Crónica de Jorge Gutman
Desde el 9 hasta el 20 de octubre, la ciudad de Montreal es la sede del Festival du Nouveau Cinéma (FNC) que en su 53ª edición ofrecerá 102 largometrajes y 98 cortos. En la atractiva programación se encuentran numerosos filmes que han sido destacados en los festivales de ‑Berlín, Cannes, Locarno y Toronto, así como lo más relevante del cine quebequense y del resto de Canadá.
El film que inaugura el Festival es Une Langue Universelle del cineasta canadiense Matthew Rankin que recibió el premio del público en la Quincena de Cineastas de Cannes, en tanto que el de clausura es Miséricorde, del realizador francés Alain Guiraudie con la actuación de Félix Kysyl y Catherine Frot.
Para una información completa de la programación, salas de exhibición y actividades alusivas, el sitio a consultar es nouveaucinema.ca
He aquí el comentario de algunas de las películas que han sido visionadas.
Los Domingos Mueren Más Personas (Argentina-Italia-España)
Después de haber realizado algunos cortometrajes y el documental Flora no es un Canto a la Vida (2019), Iair Said debuta con su primer largometraje de ficción que además de haberlo guionizado es asimismo su protagonista.
Con reminiscencia de algunas de las películas de Woody Allen, esta comedia dramática centra su atención en un personaje neurótico. David (Said), es un treintañero argentino gay de la comunidad judía que reside temporalmente en Italia haciendo un post grado en comunicaciones; en la primera escena, llora desesperadamente porque su pareja lo abandonó. Habiendo recibido la noticia de que su tío de Buenos Aires ha fallecido resuelve partir de inmediato a su ciudad natal donde en el aeropuerto es recibido por sus familiares incluyendo su hermana Elisa (Juliana Gattas), su prima Silvia (Antonia Zegers) ‑hija del difunto- y su madre Dora (Rita Cortese). Ahí se sabe que su padre no está presente porque desde hace tiempo se halla internado en un hospital en estado de coma.
Se ignora cuál ha sido el vínculo de David con los suyos antes de haberse ausentado a Europa, pero lo curioso es que después del entierro de su pariente, en vez de dirigirse en primer término al hospital para visitar a su padre, tal, como lo desearía su madre, á el más le preocupa realizar los trámites a fin de obtener su licencia de conducir.
A través de sucesivas escenas se nota el ímpetu de David imposibilitado de reprimir sus impulsos sexuales ya sea con su instructor de manejo o bien viendo la posibilidad de poder intimar con un vecino del lugar en que habita. Más allá de reuniones familiares, incluyendo la celebración de las pascuas judías así como el cumpleaños de su sobrinita, el guión de Said resalta la vulnerabilidad de este individuo así como su irresponsabilidad y torpeza manejando en estado somnoliento el coche de su madre. No menos importante es la situación de Dora quien amando apasionadamente a su marido considera que la eutanasia puede constituir el medio para que muera dignamente dado que ya no es más que un vegetal sujeto a un aparato electrónico.
Dentro del marco descripto quedan evidenciados tópicos vinculados con la angustia existencial, el envejecimiento, temor a la muerte por parte de David, así como en el caso de Rita albergando el sentimiento emocional de la muerte asistida y la ausencia del compañero de toda una vida.
Mediante un esquema sencillo y minimalista, la historia bien urdida por el realizador segrega un dejo de tristeza, dejando un abierto desenlace. Aunque resulta difícil poder congraciarse con un personaje inmaduro, torpe y pleno de contradicciones, Said logra una muy buena caracterización de su antihéroe, así como Cortese vuelca notable autenticidad a su personaje que destilando ternura resulta fácil de empatizar.
Simón de la Montaña (Argentina-Chile-Uruguay)
Tras cuatro cortometrajes, Federico Luis debuta en el largometraje abordando el delicado tema de la discapacitación intelectual en un grupo de jóvenes.
El guión del realizador compartido con Tomás Murphy y Agustín Toscano ubica la acción en alguna pequeña ciudad de Argentina próxima a la Cordillera de los Andes. En su comienzo se observa a varios jóvenes con retraso mental que durante una excursión a la montaña tratan de salir a flote frente a una violenta tormenta de viento y entre ellos se halla Simón (Lorenzo Ferro) de 22 años de edad y su amigo Pehuén (Pehuén Pedre). Tras una elipsis vemos a este grupo ubicados en un centro que acoge a débiles mentales y en principio todo hace pensar que por los tics que adopta Simón, él igualmente sufre de similar anomalía. Sin tener un certificado de discapacidad que lo habilite para poder concurrir a ese lugar, Pehuén trata de ayudarlo para que lo obtenga.
Habitando con su madre (Laura Nevole) y su padrastro (Agustín Toscano) quien lo emplea como su ayudante de mudanzas, queda la duda por saber si Simón realmente es o no un discapacitado mental dado que con los suyos no lo demuestra; sin embargo, esa incertidumbre se acrecienta por su voluntad de querer convivir con el grupo mencionado. En ese accionar, el film efectúa un retrato de esa gente exhibiendo sus diferentes niveles de anomalía como así también el impulso sexual de alguno de ellos, incluyendo el de la joven Colo (Kiara Supini) que se siente atraída por Simón aunque él trata de evitar un acercamiento íntimo.
