Secre­tos de un Escándalo

MAY DECEM­BER. Esta­dos Uni­dos, 2023. Un film de Todd Hay­nes. 117 minutos

Con­si­de­ra­do como un muy buen rea­li­za­dor de melo­dra­mas, como ha sido en el caso de Far from Hea­ven (2002) y Carol (2015) entre otros títu­los, Todd Hay­nes retor­na con May Decem­ber, abor­dan­do el mis­mo géne­ro que sin ser dema­sia­do audaz resul­ta atractivo.

El rela­to basa­do en el guión de Samy Burch trans­cu­rre en 2015 pre­sen­tan­do a Gra­cie Ather­ton-Yoo (Julian­ne Moo­re), una docen­te que en 1992 estan­do casa­da fue obje­to de un escán­da­lo debi­do a los amo­res man­te­ni­dos con un alumno de 13 años por lo cual pasó un bre­ve tiem­po en pri­sión. Ese víncu­lo per­du­ró a tra­vés de los años y es así que su cón­yu­ge es Joe Yoo (Char­les Mel­ton), el ado­les­cen­te de enton­ces que aho­ra tie­ne 36 años. Vivien­do en una con­for­ta­ble man­sión de Savan­nah en el esta­do de Geor­gia, tie­nen tres hijos y todo hace supo­ner que apa­ren­te­men­te la pare­ja con­vi­ve armo­nio­sa­men­te, no obs­tan­te la dife­ren­cia de 23 años de edad exis­ten­te entre ellos.

Nata­lie Port­man y Julian­ne Moore

El núcleo dra­má­ti­co de esta his­to­ria se pro­du­ce con la lle­ga­da al lugar de Eli­za­beth Berry (Nata­lie Port­man), una muy cono­ci­da actriz de una popu­lar serie tele­vi­si­va, cuyo pro­pó­si­to es con­tac­tar a Gra­cie e inte­rio­ri­zar­se de su pasa­do dado que tie­ne la inten­ción de actuar en un film don­de ella habrá de pro­ta­go­ni­zar­la. Para ello Eli­za­beth ade­más rea­li­za entre­vis­tas a varias per­so­nas del lugar inclu­yen­do a Tom Ather­ton (D.W. Mof­fet), el ex mari­do de Gra­cie que aún per­ma­ne­ce emo­cio­nal­men­te afec­ta­do y a su hijo Geor­gie (Cory Michael Smith) que igual­men­te resien­te a su madre.

Aun­que resul­te extra­ño que Gra­cie per­mi­ta la incur­sión de la actriz en su hogar, todo hace supo­ner que la pelí­cu­la pro­yec­ta­da pue­da reha­bi­li­tar­la social­men­te del daño pro­du­ci­do por los acon­te­ci­mien­tos del pasa­do. En todo caso la inda­ga­ción de Eli­za­beth tie­ne un alto cos­to en la pare­ja a medi­da que las vie­jas memo­rias resur­gen con fuer­za don­de van apa­re­cien­do cier­tos secre­tos bien guar­da­dos; eso adquie­re mayo­res con­se­cuen­cias cuan­do la actriz lle­ga a sedu­cir a Joe.

Tenien­do en cuen­ta que Eli­za­beth no ceja­rá en su pro­pó­si­to de obte­ner la mayor infor­ma­ción posi­ble de Gra­cie, eso se con­vier­te para ella en una mar­ca­da obse­sión al tra­tar de absor­ber su per­so­na­li­dad para con­ver­tir­se en su doble; ese jue­go de espe­jos per­mi­te reme­mo­rar el sobre­sa­lien­te film Per­so­na (1966) de Ing­mar Bergman.

La actua­ción de Moo­re es remar­ca­ble expre­san­do en su per­so­na­je a la mujer inse­gu­ra y egoís­ta, demos­tran­do asi­mis­mo su vul­ne­ra­bi­li­dad al ser mani­pu­la­da por Eli­za­beth. Igual­men­te es remar­ca­ble la inter­pre­ta­ción de Port­man trans­mi­tien­do el mis­te­rio de su per­so­na­je; tra­tan­do de apa­re­cer en prin­ci­pio ama­ble y ser­vi­cial pos­te­rior­men­te actúa con mala fe en su encu­bier­ta mali­cia hacia Gra­cie. Por su par­te Mel­ton es muy con­vin­cen­te en el per­so­na­je de un indi­vi­duo que de una tem­pra­na ado­les­cen­cia des­pe­gó en un sal­to abrup­to hacia la madu­rez como con­se­cuen­cia del affai­re con quien lle­ga­ría a ser su mujer.

