Cui­da­do de Padres Ancianos

HERI­TA­GE irán, 2025. Un fim de Mir Moham­mad Naja­fi. 73 minu­tos. Pre­sen­ta­do en el Fes­ti­val Hot Docs

En este docu­men­tal nutri­do de un carác­ter muy per­so­nal el direc­tor ira­ní Mir Moham­mad Naja­fi cap­ta la devo­ción de los hijos hacia sus padres de avan­za­da edad cuan­do ellos ya no pue­den movi­li­zar­se por su cuen­ta y requie­ren ayuda.

El rela­to comien­za cuan­do Fari­ba, una mujer sexa­ge­na­ria de Irán, en la maña­na des­pués de des­pe­dir­se de su espo­so Saeid, se diri­ge a la casa de sus padres ancia­nos para cui­dar de ellos. Dia­ria­men­te ella com­par­te esa tarea con su her­mano Moji­ta­ba quien se encar­ga de ellos duran­te la noche.

Es así que se con­tem­pla a Fari­ba tra­tan­do de aco­mo­dar a su padre Ali pos­tra­do en silla de rue­das a la vez que sir­vien­do el desa­yuno a su madre Sou­da­beh quien pade­ce de Alzhei­mer, teñir­le el cabe­llo, pre­pa­rar la comi­da, lavar la ropa y lim­piar con esme­ro su casa; no menos acti­va es la tarea de Moji­ta­ba quien entre otras dili­gen­cias se ocu­pa de bañar perió­di­ca­men­te a su padre.

Esa ardua labor es mati­za­da con el arri­bo de Rahe­leh ‑la hija de Fari­ba- su yerno Moham­ma­dre­za y su peque­ño nie­to Makan quie­nes viven en Qatar y han via­ja­do a Irán para cele­brar en fami­lia el Año Nue­vo de Irán. Otro momen­to espe­cial es en el que Fari­ba jun­to con su espo­so y her­mano cele­bran con gran cari­ño el cum­plea­ños de sus padres quie­nes han esta­do sepa­ra­dos des­de hace tiem­po aun­que resi­dien­do en la mis­ma casa; es allí don­de se evi­den­cia con más inten­si­dad el Alzhei­mer de Sou­da­beh quien des­co­no­ce por com­ple­to a Ali sin saber que ha sido su marido.

El ago­ta­dor esfuer­zo que deman­da la labor de estos hijos moti­va a que en un momen­to dado la exte­nua­da Fari­ba lle­gue a esta­llar dado su estrés men­tal y emo­cio­nal de aten­der a sus pro­ge­ni­to­res; eso se inten­si­fi­ca cuan­do ella tie­ne que lidiar con su obs­ti­na­da madre al pun­to que cuan­do no lle­ga a rete­ner su ori­na, debe tener que cam­biar­le su húme­da ropa y obli­gar­la a usar paña­les, como asi­mis­mo cuan­do al caer de su cama Sou­da­beh debe ser hospitalizada .

Dicho lo que ante­ce­de, es sor­pren­den­te cómo el rea­li­za­dor ha teni­do la opor­tu­ni­dad de pene­trar en la inti­mi­dad de la fami­lia des­crip­ta. Es así que con espe­cial sen­si­bi­li­dad Naja­fi refle­ja la res­pon­sa­bi­li­dad moral de estos dos her­ma­nos quie­nes aun­que pri­va­dos de su liber­tad per­so­nal, vuel­can el amor incon­di­cio­nal a sus pro­ge­ni­to­res cui­da­do de ellos has­ta el final de su exis­ten­cia. Jor­ge Gutman