Siendo frecuentemente criticado por su madre, Simón da muestras de una completa inmadurez e irresponsabilidad; eso se manifiesta en una secuencia conduciendo alocadamente el automóvil de la familia, expone su vida como las de Pehuén, Colo y otros integrantes del grupo que viajan con él.
Sin saber si Simón es o no un farsante simulador, la película permite reflexionar sobre hasta dónde llega la barrera que delimita la actitud normal o anormal de un ser humano para que se lo considere mentalmente discapacido..
El film se beneficia de la excelente actuación de Ferro quien ya había impresionado gratamente en el personaje protagónico de El Ángel (2018) de Luis Ortega; en esta oportunidad, sobresale expresando las contradicciones del comportamiento de su personaje poco agradable; a su lado se distinguen Pedre y Supini, quienes al igual que los restantes intérpretes jóvenes, sin ser profesionales transmiten con plena naturalidad los personajes asignados en el guión.
Aunque imperfecta por introducir algunas secuencias innecesarias como en el caso de una gratuita violenta escena en su tramo final, la ópera prima de Luis es meritoria; en tal sentido los valores del film han sido reconocidos por el jurado de la Semana de la Crítica del festival de Cannes al haberlo premiado como el mejor exhibido en esa sección.
Pepe (República Dominicana-Namibia-Alemania-Francia)
El destacado director dominicano Nelson Carlos de los Santos Arias cuyo previo film Coyote (2017) fue muy elogiado, retorna ahora con una película radical y sin duda transgresora que por su originalidad y esmerada puesta escénica, fue distinguida con el premio a la mejor dirección en el último festival de Berlín.
Basado en su propio e ingenioso guión inspirado en un hecho real, Santos Arias relata la curiosa historia de Pepe, un hipopótamo que desde el comienzo se sabe que fue abatido en Colombia aunque eso no impide para que la bestia recuente la vida de sus ancestros así cómo transcurrió la suya.
Todo parecería indicar que Pepe ha sido uno de los muchos animales que abundaron en el zoológico privado que poseía Pablo Escobar, el poderoso traficante de drogas. En base a ello la fantasiosa trama abarca dos partes que aunque diferenciadas quedan bien integradas. En la primera de las mismas, se observa a un grupo de turistas alemanes que haciendo safari en Namibia, un guía les va relatando las costumbres y comportamientos de los animales que allí habitan.
En su segunda mitad se sabe que varios de esos hipopótamos fueron trasladados a Colombia y que cuatro de ellos fueron colocados en un camión para su traslado a la enorme hacienda de Escobar y su posterior ubicación en la región del río Magdalena, próxima a Medellín; es allí que Pepe nació. El problema surge cuando Candelario (Jorge Puntillón García), un pescador de la zona se topa con Pepe en el río y de inmediato alerta a las autoridades locales del peligro que puede ocasionar. De allí en más, el relato refleja a modo de viñetas anecdóticas sobre lo que acaece con los habitantes de la zona, incluyendo las querellas de Candelario con su mujer Betania (Sor María Ríos), cinco chicas que compiten en un concurso de belleza, algunos peligrosos cazadores, como asimismo los gendarmes del lugar.
La presencia del paquidermo, a quien se le considera maligno, motivará su destino final, siendo el primero y único ejemplar de su especie liquidado en el continente americano.
En esencia, tal como se anuncia en el film, el espectador asiste a un cine de imaginación bien construido que permite reflexionar sobre lo que acontece cuando los animales son separados de su hábitat natural y sujetos a gente que desconociendo sus costumbres los eliminan, generando un negativo impacto ecológico.
Una Historia de Amor y Guerra (México)
Para quien no conoce la historia política de México, este film de Santiago Mohar Volkow le resultará bastante extraño. Según se anticipa en las notas de prensa, la película guionizada por el realizador intenta enfocar el colonialismo que ha afectado al país y sus consecuencias. Sin embargo esa examinación es objeto de un relato absurdo por naturaleza y ridículo en su ejecución.
Argumentalmente, la trama gira en torno de Pepe Sánchez Campos (Andrew Leland Rogers), un encumbrado millonario empresario que está a punto de contraer matrimonio con Constanza (Lucía Gómez Robledo), una joven perteneciente a una encumbrada familia, cuyo primo Teo (Darío Yazbek Bernal) está fuertemente enamorado de ella. Asimismo, Pepe desea urbanizar una tierras pertenecientes al pueblo autóctono del lugar para construir un centro comercial a la vez que residencial; sin embargo, la comunidad indígena local se opone firmemente al proyecto y es así que el acaudalado individuo debe enfrentarse con la revolucionaria nativa Justina Venganza (Mónica del Carmen) quien apoyada por Engels (Aldo Escalante Ochoa) uno de sus aliados, trastocará lo que estaba planeado..
Durante casi dos infatigables horas se asiste a un film revestido de sátira pero que en realidad es completamente caricaturesco en su tratamiento. El director trata de lograr un humor que raramente lo consigue exponiendo a modo de farsa las miserias del país donde parecería que el poder del dinero y la corrupción de la clase privilegiada todo lo puede. Curiosamente los únicos que se salvan del tono burlesco son los revolucionarios autóctonos.
A través de un relato estructurado en capítulos incoherentes, se asiste a escenas desatinadas y en algunos casos de dudoso gusto. En suma esta historia de amor y guerra que busca entremezclar el histórico pasado y la situación actual de México, es objeto de un tratamiento chabacano y consecuentemente su visión resulta altamente frustrante.
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