Sin juz­gar la mora­li­dad de sus per­so­na­jes, Hay­nes abor­da una intere­san­te his­to­ria aun­que su pre­ci­pi­ta­do des­en­la­ce des­con­cier­ta un poco; sin embar­go, eso no des­ca­li­fi­ca los méri­tos de esta pelí­cu­la que no sien­do excep­cio­nal, mere­ce su visión por su enco­mia­ble elen­co. Jor­ge Gutman

Las Dos Caras de la Justicia

JE VERRAI TOU­JOURS VOS VISA­GES. Fran­cia, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Jean­ne Herry. 118 minutos

Así como en Pupi­lle (2018) la direc­to­ra Jean­ne Herrry demos­tró su talen­to con­si­de­ran­do el tema de la adop­ción, con Je verrai tou­jours vos visa­ges enca­ra otro tema atra­pan­te aun­que de dife­ren­te natu­ra­le­za. Ella se ha ins­pi­ra­do en la jus­ti­cia res­tau­ra­ti­va, un meca­nis­mo legal implan­ta­do en Fran­cia en 2014 en don­de víc­ti­mas y vic­ti­ma­rios de deli­tos come­ti­dos pue­den enfren­tar­se a fin de vis­lum­brar la reconciliación.

Den­tro del mar­co de un rela­to coral que aun­que de fic­ción adop­ta las carac­te­rís­ti­cas típi­cas de un docu­men­tal hay dos his­to­rias que emer­gen del guión de Herry.

Miou-Miou y Lei­la Bekhti

En una de las mis­mas Fanny (Sulia­ne Brahim) y Michel (Jean-Pie­rre Darrou­sin), dos exper­tos pro­fe­sio­na­les se pre­pa­ran para super­vi­sar jun­to con los tra­ba­ja­do­res volun­ta­rios Cyril (Pas­cal San­gla) e Yvet­te (Anne Benoît) una tera­pia de gru­po duran­te varias sesio­nes don­de par­ti­ci­pa­rán tres víc­ti­mas de la vio­len­cia y tres agre­so­res sen­ten­cia­dos por la jus­ti­cia. Reu­ni­dos en un entorno cir­cu­lar se sale al encuen­tro de la sep­tua­ge­na­ria Sabi­ne (Miou-Miou) quien años atrás cami­nan­do en la calle su bol­so le fue vio­len­ta­men­te arre­ba­ta­do por un ladrón y des­de enton­ces teme salir de su casa; otra víc­ti­ma ha sido Gré­goi­re (Gilles Lellou­che) quien no pue­de olvi­dar el trau­ma cau­sa­do cuan­do estan­do en su hogar jun­to con su hija fue ata­ca­do por des­co­no­ci­dos enca­pu­cha­dos ; por su par­te Nawe­lle (Lei­la Bekh­ti), caje­ra de un super­mer­ca­do, cin­co años atrás había sido roba­da mien­tras tra­ba­ja­ba y aún no ha podi­do reco­brar­se de ese deli­to. Fren­te a ellos están los per­pe­tra­do­res Issa (Bira­ne Ba), Nas­sim (Dali Bens­sa­lah) y Tho­mas (Fred Tes­tot). Si bien en los pri­me­ros encuen­tros entre ambas par­tes exis­te el resen­ti­mien­to de las víc­ti­mas que se tra­du­ce en un cli­ma de ten­sión, a medi­da que las sesio­nes pro­gre­san sus inte­gran­tes van vol­can­do sus emo­cio­nes don­de las tres per­so­nas afec­ta­das tra­ta­rán de encon­trar las face­tas huma­nas de sus malhechores.

Para­le­la­men­te en la segun­da his­to­ria la pro­fe­sio­nal Judith (Élo­die Bou­chez) tie­ne a su car­go ayu­dar a Chloé (Adè­le Exar­cho­pou­los) para loca­li­zar a su her­mano quien la había vio­la­do en su infan­cia; el pro­pó­si­to es que él se dis­cul­pe ante ella por el daño provocado.

