Revi­vien­do el Amor Conyugal

NOUS, LES LEROY. Fran­cia, 2024. Un film escri­to y diri­gi­do por Flo­rent Ber­nard. 103 minutos

En su pri­mer tra­ba­jo como rea­li­za­dor Flo­rent Ber­nard con­si­de­ra en Nous, les Leroy el tema de la com­ple­ji­dad conyugal.

José Gar­cía y Char­lot­te Gainsbourg

El guión del novel cineas­ta pre­sen­ta a San­dri­ne (Char­lot­te Gains­bourg), una mujer que tras vein­te años de matri­mo­nio con Chris­tophe Leroy (José Gar­cía) sien­te que la ruti­na­ria vida con su espo­so no le ofre­ce incen­ti­vos, tenien­do en cuen­ta que por razo­nes de tra­ba­jo no hay mayor comu­ni­ca­ción. Esa situa­ción la afec­ta en dema­sía y es así que deci­de sepa­rar­se de su mari­do, comu­ni­can­do su pro­pó­si­to a sus hijos Bas­tien (Hadrien Heaul­mé) de 18 años y Lore­ley (Lily Aubry) de 16 años. Cuan­do Chris­tophe se ente­ra de la deci­sión de su mujer, él que la quie­re y no desea que el núcleo fami­liar se disuel­va, le rue­ga que le brin­de la opor­tu­ni­dad de cam­biar de pare­cer; para ello pro­po­ne efec­tuar un via­je con San­dri­ne y sus hijos a fin de visi­tar los luga­res que el matri­mo­nio solía fre­cuen­tar en el pasado.

En la pri­me­ra para­da de este peri­plo visi­tan el depar­ta­men­to que habi­ta­ron al prin­ci­pio de la vida con­yu­gal, para pos­te­rior­men­te pro­se­guir a un res­tau­ran­te en el que Chris­tophe le pro­pu­so matri­mo­nio a San­dri­ne. Con todo la pro­se­cu­ción de este via­je no resul­ta­rá de acuer­do a lo planeado.

Entre­mez­clan­do situa­cio­nes risue­ñas con otras más serias, el film inten­ta demos­trar cómo la ausen­cia de comu­ni­ca­ción afec­tó la rela­ción con­yu­gal al haber gene­ra­do la des­ilu­sión de San­dri­ne sin que su mari­do lo hubie­se per­ci­bi­do. Asi­mis­mo el rela­to de Ber­nard tras­lu­ce la fal­ta de un con­tac­to más inten­so del matri­mo­nio hacia sus hijos como es el caso de la ado­les­cen­te Lore­ley sin­tién­do­se un poco resen­ti­da por la fal­ta de aten­ción de sus padres.

En últi­ma ins­tan­cia Chris­tophe reco­no­ce que ade­más de tra­tar de revi­vir la chis­pa amo­ro­sa de su espo­sa, debe adop­tar un cam­bio de acti­tud en la rela­ción man­te­ni­da con sus hijos. Es así que en la últi­ma par­te del rela­to el film ofre­ce momen­tos de ter­nu­ra, a tra­vés de la sen­si­ble acti­tud de Chris­tophe hacia su mujer como al pro­pio tiem­po ayu­dan­do a su hijo a que pue­da reanu­dar el inte­rrum­pi­do víncu­lo sen­ti­men­tal con su joven amiga.

Basa­do en su expe­rien­cia per­so­nal, Ber­nard ofre­ce un emo­ti­vo cua­dro de fami­lia resal­tan­do la impor­tan­cia de los lazos emo­cio­na­les que unen a sus miem­bros y la for­ma de man­te­ner­los permanentemente.

Con la sóli­da actua­ción de su elen­co, sobre todo la de Gains­bourg, un acer­ta­do guión y la pre­ci­sa rea­li­za­ción de Ber­nard, se asis­te a un sen­ci­llo y genuino rela­to agri­dul­ce capaz de lograr la empa­tía del espec­ta­dor. Jor­ge Gutman