La Corri­da Camarguesa

UNE JEU­NES­SE FRA­NÇAI­SE. Cana­dá-Fran­cia, 2024. Un docu­men­tal escri­to y diri­gi­do por Jéré­mie Bat­ta­glia. 84 minutos

Las carac­te­rís­ti­cas de un depor­te que con la excep­ción de Fran­cia es poco cono­ci­do en el res­to del mun­do es lo que ofre­ce el docu­men­ta­lis­ta Jéré­mie Bat­ta­glia en este cau­ti­van­te docu­men­tal que tie­ne como esce­na­rio de fon­do la corri­da camarguesa.

Una esce­na del film

Antes de entrar de lleno a su con­te­ni­do, cabe men­cio­nar que dicha acti­vi­dad depor­ti­va se prac­ti­ca no solo en Camar­ga sino tam­bién en otras regio­nes ubi­ca­das al sur de Fran­cia . A dife­ren­cia de la corri­da de toros, en este caso los par­ti­ci­pan­tes se apro­xi­man al ani­mal sin la inten­ción de matar­lo sino con el pro­pó­si­to de arre­ba­tar un peda­zo de tela roja que está sos­te­ni­da por cor­do­nes entre sus cuer­nos. En Une Jeu­nes­se Fra­nçai­se el direc­tor enfo­ca a Jawad Bakloul y Bel­ka­cem Benham­mou, dos jóve­nes de ori­gen ára­be dedi­ca­dos a esta curio­sa com­pe­ten­cia depor­ti­va que anual­men­te se rea­li­za entre mar­zo y octubre.

A tra­vés de su cáma­ra Bat­ta­glia pre­sen­ta los tes­ti­mo­nios de ambos atle­tas como asi­mis­mo los de sus fami­lia­res. Es así que salen a relu­cir aspec­tos de amplio con­te­ni­do social al rese­ñar que estos mucha­chos tra­tan de sobre­sa­lir en este depor­te como medio de con­tra­rres­tar la dis­cri­mi­na­ción exis­ten­te en des­cen­dien­tes de inmi­gran­tes afri­ca­nos; el pre­va­le­cien­te racis­mo se mani­fies­ta en mate­ria de empleos ofre­ci­dos como igual­men­te en los pre­jui­cios mani­fes­ta­dos en la prác­ti­ca de este depor­te hacia quie­nes no son fran­ce­ses de pura cepa.

Asi­mis­mo, el docu­men­tal ilus­tra algu­nos de los encuen­tros en la are­na del com­pe­ti­dor con el toro en don­de los par­ti­ci­pan­tes están expues­tos al serio ries­go de que­dar heri­do por el ani­mal; ése es el caso de Jawad quien en una de las con­tien­das que­dó gra­ve­men­te lesio­na­do, lo que le hace refle­xio­nar acer­ca de su incier­to futu­ro; dife­ren­te es la situa­ción de Bel­ka­cem que desa­fian­do el peli­gro laten­te del depor­te aspi­ra a con­ver­tir­se en cam­peón de Fran­cia y poder sub­ve­nir a las nece­si­da­des de su familia.

Con una cui­da­do­sa pues­ta escé­ni­ca, Bat­ta­glia obtie­ne un docu­men­tal flui­do y nutri­do de hon­do con­te­ni­do humano don­de ade­más de refle­jar las vici­si­tu­des y obs­tácu­los que afron­tan sus dos atle­tas en sus esfuer­zos de inte­gra­ción a un medio social racis­ta, igual­men­te ofre­ce una bue­na pin­tu­ra de las fes­ti­vi­da­des y tra­di­cio­nes aso­cia­das con esta dis­tin­ti­va acti­vi­dad depor­ti­va. Jor­ge Gutman

Revi­vien­do el Amor Conyugal

NOUS, LES LEROY. Fran­cia, 2024. Un film escri­to y diri­gi­do por Flo­rent Ber­nard. 103 minutos

En su pri­mer tra­ba­jo como rea­li­za­dor Flo­rent Ber­nard con­si­de­ra en Nous, les Leroy el tema de la com­ple­ji­dad conyugal.