Sin pro­ta­go­nis­mo abso­lu­to, cada uno de los per­so­na­jes dis­po­ne del tiem­po nece­sa­rio para expre­sar­se y trans­mi­tir las emo­cio­nes que les embar­gan; en tal sen­ti­do, ade­más de los muy bue­nos diá­lo­gos que tras­cien­den del guión, igual­men­te es des­ta­ca­ble la abso­lu­ta natu­ra­li­dad en que los inte­gran­tes del elen­co trans­mi­ten los sen­ti­mien­tos de sus caracteres.

Con gran habi­li­dad y suti­le­za Herry explo­ra el tema pro­pues­to tra­tan­do de inda­gar psi­co­ló­gi­ca­men­te en los agre­di­dos y sus ata­can­tes a fin de encon­trar aspec­tos en común que sean capa­ces de lograr la comu­ni­ca­ción entre las par­tes involucradas.

Más allá del inte­rés que sus­ci­ta este buen film, el mis­mo deja abier­ta la dis­cu­sión sobre si real­men­te es fac­ti­ble la recon­ci­lia­ción y huma­na iden­ti­fi­ca­ción entre las víc­ti­mas y sus vic­ti­ma­rios al mar­gen del sis­te­ma judi­cial impe­ran­te. Jor­ge Gutman

La Revan­cha de la Pri­me­ra Dama

BER­NA­DET­TE. Fran­cia, 2023. Un film de Léa Dome­nach. 90 minutos

Una agra­da­ble sor­pre­sa depa­ra la rea­li­za­do­ra Léa Dome­nach rela­tan­do par­te de la vida acti­va de Ber­na­det­te Cho­dron de Cour­cel quien lue­go de su casa­mien­to con Jac­ques Chi­rac sería cono­ci­da como Ber­na­det­te Chi­rac. Sin que nece­sa­ria­men­te sea una bio­gra­fía, el guión de la cineas­ta y Cle­men­ce Dar­gent median­te un rela­to de semi fic­ción cen­tra su aten­ción en quien lle­ga­ría a ser la Pri­me­ra Dama de Fran­cia duran­te un perío­do de 12 años.

Cathe­ri­ne Deneuve

Demos­tran­do una vez más la impor­tan­cia de una mujer en la vida de su mari­do, como por ejem­plo se evi­den­ció con Elea­nor Roo­se­velt quien adqui­rió pre­pon­de­ran­cia acom­pa­ñan­do al pre­si­den­te Roo­se­velt, algo seme­jan­te acon­te­ció con quien es hoy la viu­da de Jac­ques Chi­rac. En la exce­len­te inter­pre­ta­ción que la míti­ca Cathe­ri­ne Deneu­ve ofre­ce de Ber­na­det­te, se obser­va el papel que le cupo cuan­do Jac­ques Chi­rac (Michel Vui­ller­moz) es ele­gi­do pre­si­den­te de la nación en 1995. Sin embar­go ella deja de ser con­si­de­ra­da como es debi­do tan­to por el pre­si­den­te, su pro­pia hija Clau­de (Sara Girar­deau) que es su asis­ten­te, como asi­mis­mo por la comi­ti­va que lo secun­da en el Pala­cio del Eli­seo, la resi­den­cia presidencial.

Habien­do sacri­fi­ca­do su pro­pia carre­ra como polí­ti­ca para apo­yar a su mari­do, como mujer de fuer­te carác­ter y deci­di­da a ven­gar­se, ella se vale de Ber­nard Niquet (Denis Podaly­des), su con­se­je­ro per­so­nal, a fin de crear ante la opi­nión públi­ca la mejor ima­gen posi­ble, a tra­vés de los medios de comu­ni­ca­ción. Es así que no trans­cu­rre mucho tiem­po para que Ber­na­det­te alcan­ce una inmen­sa popu­la­ri­dad, para gran sor­pre­sa de su mari­do y de quie­nes le rodean, al pun­to tal que ella es la figu­ra cla­ve para que el pre­si­den­te sea reelec­to en 2002.

