­do a Las Vegas como su ena­mo­ra­da. Allí ines­pe­ra­da­men­te este prín­ci­pe azul le pro­po­ne a su Ceni­cien­ta casa­mien­to el que ella acep­ta emo­cio­na­da y por lo tan­to deja su tra­ba­jo. A su vez, dicho enla­ce le per­mi­ti­rá a Ivan adqui­rir la resi­den­cia ame­ri­ca­na y evi­tar su regre­so a Rusia para no estar suje­to de la volun­tad de sus padres.

Dicho lo que pre­ce­de, des­pués de la boda se apre­cia la feli­ci­dad de esta sin­gu­lar pare­ja dis­fru­tan­do del sexo, alcohol y dro­gas, aun­que la dicha será de cor­to alcan­ce. Habien­do cir­cu­la­do rumo­res que Ivan con­tra­jo enla­ce con una mujer que solía hacer lap-dan­ce; el sacer­do­te Toros (Karren Kara­gu­lian), padrino de Iván e igual­men­te a car­go de los intere­ses de su padre en Esta­dos Uni­dos, deja la sota­na y de inme­dia­to se embar­ca jun­to con sus aso­cia­dos Gar­nick (Vache Tov­mas­yan) e Igor (Yura Bori­sov) para lograr la anu­la­ción del matri­mo­nio. El film adquie­re un giro impre­vis­to con la brus­ca lle­ga­da de los tres suje­tos a la man­sión de Ivan y las con­se­cuen­cias que a par­tir de allí se gene­ran; por razo­nes de dis­cre­ción no es con­ve­nien­te rese­ñar lo que prosigue.

Con una impe­ca­ble pues­ta escé­ni­ca y un guión muy bien escri­to agra­cia­do de per­so­na­jes remar­ca­ble­men­te con­ce­bi­dos, Baker logra una his­to­ria atrac­ti­va que com­pen­sa cier­tos alar­ga­mien­tos que se ori­gi­nan en los pri­me­ros minu­tos de metra­je al ir rese­ñan­do el mun­do de las tra­ba­ja­do­ras sexua­les para sobre­vi­vir. A su vez el cuen­to de hadas ini­cial está nutri­do de momen­tos diver­ti­dos que per­mi­ten ate­nuar las aris­tas som­brías que la tra­ma va adqui­rien­do a medi­da que el rela­to progresa.

Méri­to adi­cio­nal del cineas­ta es el haber con­vo­ca­do un elen­co de exce­len­te nivel en don­de Mikey Madi­son cons­ti­tu­ye la gran reve­la­ción. Cono­ci­da en un papel de apo­yo en el film de Taran­tino Once Upon a Time in Holly­wood (2019) la joven actriz remar­ca­ble­men­te impre­sio­na con su exce­len­te apti­tud inter­pre­ta­ti­va, des­ple­gan­do pro­fun­da inten­si­dad emo­cio­nal a tra­vés de las vici­si­tu­des que atra­vie­sa su per­so­na­je, tan­to en los momen­tos feli­ces como en los de rabio­sa agresividad.

En esen­cia, Ano­ra es una des­ta­ca­ble come­dia dra­má­ti­ca en don­de Baker demues­tra su sen­si­bi­li­dad huma­na que espe­cial­men­te se refle­ja en la sor­pren­den­te con­mo­ve­do­ra esce­na final, per­mi­tien­do la com­ple­ta empa­tía del espec­ta­dor. Jor­ge Gutman

La Elec­ción de un Nue­vo Pontífice

CON­CLA­VE. Gran Bre­ta­ña-Esta­dos Uni­dos, 2024. Un film de Edward Ber­ger. 120 minutos

Con el impor­tan­te pre­ce­den­te de haber logra­do el Oscar por All Quiet On The Wes­tern Front (2022) como mejor pelí­cu­la inter­na­cio­nal, el direc­tor ale­mán Edward Ber­ger retor­na con Con­cla­ve cen­tran­do su aten­ción en los entre­te­lo­nes que acon­te­cen en la elec­ción de un nue­vo Papa.