José Gar­cía y Char­lot­te Gainsbourg

El guión del novel cineas­ta pre­sen­ta a San­dri­ne (Char­lot­te Gains­bourg), una mujer que tras vein­te años de matri­mo­nio con Chris­tophe Leroy (José Gar­cía) sien­te que la ruti­na­ria vida con su espo­so no le ofre­ce incen­ti­vos, tenien­do en cuen­ta que por razo­nes de tra­ba­jo no hay mayor comu­ni­ca­ción. Esa situa­ción la afec­ta en dema­sía y es así que deci­de sepa­rar­se de su mari­do, comu­ni­can­do su pro­pó­si­to a sus hijos Bas­tien (Hadrien Heaul­mé) de 18 años y Lore­ley (Lily Aubry) de 16 años. Cuan­do Chris­tophe se ente­ra de la deci­sión de su mujer, él que la quie­re y no desea que el núcleo fami­liar se disuel­va, le rue­ga que le brin­de la opor­tu­ni­dad de cam­biar de pare­cer; para ello pro­po­ne efec­tuar un via­je con San­dri­ne y sus hijos a fin de visi­tar los luga­res que el matri­mo­nio solía fre­cuen­tar en el pasado.

En la pri­me­ra para­da de este peri­plo visi­tan el depar­ta­men­to que habi­ta­ron al prin­ci­pio de la vida con­yu­gal, para pos­te­rior­men­te pro­se­guir a un res­tau­ran­te en el que Chris­tophe le pro­pu­so matri­mo­nio a San­dri­ne. Con todo la pro­se­cu­ción de este via­je no resul­ta­rá de acuer­do a lo planeado.

Entre­mez­clan­do situa­cio­nes risue­ñas con otras más serias, el film inten­ta demos­trar cómo la ausen­cia de comu­ni­ca­ción afec­tó la rela­ción con­yu­gal al haber gene­ra­do la des­ilu­sión de San­dri­ne sin que su mari­do lo hubie­se per­ci­bi­do. Asi­mis­mo el rela­to de Ber­nard tras­lu­ce la fal­ta de un con­tac­to más inten­so del matri­mo­nio hacia sus hijos como es el caso de la ado­les­cen­te Lore­ley sin­tién­do­se un poco resen­ti­da por la fal­ta de aten­ción de sus padres.

En últi­ma ins­tan­cia Chris­tophe reco­no­ce que ade­más de tra­tar de revi­vir la chis­pa amo­ro­sa de su espo­sa, debe adop­tar un cam­bio de acti­tud en la rela­ción man­te­ni­da con sus hijos. Es así que en la últi­ma par­te del rela­to el film ofre­ce momen­tos de ter­nu­ra, a tra­vés de la sen­si­ble acti­tud de Chris­tophe hacia su mujer como al pro­pio tiem­po ayu­dan­do a su hijo a que pue­da reanu­dar el inte­rrum­pi­do víncu­lo sen­ti­men­tal con su joven amiga.

Basa­do en su expe­rien­cia per­so­nal, Ber­nard ofre­ce un emo­ti­vo cua­dro de fami­lia resal­tan­do la impor­tan­cia de los lazos emo­cio­na­les que unen a sus miem­bros y la for­ma de man­te­ner­los permanentemente.

Con la sóli­da actua­ción de su elen­co, sobre todo la de Gains­bourg, un acer­ta­do guión y la pre­ci­sa rea­li­za­ción de Ber­nard, se asis­te a un sen­ci­llo y genuino rela­to agri­dul­ce capaz de lograr la empa­tía del espec­ta­dor. Jor­ge Gutman

Gran Clá­si­co del Cine Mundial

THE THIRD MAN

Con­si­de­ra­da como una de las obras maes­tras del cine uni­ver­sal, la exce­len­te pelí­cu­la bri­tá­ni­ca The Third Man de Carol Reed es repues­ta en oca­sión de cum­plir 75 años de su estreno en 1949.

Más allá de las dis­cu­sio­nes sus­ci­ta­das en su opor­tu­ni­dad de que el film per­te­ne­ce más a Orson Welles que al pro­pio Reed, lo cier­to es que el rea­li­za­dor cap­tó la esen­cia del guión de Graham Gree­ne, uno de los más renom­bra­dos nove­lis­tas del pasa­do siglo.

