BLINK. Estados Unidos, 2024. Un documental de Daniel Roher y Edmund Stenson. 84 minutos
Un muy buen documental de los realizadores Daniel Roher y Edmund Stenson es lo que se aprecia en Blink.
Para los padres de una familia bien constituida lo más importante constituye el bienestar de sus hijos y cuando alguna enfermedad les afecta, eso genera una gran preocupación. Algo semejante acontece con el matrimonio de Sébastien Pelletier y su mujer Édith que habitan en Montreal con sus cuatro hijos, Mia de 11 años, Léo de 9 años, Colin de 6 años y Laurent de 4 años; con excepción de Léo, los restantes niños han sido diagnosticados con retinosis pigmentaria; ésta es una enfermedad genética incurable donde las personas afectadas pierden la visión gradualmente, aunque no necesariamente quedan completamente ciegos.
Teniendo en consideración esa situación, Sébastien y Édith deciden efectuar un viaje con sus hijos para que cuando lleguen eventualmente a perder la vista les quede grabado en su memoria algunas de las maravillas que el mundo les ha ofrecido.
Ese viaje los llevará a diferentes sitios de África, Asia y Sudamérica. Así se los ve en Namibia gozando de un safari, en Indonesia practicando surf, en Turquía saboreando los helados cremosos, así como cabalgando en Mongolia; observando la puesta de sol en el Parque Nacional del Desierto Blanco de Egipto como asimismo contemplar el amanecer en las montañas del Himalaya en ocasión de su estadía en Nepal. Eso no impide haber experimentado algunos momentos de inquietud cuando estando en Ecuador efectúan un paseo en funicular y el mismo se queda atascado por una horas en las alturas debido a un problema técnico que finalmente quedó resuelto.
Esta singular epopeya permite apreciar la dinámica establecida entre el matrimonio y sus hijos en donde la familia irradia en todo momento el enorme placer de disfrutar conjuntamente. Aunque la enfermedad como telón de fondo jamás llega a ensombrecer los ánimos, hay un momento profundamente emotivo cuando el pequeño Laurent desea que su madre le explique lo que significa quedar ciego; tal como la mujer confiesa a la cámara que la filma, esa pregunta representó para ella como si fuese un dardo atravesando su cuerpo.
El viaje culmina en el Amazonas donde los visitantes transitan por una aldea; allí se relacionan con una familia del pueblo indígena Achuar donde son cálidamente acogidos. Esa visita constituye para los Pelletier una experiencia altamente valiosa al llegar a imponerse de la enriquecedora cultura autóctona.
Si bien la belleza visual del film es un factor importante en la valorización del documental, lo que aquí cuenta es su contenido. En ese aspecto los cineastas — que han sido los autores del excelente documental Navalny (2022) — habiendo seguido durante un año el trayecto de los seis viajeros, han captado con notable autenticidad la resiliencia de estos padres y las emociones albergadas junto a sus hijos. Ciertamente, este viaje constituye un precioso legado de este matrimonio para sus queridos hijos, quienes cuando alcancen la edad adulta recordarán el inmenso amor que les ha sido brindado con esta remarcable travesía turística.
En esencia, la audiencia asiste a un conmovedor documento agridulce de la vida real, que es recomendable sin reserva alguna. Jorge Gutman