Remar­ca­ble Dra­ma Judicial

JUROR #2. Esta­dos Uni­dos, 2024. Un film de Clint East­wood. 114 minutos

Con sus 94 años a cues­ta, la edad no se hace sen­tir en el vete­rano rea­li­za­dor Clint East­wood según lo que se apre­cia en Juror #2, un remar­ca­ble dra­ma judi­cial imbui­do de con­no­ta­ción moral.

Más de una vez el cine ha con­si­de­ra­do los erro­res pro­du­ci­dos bajo el meca­nis­mo de un sis­te­ma judi­cial. Lo cier­to es que resul­ta difí­cil pre­ci­sar has­ta dón­de un jura­do pue­de actuar de la mane­ra más obje­ti­va posi­ble sin que influ­ya la opi­nión basa­da en otros fac­to­res. Sin duda, esta situa­ción la plan­tea con gran rigu­ro­si­dad el rea­li­za­dor quien basa­do en el mag­ní­fi­co guión de Jonathan Abrahms, rela­ta una his­to­ria de fic­ción aun­que deci­di­da­men­te realista.

Nicho­las Hoult

El rela­to está ambien­ta­do en el esta­do de Geor­gia, se cen­tra en Jus­tin Kemp (Nicho­las Hoult), un hones­to hom­bre casa­do cuya mujer Ally (Zoey Deu­tch) está en avan­za­do esta­do de gra­vi­dez. Él ha sido ele­gi­do como uno de los miem­bros de un jura­do inte­gra­do por 11 per­so­nas que deben dic­ta­mi­na sobre la ino­cen­cia o cul­pa­bi­li­dad de James Sythe (Gabriel Bas­so); se tra­ta de ‚un vio­len­to hom­bre a quien se le acu­sa de haber ase­si­na­do a su ena­mo­ra­da Ken­dall Car­ter (Fran­ces­ca East­wood), des­pués de una riña acae­ci­da en un bar local en el trans­cur­so de una noche lluviosa.

Es impor­tan­te remar­car que a fin de resal­tar la obje­ti­vi­dad del jura­do cada uno de los inte­gran­tes jura no haber teni­do rela­ción algu­na con el incul­pa­do ni con la víctima.

En el estra­do judi­cial tan­to la agre­si­va abo­ga­da fis­cal Faith Kille­brew (Toni Collet­te) como la defen­sa asu­mi­da por el abo­ga­do Eric Res­nik (Chris Mes­si­na) expo­nen sus con­tra­pues­tos pun­tos de vis­ta. Al pres­tar aten­ción ar los ale­ga­tos que se van expo­nien­do en el jui­cio, Jus­tin es pre­sa de un esta­do emo­cio­nal fren­te a un gran dile­ma moral que debe enfren­tar. Es así que cuan­do lle­ga el momen­to en que el jura­do comien­za el pro­ce­so de deli­be­ra­ción a él le ata­ñe una gran res­pon­sa­bi­li­dad al tener que emi­tir su voto.

Sería inapro­pia­do reve­lar las alter­na­ti­vas que se plan­tean de las dis­cu­sio­nes del jura­do como asi­mis­mo el vere­dic­to al que lle­ga­rán sus inte­gran­tes. Con todo lo que más tras­cien­de en el film es com­pro­bar cómo la cie­ga jus­ti­cia pue­de ser mani­pu­la­da des­vir­tuan­do la ver­dad, cuan­do entran a jugar el sen­ti­mien­to de cul­pa como lo que apre­mia a Jus­tin al tra­tar de pre­ser­var a su familia.

East­wood nue­va­men­te rati­fi­ca su talen­to de excep­cio­nal narra­dor expo­nien­do los con­flic­tos mora­les y éti­cos que deri­van de esta his­to­ria, muy bien trans­mi­ti­dos por la enco­mia­ble inter­pre­ta­ción de Nicho­las Hoult. En esen­cia, el rea­li­za­dor ofre­ce un con­mo­ve­dor thri­ller nutri­do de un pujan­te sus­pen­so que se man­tie­ne has­ta el minu­to final; en tal sen­ti­do la últi­ma esce­na per­mi­te que el invi­si­ble espec­ta­dor se cons­ti­tu­ya como un miem­bro adi­cio­nal del jura­do emi­tien­do su opi­nión. En suma es desea­ble que el pre­sen­te no sea el últi­mo tra­ba­jo del emi­nen­te rea­li­za­dor. Jor­ge Gutman