FLOW. Letonia-Bélgica-Francia. Un film de Gints Zilbalodis. 85 minutos.
Aunque sin haber visto Away (2019), su primer film de animación, es gratificante descubrir al joven realizador letonio Gints Zilbatodis en Flow, su segundo largo metraje que es una joya del género animado y uno de los mejores filmes de 2024.
Lo sorprendente es que prescindiendo por completo de diálogos, mediante sus imágenes el film sumerge al espectador en un mundo de animales capaz de maravillar como asimismo de quererlos a través del guión imaginado por el cineasta junto con Matiss Kaza. En esencia se puede calificar a Zilbatodis como el hombre orquesta de esta producción puesto que es asimismo el responsable de la estupenda fotografía, impecable diseño de producción y uno de los dos autores de la música compartido con Rihards Zalupe.
La historia transcurre en un medio donde los seres humanos parecen haber desaparecido sin que se sepa la razón y solamente habitan los animales.. Cuando una tremenda inundación se apodera del planeta, un atractivo gato negro viviendo en el bosque trata de encontrar una vía de escape a fin de salvar su vida su vida; sobreponiendo su miedo al agua el felino se refugia en un pequeño velero en donde llega a conocer a otros animales que igualmente intentan protegerse; entre los mismos se encuentra un apacible carpincho, un perro juguetón, un sociable lémur y una garza que oficia de secretaria. Esta variada tripulación deberá sortear varios obstáculos para sobrevivir pero lo más importante es que a través de este periplo, el gato protagonista del relato aprenderá a socializar y convivir con otros diferentes animales.
Es remarcable lo que Zilbalodis consigue en la notable descripción de los personajes que no obstante sus diferentes características logran interactuar mediante sus miradas, gestos, movimientos y el empleo de sus propias voces. Es así que a través de una agraciada alianza estos animales nutridos de un espíritu solidario reflejan las cualidades positivas que se aguardan de un ser humano.
Además de la prodigiosa puesta escénica nutrida de un ritmo fluído, el film brinda la sensación de estar contemplando un documental debido a la remarcable tarea realizada por Leo Silly-Pellisier quien como director de la animación resalta vivamente la realista expresión de los animales.
En suma, superando éxitosamente la valla lingüística, esta valiosa fábula se destaca por sus remarcables valores visuales como asimismo por su mensaje humanístico permitiendo que su visión sea muy apreciada tanto por la población menuda como asimismo por el público adulto. Decididamente recomendable. Jorge Gutman