Joseph Cot­ten

La his­to­ria pre­sen­ta a Holly Mar­tins (Joseph Cot­ten), un escri­tor de bara­tas nove­las del Oes­te que lle­ga en 1947 a la ciu­dad de Vie­na invi­ta­do por Harry Lyme (Orson Welles), su gran ami­go de la infan­cia que le ha pro­me­ti­do un pues­to de tra­ba­jo. Al lle­gar a des­tino. Holly se impo­ne a tra­vés de Callo­way (Tre­vor Howard), jefe de la poli­cía mili­tar de Gran Bre­ta­ña, que Harry aca­ba de falle­cer al haber sido atro­pe­lla­do por un coche. Debi­do a datos con­tra­dic­to­rios acer­ca de la real cau­sa de su dece­so, Holly comien­za un pro­ce­so de inves­ti­ga­ción don­de se ente­ra que en reali­dad Harry era un peli­gro­so cri­mi­nal que ade­más de ser el autor de varias muer­tes esta­ba invo­lu­cra­do en el mer­ca­do negro del trá­fi­co de peni­ci­li­na. A todo ello, Holly se sien­te atraí­do por Anna Sch­midt (Ali­da Valli), la anti­gua novia de su ami­go, quien le sugie­re que la muer­te de Harry pudo no haber sido accidental.

Sin entrar a rela­tar la pro­se­cu­ción de su tra­ma, cier­ta­men­te el film con­ci­sa­men­te narra­do y mag­ní­fi­ca­men­te inter­pre­ta­do por Cot­ten, Valli, Howard y Welles, figu­ras cum­bres de la cine­ma­to­gra­fía bri­tá­ni­ca, es un mag­ní­fi­co expo­nen­te del cine negro. Nutri­do de remar­ca­ble sus­pen­so y de anto­ló­gi­cas secuen­cias, como la que tie­ne lugar en una per­se­cu­ción en las alcan­ta­ri­llas de Vie­na, la pelí­cu­la con­ser­va hoy día la mis­ma atrac­ción y fres­cu­ra que en opor­tu­ni­dad de su estreno.

La repo­si­ción de The Third Man, pelí­cu­la que obtu­vo la Pal­ma de Oro en el Fes­ti­val de Can­nes de 1949, se rea­li­za­rá en selec­tas salas del cir­cui­to Cine­plex a par­tir del 22 de noviem­bre de 2024.

Un Melo­dra­ma Pasional

TOS­CA

En la ter­ce­ra pre­sen­ta­ción de la actual tem­po­ra­da de ópe­ras trans­mi­ti­das des­de el Metro­po­li­tan Ope­ra Hou­se (MET) de Nue­va York a los cines cana­dien­ses se podrá apre­ciar Tos­ca, la gran crea­ción líri­ca de Gia­co­mo Puc­ci­ni y libre­to en ita­liano de Lui­gi Illi­ca y Giu­sep­pe Gia­co­sa, basa­da en la pie­za tea­tral La Tos­ca de Vic­to­rien Sar­dou que fue estre­na­da en Roma en enero de 1900.

Lise David­son. (Foto: Marty Sohl)

Esta ópe­ra con per­so­na­jes mag­ní­fi­ca­men­te deli­nea­dos don­de se entre­mez­clan los sen­ti­mien­tos del amor, los celos y las intri­gas polí­ti­cas den­tro de un cli­ma de per­ma­nen­te ten­sión, es con­si­de­ra­da como una de las más repre­sen­ta­ti­vas del reper­to­rio veris­ta ita­liano por su inten­si­dad dra­má­ti­ca. A ello habrá que agre­gar la rique­za musi­cal con las melo­dio­sas arias con­ce­bi­das por Puc­ci­ni, don­de entre las mis­mas se encuen­tran Vis­si d’ar­te y E luce­van.

Lise David­son y Fred­die De Tomas­so. (Foto: Marty Sohl)

La pre­sen­te ver­sión es una copro­duc­ción de la ODM y la Ope­ra de Cin­cin­na­ti adop­tan­do un tra­ta­mien­to clá­si­co que revi­ve el con­tex­to y los luga­res his­tó­ri­cos de la Roma de 1800, épo­ca en la que trans­cu­rre. En una bre­ve sinop­sis se pue­de anti­ci­par que la his­to­ria enfo­ca a la can­tan­te Flo­ria Tos­ca que es la aman­te del pin­tor Mario Cava­ra­dos­si, cóm­pli­ce del fugi­ti­vo Cesa­re Ange­lot­ti, el ex cón­sul de Roma. Scar­pia, el jefe de poli­cía que sien­te una gran pasión por Tos­ca y a su vez tra­ta de ubi­car a Ange­lot­ti, arres­ta a Cava­ra­dos­si. Sin embar­go, Scar­pia chan­ta­jea a Tos­ca seña­lán­do­le que libe­ra­rá a Cava­ra­dos­si si ella lle­ga a corres­pon­der sus sen­ti­mien­tos. La apa­ren­te con­for­mi­dad de Tos­ca para sal­var a su aman­te de ser fusi­la­do, pre­ci­pi­ta­rá los acon­te­ci­mien­tos has­ta desem­bo­car en un trá­gi­co final.