Entre otros hitos, Ber­na­det­te se des­ta­ca ejer­cien­do el patro­naz­go de Ope­ra­tion Pièces Jau­nes” que es una orga­ni­za­ción cari­ta­ti­va que ayu­da a hos­pi­ta­les infan­ti­les, como así tam­bién con el éxi­to colo­sal obte­ni­do con la publi­ca­ción en 2001 del libro Con­ver­sa­tion Avec, basa­do en una serie de entre­vis­tas por ella rea­li­za­das y que fue­ron trans­crip­tas por el perio­dis­ta Patric de Carolis.

Dome­nach ha logra­do una fina y flui­da come­dia con cier­to tono de sáti­ra en don­de la vete­ra­na Deneu­ve como la cau­ti­van­te femi­nis­ta Ber­na­det­te demues­tra seguir estan­do en bri­llan­te for­ma para con­ti­nuar delei­tan­do a los espec­ta­do­res con su huma­na cali­dez. Igual­men­te son estu­pen­das las actua­cio­nes de Podaly­des y Vui­ller­moz, en tan­to que en pape­les de apo­yo se des­ta­can Oli­vier Breit­man, Lau­rent Stoc­ker y Artus. En suma, he aquí un film que sin mayo­res pre­ten­sio­nes y caren­te de cli­sés per­mi­te que se lo dis­fru­te sana­men­te. Jor­ge Gutman

Un Sin­gu­lar Trío

THE HOL­DO­VERS. Esta­dos Uni­dos, 2023. Un film de Ale­xan­der Pay­ne. 133 minutos

Una come­dia dra­má­ti­ca de nobles sen­ti­mien­tos es apre­cia­da en The Hol­do­vers, el recien­te tra­ba­jo de Ale­xan­der Pay­ne, don­de efec­túa un exce­len­te estu­dio de carac­te­res a tra­vés de sus tres prin­ci­pa­les personajes.

Paul Gia­mat­ti

Valién­do­se del guión de David Heming­son, con gran pre­ci­sión Pay­ne des­cri­be a Paul Hunham (Paul Gia­mat­ti), un indi­vi­duo de edad media que vivien­do soli­ta­ria­men­te y en cier­ta for­ma des­ilu­sio­na­do del entorno que lo rodea rodea encuen­tra en la ense­ñan­za una vál­vu­la de esca­pe a su frustración.

Como pro­fe­sor de his­to­ria anti­gua de Bar­ton Aca­demy, un inter­na­do de varo­nes eli­tis­ta de edu­ca­ción media ubi­ca­do en New England, su alum­na­do mayor­men­te pro­vie­ne de fami­lias adi­ne­ra­das. Demos­tran­do su iras­ci­bi­li­dad debi­do al com­por­ta­mien­to un tan­to indis­ci­pli­na­do de los jóve­nes, asi­mis­mo es suma­men­te exi­gen­te como docen­te en la medi­da que desea obte­ner de ellos un alto ren­di­mien­to aca­dé­mi­co. Natu­ral­men­te, los estu­dian­tes tam­po­co sim­pa­ti­zan con él y entre los mis­mos se encuen­tra el rebel­de Angus Tully (Domi­nic Ses­sa) que aun­que bri­llan­te alumno es tam­bién beli­co­so y ese com­por­ta­mien­to Hunham no está dis­pues­to a tole­rar. A todo ello, el docen­te resis­te la pre­sión de la direc­ción esco­lar de ser más cle­men­te con tra­ba­jos medio­cres de cier­tos alum­nos, tenien­do en cuen­ta que algu­nos son hijos de influ­yen­tes políticos.

El rela­to trans­cu­rre en el mes de diciem­bre de 1970, en los días pre­vios a las fes­ti­vi­da­des navi­de­ñas y cuan­do lle­ga el momen­to del tem­po­ra­rio rece­so esco­lar, los alum­nos retor­nan a sus hoga­res. Sin embar­go hay algu­nos que no tie­nen quien los reco­ja y por lo tan­to deben per­ma­ne­cer en el esta­ble­ci­mien­to; es así que Paul se irri­ta cuan­do se le orde­na que debe­rá hacer­se car­go de la super­vi­sión de cua­tro estu­dian­tes que per­ma­ne­ce­rán en la escue­la; si bien tres de ellos final­men­te que­dan libe­ra­dos por sus fami­lia­res, no es así el caso de Angus cuya madre pre­fi­rió via­jar al Cari­be con su padras­tro des­en­ten­dién­do­se de su hijo.

