THE SEED OF THE SACRED FIG. Irán-Francia-Alemania, 2024. Un film escrito y dirigido por Mohammad Rasoulof. 168 minutos
El eminente realizador iraní Mohammad Rasoulof ha experimentado igual suerte que otros cineastas de Irán, siéndoles prohibido salir del país por su activismo político. En este caso el cineasta que fue condenado a ocho años de prisión„ en 2024 logró escapar de Irán, llegando a Cannes para presentar The Seed of the Sacred Fig, que fue distinguido con el premio especial del jurado. Este fuerte y duro drama social que fue filmado clandestinamente denuncia abiertamente al represivo gobierno imperante en dicha nación.
El guión del director presenta a Iman (Missagh Zareh) un funcionario estatal que ha sido promovido al cargo de juez de instrucción con la misión de refrendar con su firma las sentencias de muerte pronunciadas por el tribunal islámico para quienes políticamente se oponen al régimen teocrático del país. En principio dicho ascenso constituye para él un motivo de reconocimiento y de gran satisfacción que de hecho es compartida por su sumisa y obediente esposa Najmeh (Soheila Golestani); sin embargo, la euforia de sus padres está lejos de ser sentida por sus hijas adolescentes Rezvan (Mahsa Rostami) y Sana (Setareh Maleki).
Mientras tanto, en las calles abundan las manifestaciones de protesta de las mujeres reclamando sus legítimos derechos, sobre todo después de que en septiembre de 2022 se produjo el arresto de la activista Mahsa Arrani de 22 años por no utilizar el velo femenino obligatorio y su posterior muerte durante la custodia policial. La armonía de la familia de Iman se va deteriorando cuando Rezvan y Sana abiertamente se rebelan al no aprobar la conducta de su padre por el trabajo que realiza; eso se intensifica cuando Rezvan ve lo acontecido con su amiga Sadat (Niousha Akhshi), quien al participar en una manifestación es herida por la brutal policía y posteriormente detenida.
La situación tiende a complicarse cuando Iman no encuentra el arma reglamentaria que le ha sido dada por sus superiores a fin de proteger a su familia y termina culpando a su mujer e hijas de haberlo tomado aunque ellas lo niegan; eso va creando una fuerte tensión familiar que se incrementa a medida que Iman va alienándose en el ejercicio de su labor.
Si bien hasta ese momento Rasoulof demuestra una vez más su talento mediante una rigurosa puesta escénica, la continuación del guión por él concebido da la impresión de pertenecer a una película completamente distinta, lo que ciertamente desconcierta; eso es debido a que el relato además de desnivelarse engendra un clima de terror, impregnado de una inusitada y gratuita violencia. De todos modos, si bien esta última parte del film desilusiona por su incongruencia, la crítica social esbozada en su primera mitad reflejando la decadencia de la revolución islámica así como las excelentes actuaciones de los cuatro protagonistas ameritan su visión. Jorge Gutman