Colo­ri­do Thri­ller Político

KID­NAP­PING INC. Cana­dá-Hai­tí-Fran­cia, 2024. Un film de Bruno Mou­rral. 107 minutos.

Aun­que el esce­na­rio de fon­do sea dra­má­ti­co, lo cier­to es que el rea­li­za­dor Bruno Mou­rrai ha logra­do con­ce­bir en Kid­nap­ping Inc. un colo­ri­do thri­ller polí­ti­co. Si bien se sabe que Hai­tí atra­vie­sa serias difi­cul­ta­des a nivel polí­ti­co, eco­nó­mi­co y social, los secues­tros efec­tua­dos por per­so­na­jes de la más humil­de con­di­ción social con el pro­pó­si­to de soli­ci­tar dine­ro para su res­ca­te, son muy fre­cuen­tes en el país caribeño.

Rolaph­ton Mer­cu­re y Jas­muel Andri

En base a lo que pre­ce­de el inge­nio­so guión del rea­li­za­dor com­par­ti­do con Jas­muel Andri y Gil­bert Miram­beau Jr. ubi­can­do la acción en Port-au-Prin­ce comien­za con el secues­tro rea­li­za­do por Doc (Jas­muel Andri) y su com­pin­che Zoe (Rolaph­ton Mer­cu­re) de Ben­ja­min Perralt Jr, a quien han colo­ca­do en el baúl del coche que uti­li­zan para su tra­ba­jo; el des­afor­tu­na­do rap­ta­do es el hijo del sena­dor nacio­nal Ben­ja­min Perralt Sr (Ash­ley Lara­que) y can­di­da­to a la pre­si­den­cia de la nación en las pró­xi­mas elec­cio­nes. El obje­ti­vo de este par de pecu­lia­res pillos es obte­ner una impor­tan­te suma de dine­ro pero sobre la mar­cha el ope­ra­ti­vo no fun­cio­na como esta­ba pla­nea­do, debi­do a que acci­den­tal­men­te el secues­tra­do muere.

Mien­tras que Audrey (Ana­bel López), la espo­sa de Ben­ja­min Jr, y su aman­te Eddy (Mar­cus Boe­reau) se ocu­pan de pro­cu­rar la suma mone­ta­ria deman­da­da y con­tac­tar a la poli­cía, los delin­cuen­tes deben reem­pla­zar al hijo del sena­dor, recu­rrien­do a otro que se le ase­me­je. Es así que lo logran secues­tran­do a Patrick (Patrick Joseph), un indi­vi­duo de ros­tro pare­ci­do cuya mujer Lau­ra (Ges­si­ca Généus) está emba­ra­za­da y pró­xi­ma a dar a luz. Nue­va­men­te nada resul­ta como debie­ra en la medi­da que Lau­ra desea fer­vien­te­men­te lle­gar de inme­dia­to al aero­puer­to a fin de abor­dar un vue­lo a Mia­mi, para que su hiji­to adquie­ra la ciu­da­da­nía americana.

Con un diná­mi­co rit­mo y un apre­cia­ble esti­lo visual, el film está impreg­na­do con una bue­na dosis de dis­lo­ca­do humor, con­si­de­ra­ble acción e inten­sa vio­len­cia; de todos modos a tra­vés de lo expues­to, Mou­rral efec­túa una crí­ti­ca a la corrup­ción de la auto­ri­dad poli­cial invo­lu­cra­da en este tipo de deli­tos. Al pro­pio tiem­po es intere­san­te la for­ma en que sutil­men­te el rea­li­za­dor refle­ja las ten­sio­nes que se sus­ci­tan entre la pobla­ción negra mayo­ri­ta­ria y la mino­ría mula­ta que deten­ta el poder en Haití.

No obs­tan­te el ingra­to papel de los dos delin­cuen­tes pro­ta­go­nis­tas del rela­to, tan­to Andri como Mer­cu­re apor­tan un increí­ble encan­to con el sen­ti­mien­to de amis­tad que los une, per­mi­tien­do ganar la empa­tía de la audien­cia; asi­mis­mo el rela­to no deja de lado la huma­ni­dad de ambos per­so­na­jes en la medi­da que Zoe debe cubrir impor­tan­tes deu­das con­traí­das para poder sub­sis­tir en tan­to que Doc recu­rre a los rap­tos para afron­tar los gas­tos médi­cos de su madre. Den­tro del sóli­do elen­co amplia­men­te se luce Ges­si­ca Généus como la ansio­sa Lau­ra en el momen­to en que se pro­du­ce el parto.

Si bien no todo resul­ta ópti­mo en la narra­ción, esta come­dia negra con algu­nos ribe­tes absur­dos es lo sufi­cien­te­men­te diver­ti­da dejan­do un sal­do deci­di­da­men­te posi­ti­vo; asi­mis­mo brin­da la opor­tu­ni­dad de apre­ciar un film hai­tiano, hecho que no sue­le suce­der con fre­cuen­cia. Jor­ge Gutman