La pre­sen­te pro­duc­ción del MET es del exce­len­te direc­tor esco­cés Sir David McVi­car El elen­co este­lar cuen­ta en los roles cen­tra­les con la remar­ca­ble soprano norue­ga Lisa David­son  como la pri­ma dona Flo­ria Tos­ca, el caris­má­ti­co tenor bri­tá­ni­co-ita­liano Fred­die De Tom­ma­so hacien­do su debut en el MET como su aman­te Mario Cava­ra­dos­si y el gran barí­tono esta­dou­ni­den­se Quinn Kel­sey asu­me el papel del impla­ca­ble y mani­pu­la­dor Scarpia.

El aplau­di­do maes­tro Yan­nick Nézet-Séguin que ha sabi­do extraer toda la suti­le­za y liris­mo con­te­ni­dos en esta ópe­ra,   diri­ge la orques­ta del MET. La esce­no­gra­fía y ves­tua­rio es de John Mac­far­la­ne en tan­to que la ilu­mi­na­ción esta a car­go de David Finn .

El dra­ma trá­gi­co de Puc­ci­ni estruc­tu­ra­do en 3 actos es can­ta­do en ita­liano con sub­tí­tu­los en inglés en las salas per­te­ne­cien­tes al cir­cui­to Cine­plex. La trans­mi­sión en vivo y en direc­to será efec­tua­da el 23 de noviem­bre  y retrans­mi­ti­da los días 14 y 16 diciem­bre de 2024. Para infor­ma­ción acer­ca de los cines par­ti­ci­pan­tes a tra­vés de Cana­da y hora­rios loca­les res­pec­ti­vos pre­sio­ne aquí

Con­mo­ve­do­ra His­to­ria de Amor

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

KUKUM. Tex­to: Michel Jean — Adap­ta­ción Tea­tral: Lau­re Mora­li con la cola­bo­ra­ción de Joséphi­ne Bacon -. Direc­ción: Émi­lie Mon­net – Elen­co: Sha­ron-Fon­tai­ne Ish­pa­tao, Jean-Luc Kana­pé, Léa­ne Labrè­che-Dor, Marie-Ève Pelle­tier, Emma Ran­kin y Êtien­ne Thi­beault– Esce­no­gra­fía: Simon Guil­bault — Acce­so­rios: Mayu­mi Ide-Ber­ge­ron — Ves­tua­rio: Sophie El-Assaad y Kim Picard – Ilu­mi­na­ción: Mar­tin Sirois – Maqui­lla­je: Flo­ren­ce Cor­net — Con­cep­ción Sono­ra: Marie-Fré­dé­ri­que Gra­vel — Músi­ca Tra­di­cio­nal: Mathieu McKen­zie, Kim Fon­tai­ne y Hugo Perreault — Con­cep­ción del Video: Caro­li­ne Mon­net — Asis­ten­cia de Direc­ción: Clau­die Gag­non. Dura­ción: 105 minu­tos. Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 15 de diciem­bre de 2024 en el Théâ­tre du Nou­veau Mon­de 

Una excep­cio­nal expe­rien­cia es la que el aman­te tea­tral podrá dis­fru­tar con esta obra pre­sen­ta­da en el TNM. Basa­da en el elo­gio­so libro homó­ni­mo de Michel Jean publi­ca­do en 2019, la renom­bra­da escri­to­ra y poe­ti­sa Lau­re Mora­li con el apor­te de la exi­mia poe­ti­sa innu Joséphi­ne Bacon han logra­do una estu­pen­da adaptación.

Léa­ne Labrè­che-Dor y Étien­ne Thi­beault. (Foto: Yves Renaud)

Sin duda algu­na la pie­za es un bello home­na­je rea­li­za­do a la comu­ni­dad autóc­to­na de Cana­dá con el loa­ble pro­pó­si­to de recon­ci­lia­ción y unión con la pobla­ción blanca.

