A DIFFERENT MAN. Estados Unidos, 2023. Un film escrito y dirigido por Aaron Schimberg. 111 minutos
En su tercer trabajo como realizador Aaron Schimberg imagina una intrigante fábula acerca de la apariencia física del ser humano. Su guión en gran parte surrealista permite reflexionar sobre cómo uno se siente frente a la mirada del prójimo.
La historia se centra en Edward (Sebastian Stan), un neoyorkino aspirante a actor afectado de neurofibromatosis, una rara anomalía genética que produce cambios en la pigmentación de la piel; eso motiva que tenga que soportar el estigma de su desfigurado rostro, convirtiéndolo en un ser solitario e insatisfecho, por lo que apela a su vocación artística para atenuar en parte su estado anímico.
La situación tiende a cambiar cuando llega a habitar próximo a su departamento, Ingrid (Renate Reinsve), una jovial vecina que es una aspirante dramaturga; ambos simpatizan y Edward se siente atraído con su presencia en tanto que ella demuestra un sentimiento hacia él meramente platónico. Con el propósito de solucionar su problema facial, Edward se presta como voluntario para el tratamiento de una droga experimental; al hacerlo, súbitamente obtiene un físico normativo de rostro atractivo físicamente, al propio tiempo que comunica a quienes solían rodearlo que Edward se suicidó.
Disfrutando en su comienzo con su nuevo semblante y logrando un trabajo en una agencia inmobiliaria, Edward puede descubrir cómo vive el resto del mundo, además de involucrarse románticamente con Ingrid, quien ignora la transformación por él lograda. El relato cobra un giro inesperado cuando Edward se entera que su enamorada había escrito una conmovedora obra basada en su antigua condición y que se denomina precisamente “Edward”. Es así que decide postularse como candidato para interpretar su propio rol; pero la situación se trastoca con la aparición de Oswald (Adam Pearson); él es un hombre que experimenta la misma afección cutánea que aquejaba a Edward y al estar enterado del contenido de la pieza aspira actuar en el rol protagónico de la misma.
Obviando reseñar lo que continúa, Schimberg evita conmiserarse de Edward como tampoco explota la condición de quienes padecen de neurofibromatosis. El propósito de esta historia es el mostrar que el cambio físico de Edward no le abre la posibilidad de ser más feliz o realmente diferente de lo que era antes; es así que el film deja abierta las preguntas sobre qué es lo que se considera normal en los rasgos de una persona, qué es lo que diferencia lo bello de lo feo, así como si importa más la mirada de los otros hacia uno o en cambio saber aceptarse a sí mismo.
Sorteando algunas situaciones que resisten credibilidad y teniendo en consideración que el equilibrio entre la crítica social y el drama psicológico es en parte desigual, el film adquiere relevancia por su elenco protagónico. En ese aspecto es muy convincente la caracterización efectuada por Stan como el inseguro individuo que llega eventualmente a autodestruirse al encontrar que su nueva identidad dista de brindarle satisfacción; su notable caracterización le ha valido el premio al mejor actor en el festival de Berlin. Por su parte, Reinsve refleja muy bien la evolución que adquiere su personaje interactuando con el desfigurado y el nuevo Edward; asimismo es loable la labor de Pearson, resaltando la vivacidad y elocuencia del confidente Oswald quien con su carisma, su buena actuación y cantante a la vez, demuestra que para nada le importa parecer “un hombre diferente”.
Jorge Gutman