Los Amo­res de una Casamentera

MATE­RIA­LISTS. Esta­dos Uni­dos, 2025. Un film escri­to y diri­gi­do por Celi­ne Song. 116 minutos

Des­pués de su exi­to­so film román­ti­co Past Lives (2023), la direc­to­ra Celi­ne Song en su segun­do tra­ba­jo Mate­ria­lists incur­sio­na en el mis­mo tema aun­que sin resul­ta­dos sufi­cien­te­men­te convincentes.

Chris Evans,Dakota John­son y Pedro Pascal

La cineas­ta pre­sen­ta a Lucy (Dako­ta John­son), una ambi­cio­sa casa­men­te­ra de 35 años de edad tra­ba­jan­do para una renom­bra­da agen­cia ubi­ca­da en Manhat­tan. En su comien­zo resul­ta intere­san­te exa­mi­nar la idio­sin­cra­sia de esta tarea, don­de se con­si­de­ran las con­di­cio­nes eco­nó­mi­cas de las per­so­nas en pro­cu­ra de pare­ja, inclu­yen­do la edad, altu­ra, ideo­lo­gía polí­ti­ca, inte­li­gen­cia, incli­na­ción o no a cons­ti­tuir una fami­lia y otros tópi­cos que van sur­gien­do a tra­vés de la inter­me­dia­ción de Lucy. Su dedi­ca­ción pro­fe­sio­nal como media­do­ra es reco­no­ci­da por Vio­let (Marin Ire­land), la direc­to­ra de la agen­cia, así como es cele­bra­da por sus cole­gas cuan­do logra con­cre­tar su noveno engan­che. En todo caso, para esta exi­to­sa casa­men­te­ra cada clien­te se tra­du­ce en una mera tran­sac­ción comercial.

La his­to­ria de Song adquie­re un matiz dife­ren­te cuan­do Lucy cono­ce en una fies­ta de casa­mien­to a Harry (Pedro Pas­cal), un atrac­ti­vo adi­ne­ra­do indi­vi­duo, sur­gien­do de inme­dia­to una mutua atrac­ción. Coin­ci­den­te­men­te en esa oca­sión Lucy reen­cuen­tra a John (Chris Evans), su ex pare­ja con el que con­vi­vió duran­te 5 años y cuya rela­ción se esfu­mó debi­do a que ella no lle­gó a tole­rar su situa­ción eco­nó­mi­ca­men­te humilde.

En prin­ci­pio todo pare­ce­ría indi­car que Lucy encon­tró su gran amor en Harry, gozan­do de las como­di­da­des de su fas­tuo­so con­do­mi­nio, la vida millo­na­ria que osten­ta y el dis­fru­te del encuen­tro cor­po­ral. Un inci­den­te impre­vis­to sur­ge cuan­do Sophie (Zoe Win­ters), una de las clien­tas de Lucy, es obje­to de un mal tra­ta­mien­to en el encuen­tro con un poten­cial cor­te­jan­te; esa crí­ti­ca situa­ción moti­va a que ella reexa­mi­ne su con­vic­ción román­ti­ca y lle­gue a la con­clu­sión que no es amor lo que la une a Harry. A par­tir de ese momen­to, ella renue­va su vida sen­ti­men­tal con John a pesar de los incon­ve­nien­tes del pasa­do y su negli­gi­ble con­di­ción económica.

Aun­que bien inten­cio­na­da, la cineas­ta no logra narra­ti­va­men­te con­ven­cer el com­por­ta­mien­to errá­ti­co de Lucy, en lo que se refie­re a lo que ella desea sen­ti­men­tal­men­te con­cre­tar en su vida. Todo pare­ce­ría que­dar expues­to acer­ca de si el “amor” debe estar res­pal­da­do por el mate­ria­lis­mo del dine­ro y des­pro­vis­to de ver­da­de­ro cari­ño, o aca­so la situa­ción inversa.

Con un final com­pla­cien­te y pre­vi­si­ble, esta visión con­tem­po­rá­nea del amor care­ce rele­van­cia. A pesar de una bue­na com­po­si­ción acto­ral de John­son, Pas­cal y Evans, no exis­te una ver­da­de­ra quí­mi­ca ni comu­ni­ca­ción emo­ti­va entre la pro­ta­go­nis­ta en su rela­ción con Harry y John. Más allá de una direc­ción correc­ta de Song y la logra­da foto­gra­fía de Sha­bier Kirch­ner cap­tan­do los sun­tuo­sos luga­res en que trans­cu­rre la acción, el film sin ser medio­cre no lle­ga a tras­cen­der. Jor­ge Gutman