El autor deseó home­na­jear a sus ances­tros a tra­vés de su que­ri­da bisa­bue­la Alman­da For­tier-Car­mi­chael (1882 – 1977). El rela­to trans­cu­rre a prin­ci­pios del siglo pasa­do y en la pri­me­ra esce­na se obser­va la huér­fa­na blan­ca Alman­da de 15 años (Léa­ne Labrè­che-Dor) que vivien­do en la región de Lac Saint-Jean en una de sus sali­das cono­ce cir­cuns­tan­cial­men­te al joven innu Tho­mas Simeon (Étien­ne Thi­beaut); el fle­cha­zo de amor que se pro­du­ce entre ambos moti­va­rá a que Alman­da deci­da casar­se con Tho­mas tenien­do en cuen­ta la bue­na aco­gi­da que ella reci­be de su sue­gro Malek (Jean-Luc Kana­pé) y de su her­ma­na Chris­ti­ne (Sha­ron Fon­tai­ne-Ish­pa­tao). Una de las emo­cio­nan­tes esce­nas de la pie­za acon­te­ce en la cere­mo­nia de enla­ce don­de pos­te­rior­men­te Alman­da se des­pi­de de su tía (Marie-Ève Pelle­tier) quien la había cui­da­do duran­te su orfandad.

L. Labre­che-Dor, É. Thi­beault, J‑Luc Kana­pé y S. Fon­tai­ne-Ish­pa­tao. (Foto: Yves Renaud)

De allí en más la his­to­ria gra­vi­ta en torno al amor indes­truc­ti­ble de la pare­ja y la for­ma en que Alman­da a tra­vés de las cua­tro esta­cio­nes se adap­ta a las cos­tum­bres y tra­di­cio­nes de la nóma­de fami­lia innu, como una inte­gran­te más de esa comunidad.

La pues­ta escé­ni­ca de la mul­ti­fa­cé­ti­ca artis­ta Émi­lie Mon­net cui­dó esme­ra­da­men­te todos los deta­lles nece­sa­rios a fin de lograr la máxi­ma auten­ti­ci­dad de la cul­tu­ra innu, en don­de se des­ta­ca el valio­so apor­te de Joséphi­ne Bacon para que par­te de los diá­lo­gos de la pie­za se expre­sen en len­gua­je innu; asi­mis­mo Mon­net inter­ca­la mag­ní­fi­ca­men­te can­tos tra­di­cio­na­les con­ce­bi­dos por Mathieu McKen­zie, Kim Fon­tai­ne y Hugo Perreault. No menos impor­tan­te es la con­tri­bu­ción de Caro­li­ne Mon­net (her­ma­na de la direc­to­ra) de las imá­ge­nes de video que ha dise­ña­do y el empleo de mate­rial de archi­vo para refle­jar la reali­dad del pue­blo indí­ge­na. La esce­no­gra­fía de Simon Guil­bault refle­ja el paso del tiem­po, en don­de en el cre­púscu­lo de su exis­ten­cia la abue­la Alman­da trans­mi­te a su nie­ta Clau­de (Emma Ran­kin) las viven­cias atra­ve­sa­das, sin dejar de omi­tir los obs­tácu­los oca­sio­na­dos por la colo­ni­za­ción de los Blancos.

Ade­más de la rique­za del ves­tua­rio autóc­tono dise­ña­do por Sophie El-Assaad y Kim Picard, el valio­so efec­to de ilu­mi­na­ción de Mar­tin Sirois y la con­cep­ción sono­ra de Marie-Fré­dé­ri­que Gra­vel, la pie­za se valo­ri­za por el estu­pen­do elen­co con­vo­ca­do por Émi­lie Mon­net. En tal sen­ti­do cabe men­cio­nar que con la excep­ción de Léa­ne Labrè­che-Dor en su exce­len­te com­po­si­ción pro­ta­gó­ni­ca y Marie-Ève Pelle­tier (carac­te­ri­zan­do a la tía de Alman­da), por pri­me­ra vez en una repre­sen­ta­ción tea­tral los res­tan­tes cua­tro artis­tas son autóc­to­nos que brin­dan una inme­jo­ra­ble carac­te­ri­za­ción en los roles asignados.

Dicho lo que ante­ce­de, Kukum.(pala­bra que sig­ni­fi­ca “abue­la”) es una obra poé­ti­ca e inten­sa­men­te pal­pi­tan­te que per­mi­te al espec­ta­dor que­dar pro­fun­da­men­te con­mo­vi­do al haber­se sumer­gi­do en la valio­sa cul­tu­ra innu. Esta exce­len­te pie­za es a todas luces imperdible.

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