ERNEST COLE: LOST AND FOUND. Estados Unidos, 2024. Un film de Raoul Peck. 105 minutos.
El remarcable director haitiano Raoul Peck, quien fuera un destacado político en su país natal para dedicarse posteriormente al cine, ya ha dado muestras de su talento abordando personalidades que consideraron el tema de la discriminación racial. Así en el documental I Am Not Your Negro (2016) consideró el problema del racismo en Estados Unidos, a través de James Baldwin (1924 – 1987), un eminente escritor e intelectual afroamericano que dedicó importantes años de su vida a analizar este urticante tema. En esta oportunidad Peck examina al excepcional fotógrafo sudafricano Ernest Cole (1940 – 1990), exiliado en Estados Unidos.

Ernest Cole
En 2017 ha sido descubierto en la bóveda de un banco de Estocolmo más de 60 mil negativos de fotos de Cole captadas en 35 milímetros que se habían considerado perdidas; ese acontecimiento ha sido el motivo que inspiró a Peck para realizar este documental. Para su implementación el director ha elaborado un guión en base a escritos del artista como asimismo recogiendo testimonios de sus amigos y familiares y en especial de la importante colaboración obtenida de Leslie Matlaisane, el sobrino de Cole quien tuvo a su cargo la supervisión de las fotos halladas en Suecia. En consecuencia el film revive a Cole a través de la remarcable voz del actor LaKeith Stanfield a cargo de la narración.
Desde sus primeros años de existencia Cole fue testigo de la humillación y vejámenes sufridos por la comunidad negra de Sudáfrica quien estaba obligada a ganarse su pan trabajando al servicio de sus racistas patrones blancos. Su pasión por la fotografía motivó que su cámara constituyera su instrumento vital de trabajo y con ella fue captando dramáticas fotos reflejando esa discriminación. En 1966 se traslada a New York y habiendo sido empleado por Drum Magazine consigue recopilar las fotos denunciando el apartheid que fueron publicadas en el libro House of Bondage, cuya gran repercusión lo convirtió en uno de los grandes artistas negros de su generación.
Sin embargo, durante los primeros años de su estancia en la gran metrópoli, donde el país vive la larga lucha del movimiento por los derechos civiles, el artista constata que la segregación racial hacia los afroamericanos no es muy diferente de la existente en Sudáfrica; eso lo vuelve a documentar con su cámara al igual que en sus viajes realizados a varias ciudades de Estados Unidos.
En esencia, Peck refleja la soledad y aislamiento que Cole experimenta al propio tiempo que siente una profunda nostalgia por su tierra y el deseo de retornar aunque es consciente que resulta imposible de hacerlo. Simultáneamente el film ilustra los acontecimientos acaecidos durante ese período en Sudáfrica, así como el boicot internacional recibido por el detestable sistema racial. Curiosamente, cuando nuevos vientos soplan en en el país africano con el fin del apartheid y la liberación de Nelson Mandela en febrero de 1990, seis días después un cáncer cobra la vida de Cole.
El documentalista logra un vibrante film muy bien construido y excelentemente editado por Alexandra Strauss a la vez que constituye un merecido homenaje al memorable artista dejando un legado a las nuevas generaciones con sus antológicas fotos. En los créditos finales se manifiesta que Peck dedica este trabajo “en memoria de todos aquéllos que mueren en el exilio”. Jorge Gutman