Ralph Fien­nes

En su comien­zo, el reve­ren­do Papa ‑sin que se espe­ci­fi­que su nom­bre- ha muer­to. En con­se­cuen­cia, el car­de­nal Law­ren­ce (Ralph Fien­nes), en su con­di­ción de decano del Cole­gio Car­de­na­li­cio de la Igle­sia Cató­li­ca habrá de diri­gir el cón­cla­ve para ele­gir a un nue­vo pon­tí­fi­ce. Como lo exi­ge la tra­di­ción, los car­de­na­les pro­ve­nien­tes de dife­ren­tes rin­co­nes del mun­do se con­gre­ga­rán en los salo­nes del Vati­cano, per­ma­ne­cien­do ais­la­dos duran­te el tiem­po que deman­de la elec­ción de quien suce­de­rá al falle­ci­do Papa.

Uno de los aspec­tos de mayor inte­rés de este rela­to de fic­ción guio­ni­za­do por Peter Straughan basa­do en el libro homó­ni­mo de Robert Harris de 2016, es la nota­ble des­crip­ción de los dife­ren­tes per­so­na­jes que par­ti­ci­pan en el cón­cla­ve. Es así que está muy bien dise­ña­da la per­so­na­li­dad del car­de­nal Law­ren­ce que que­rien­do efec­ctuar su reti­ro des­pués de la elec­ción, desea que el sobe­rano elec­to recai­ga en el can­di­da­to que mejor guíe a la ins­ti­tu­ción en la épo­ca actual; por con­si­guien­te, su volun­tad es que el pró­xi­mo pon­tí­fi­ce sea el car­de­nal Belli­ni (Stan­ley Tuc­ci) con­ti­nuan­do con la labor pro­gre­sis­ta de la Igle­sia; en tal sen­ti­do se opo­ne la pos­tu­ra del car­de­nal Tedes­co (Ser­gio Cas­te­llit­to), afe­rra­do a las vie­jas tra­di­cio­nes, en tan­to que el car­de­nal Trem­blay (John Lith­gow) desea fer­vien­te­men­te ser elec­to. Entre otros de los repre­sen­tan­tes que optan al sagra­do car­go se encuen­tra el car­de­nal Ade­ye­mi (Lucian Msa­ma­ti) pro­ce­den­te de Nige­ria así como el misio­ne­ro car­de­nal Bení­tez (Car­los Diehz) de Kabul.

El can­di­da­to elec­to debe reu­nir la mayo­ría de votos y a medi­da que se suce­den las vota­cio­nes para lograr­lo, todo acon­te­ce den­tro de un cli­ma simi­lar a las intri­gas pala­cie­gas, don­de se mani­fies­ta la ambi­ción del poder median­te dispu­tas, envi­dias, pre­jui­cios racia­les, cons­pi­ra­cio­nes y denun­cias de mala fe de cier­tos ecle­siás­ti­cos ten­dien­tes a sabo­tear o a con­so­li­dar a los can­di­da­tos con mayor posi­bi­li­dad de ser ele­gi­dos A todo ello, las muje­res reli­gio­sas del Vati­cano no tie­nen par­ti­ci­pa­ción algu­na en el cón­cla­ve, sal­vo que en este caso el guión inclu­ye a la calla­da Hema­na Agnes (Isa­be­lla Ros­se­lli­ni), asis­ten­te de Law­ren­ce, quien en un momen­to dado adop­ta una acti­tud con­tes­ta­ria pro­nun­cian­do un bre­ve y con­tun­den­te monólogo.

Con una vela­da crí­ti­ca a los peca­dos y escán­da­los sexua­les que se han sus­ci­ta­do por par­te de la Igle­sia Cató­li­ca y que han teni­do con­si­de­ra­ble difu­sión en el recien­te pasa­do, Ber­ger ela­bo­ra un thri­ller con una dosis de buen sus­pen­so aun­que cier­tas reve­la­cio­nes que van sur­gien­do no ter­mi­nan de con­for­mar des­de una pers­pec­ti­va realís­ti­ca. En tal caso, el docu-fic­ción The Two Popes (2019) es mucho más rele­van­te y pro­fun­do de lo que se apre­cia en Con­cla­ve aun­que cabe admi­tir que como entre­te­ni­mien­to per­mi­te con­ci­tar la aten­ción del espectador.

Que­da como balan­ce un film no des­pro­vis­to de inte­rés, resal­ta­do por un remar­ca­ble elen­co enca­be­za­do por la mag­ní­fi­ca com­po­si­ción logra­da por Fien­nes como asi­mis­mo por la repro­duc­ción de los inte­rio­res del Vati­cano gra­cias al impe­ca­ble dise­ño de pro­duc­ción de Suzie Davies y la enco­mia­ble foto­gra­fía de Stépha­ne Fontaine.
Jor­ge Gutman