MAY DECEMBER. Estados Unidos, 2023. Un film de Todd Haynes. 117 minutos
Considerado como un muy buen realizador de melodramas, como ha sido en el caso de Far from Heaven (2002) y Carol (2015) entre otros títulos, Todd Haynes retorna con May December, abordando el mismo género que sin ser demasiado audaz resulta atractivo.
El relato basado en el guión de Samy Burch transcurre en 2015 presentando a Gracie Atherton-Yoo (Julianne Moore), una docente que en 1992 estando casada fue objeto de un escándalo debido a los amores mantenidos con un alumno de 13 años por lo cual pasó un breve tiempo en prisión. Ese vínculo perduró a través de los años y es así que su cónyuge es Joe Yoo (Charles Melton), el adolescente de entonces que ahora tiene 36 años. Viviendo en una confortable mansión de Savannah en el estado de Georgia, tienen tres hijos y todo hace suponer que aparentemente la pareja convive armoniosamente, no obstante la diferencia de 23 años de edad existente entre ellos.
El núcleo dramático de esta historia se produce con la llegada al lugar de Elizabeth Berry (Natalie Portman), una muy conocida actriz de una popular serie televisiva, cuyo propósito es contactar a Gracie e interiorizarse de su pasado dado que tiene la intención de actuar en un film donde ella habrá de protagonizarla. Para ello Elizabeth además realiza entrevistas a varias personas del lugar incluyendo a Tom Atherton (D.W. Moffet), el ex marido de Gracie que aún permanece emocionalmente afectado y a su hijo Georgie (Cory Michael Smith) que igualmente resiente a su madre.
Aunque resulte extraño que Gracie permita la incursión de la actriz en su hogar, todo hace suponer que la película proyectada pueda rehabilitarla socialmente del daño producido por los acontecimientos del pasado. En todo caso la indagación de Elizabeth tiene un alto costo en la pareja a medida que las viejas memorias resurgen con fuerza donde van apareciendo ciertos secretos bien guardados; eso adquiere mayores consecuencias cuando la actriz llega a seducir a Joe.
Teniendo en cuenta que Elizabeth no cejará en su propósito de obtener la mayor información posible de Gracie, eso se convierte para ella en una marcada obsesión al tratar de absorber su personalidad para convertirse en su doble; ese juego de espejos permite rememorar el sobresaliente film Persona (1966) de Ingmar Bergman.
La actuación de Moore es remarcable expresando en su personaje a la mujer insegura y egoísta, demostrando asimismo su vulnerabilidad al ser manipulada por Elizabeth. Igualmente es remarcable la interpretación de Portman transmitiendo el misterio de su personaje; tratando de aparecer en principio amable y servicial posteriormente actúa con mala fe en su encubierta malicia hacia Gracie. Por su parte Melton es muy convincente en el personaje de un individuo que de una temprana adolescencia despegó en un salto abrupto hacia la madurez como consecuencia del affaire con quien llegaría a ser su mujer.
Sin juzgar la moralidad de sus personajes, Haynes aborda una interesante historia aunque su precipitado desenlace desconcierta un poco; sin embargo, eso no descalifica los méritos de esta película que no siendo excepcional, merece su visión por su encomiable elenco. Jorge Gutman