Exce­len­te Dra­ma de Wal­ter Salles

I’M STILL HERE / AIN­DA ESTOU AQUI. Bra­sil-Fran­cia, 2024. Un film de Wal­ter Salles. 136 minutos

Para rei­vin­di­car la memo­ria colec­ti­va de un tris­te pasa­do his­tó­ri­co regis­tra­do en su tie­rra, el nota­ble direc­tor bra­si­le­ño Wal­ter Salles retor­na exi­to­sa­men­te con el valio­so dra­ma Ain­da Estou Aquí.

Fer­nan­da Torres

En el mag­ní­fi­co guión de Muri­lo Hau­ser y Hei­tor Lore­ga basa­do en la bio­gra­fía escri­ta por Mar­ce­lo Rubens Pai­va, la acción comien­za en 1971 en ple­na dic­ta­du­ra mili­tar de Bra­sil, pre­sen­tan­do al ex con­gre­sis­ta Rubens Pai­va (Sel­ton Mello), su espo­sa Euni­ce (Fer­nan­da Torres) y su fami­lia inte­gra­da por 4 hijas y un hijo de varia­da edad, vivien­do en Río de Janei­ro. En los pri­me­ros 35 minu­tos del rela­to se asis­te a un armo­nio­so núcleo fami­liar don­de nin­guno de sus inte­gran­tes ima­gi­na lo que sobre­ven­dría. El idí­li­co pano­ra­ma se ensom­bre­ce cuan­do tres emi­sa­rios del ejér­ci­to se aper­so­nan al hogar de los Pai­va para lle­var al jefe de fami­lia a un inte­rro­ga­to­rio que no debe­ría insu­mir mucho tiem­po; a medi­da que las horas trans­cu­rren y Rubens no retor­na, el temor de Euni­ce comien­za a cun­dir, sobre todo cuan­do al poco tiem­po ella jun­to con su hija Elia­na (Lui­za Kosovs­ki) de 15 años son for­za­das a acu­dir a un for­mal inte­rro­ga­to­rio que en reali­dad no lo es tal; mien­tras que Elia­na es libe­ra­da pron­ta­men­te, su madre es some­ti­da a una inten­sa humi­lla­ción y tor­tu­ra por espa­cio de varios días para pos­te­rior­men­te per­mi­tir­le regre­sar a su hogar.

Fren­te a su mari­do ausen­te, Euni­ce ini­cia con deses­pe­ra­ción una lucha des­ti­na­da a saber su para­de­ro. Es así que a par­tir de enton­ces, ella es exclu­si­va­men­te res­pon­sa­ble de sos­te­ner y man­te­ner uni­da a su fami­lia. El rela­to se tras­la­da a 1996, fecha en la que Euni­ce uni­da a sus hijos ya adul­tos cele­bran que el Poder Judi­cial de Bra­sil haya reco­no­ci­do la muer­te de Mar­ce­lo a los pocos días de haber sido secues­tra­do por los mili­ta­res. A todo ello la pelí­cu­la ilus­tra los regis­tros fíl­mi­cos de la fami­lia logra­dos por la hija mayor Vera (Valen­ti­na Hers­za­ge) con su cáma­ra Super 8. Como epí­lo­go de esta his­to­ria basa­da en acon­te­ci­mien­tos reales se obser­va a la fami­lia reu­ni­da en 2014 don­de Fer­nan­da Mon­te­ne­gro ‑la gran actriz de Cen­tral do Bra­sil (1998) y madre de Fer­nan­da Torres en la vida real- ani­ma a la frá­gil ancia­na Euni­ce pos­tra­da en silla de rue­das; rodea­da del clan fami­liar, ella obser­va la ale­gría ema­na­da por sus hijos y nie­tos revi­ta­li­zan­do el indes­truc­ti­ble lazo de los Pai­va como lo era antes de la des­apa­ri­ción de su patriarca.

Nue­va­men­te Salles, reafir­ma su talen­to narra­ti­vo con este subli­me y con­mo­ve­dor dra­ma humano imbui­do de indis­cu­ti­ble auten­ti­ci­dad y resal­ta­do por la anto­ló­gi­ca excep­cio­nal carac­te­ri­za­ción logra­da por Torres como la for­ta­le­ci­da y estoi­ca madre cora­je capaz de mover mon­ta­ñas en su recla­mo de jus­ti­cia, ponien­do en evi­den­cia la cruel­dad del régi­men mili­tar que enlu­tó al país en los años 60 y 70.

El film deja un sabor amar­go cuan­do en los cré­di­tos fina­les se lee que nin­guno de los res­pon­sa­bles de los crí­me­nes come­ti­dos duran­te la dic­ta­du­ra mili­tar fue enjui­cia­do como tam­po­co envia­do a pri­sión. Pero a su vez recon­for­ta al saber que a los 48 años de edad Euni­ce Pai­va se gra­duó de abo­ga­da luchan­do acti­va­men­te por la defen­sa de los dere­chos humanos’

En suma, por sus indis­cu­ti­bles méri­tos esta remar­ca­ble pelí­cu­la de Salles capaz de sen­si­bi­li­zar pro­fun­da­men­te al espec­ta­dor más indi­fe­ren­te fue galar­do­na­da en el fes­ti­val de Vene­cia con el pre­mio al mejor guión com­par­ti­do por Hau­ser y Lore­ga; asi­mis­mo, mere­ci­da­men­te la Aca­de­mía de Holy­wood la nomi­nó para los pre­mios Oscar de 2025 en las cate­go­rías de Mejor pelí­cu­la del Año, Mejor Pelí­cu­la Inter­na­cio­nal y Mejor Actriz. Jor­ge Gutman