Por lo tan­to Paul y Angus, dos per­so­nas que no se tole­ran, no tie­nen otra opción que acep­tar la situa­ción tal como se pre­sen­ta. A todo ello, Mary Lamb (Da’Vine Joy Ran­dolph), la abne­ga­da coci­ne­ra del cole­gio que es obser­va­do­ra de todo lo que acon­te­ce a su alre­de­dor, actúa de algún modo como inter­me­dia­ria entre el pro­fe­sor y su dis­cí­pu­lo para que las dife­ren­cias exis­ten­tes se ate­núen; en tal sen­ti­do, esta mujer que ha sufri­do la terri­ble pér­di­da de su hijo sir­vien­do en Viet­nam pasa­rá por pri­me­ra vez la Navi­dad sin él y por esa razón para esta oca­sión al menos ten­drá el con­sue­lo de sen­tir­se acom­pa­ña­da por Paul y Angus.

Duran­te estas vaca­cio­nes se irá esta­ble­cien­do un sóli­do acer­ca­mien­to entre los tres per­so­na­jes al irse impo­nien­do de sus his­to­rias ínti­mas nutri­das de momen­tos dolo­ro­sos; es así que cada per­so­na del trío al reve­lar sus inquie­tu­des va refle­jan­do sus ver­da­de­ros sentimientos.

Gia­mat­ti nue­va­men­te demues­tra la gran com­pli­ci­dad que man­tie­ne con el rea­li­za­dor; casi dos déca­das des­pués de la con­jun­ta cola­bo­ra­ción en el exce­len­te film Side­ways (2004), aquí nue­va­men­te des­plie­ga su con­di­ción de nota­ble actor. Es nota­ble cómo gra­dual­men­te su per­so­na­je gru­ñón, misán­tro­po y poco com­pla­cien­te va cedien­do paso a un ser afec­tuo­so y com­pa­si­vo al ir des­cu­brien­do las razo­nes que han hecho de Angus un ser insu­rrec­to y agresivo.

Por su par­te, Ses­sa sin haber teni­do expe­rien­cia pre­via acto­ral, es la gran reve­la­ción de este film; sumer­gién­do­se por com­ple­to en la com­ple­ji­dad de su per­so­na­je, el novel actor trans­mi­te con com­ple­ta con­vic­ción, la tran­si­ción del inma­du­ro y per­tur­ba­dor mucha­cho para final­men­te dar paso al joven capaz de res­pe­tar y admi­rar a su pro­fe­sor así como expre­sar su táci­to agra­de­ci­mien­to por un gran acto de gene­ro­si­dad demos­tra­do, que no con­vie­ne revelar.

Final­men­te no menos remar­ca­ble es la inter­pre­ta­ción de Da’Vine Joy Ran­dolph como la mujer de gran cora­zón, quien fren­te a la gran pér­di­da sufri­da, encuen­tra solaz y con­sue­lo con la pre­sen­cia de Paul y Angus.

En suma, ade­más de pro­bar cómo las apa­rien­cias enga­ñan fren­te a la pri­me­ra impre­sión cau­sa­da por sus prin­ci­pa­les per­so­na­jes, Pay­ne ofre­ce un rela­to pro­fun­da­men­te humano, don­de el pate­tis­mo, aco­ge­dor humor, cali­dez y sen­ti­mien­to se com­bi­nan satis­fac­to­ria­men­te. En suma, The Hol­do­vers es un film meri­to­rio y capaz de per­du­rar en la memo­ria del espec­ta­dor. Jor­ge Gutman

La Espo­sa de Elvis

PRIS­CI­LLA. Esta­dos Uni­dos, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Sofia Cop­po­la. 100 minutos

Sofía Cop­po­la quien gra­ta­men­te impre­sio­nó en The Vir­gin Sui­ci­des (1999, Lost in Trans­la­tion (2003) y Somewhe­re (2010), entre otros títu­los de su fil­mo­gra­fía, retor­na con Pris­ci­lla en la que con­si­de­ra la his­to­ria de la joven que con­quis­tó el cora­zón de Elvis Pres­ley. Con ese pro­pó­si­to Cop­po­la adap­tó el libro publi­ca­do en 1985 Elvis and Me que fue escri­to por Pris­ci­lla Pres­ley y San­dra Harmon.

Aun­que lo que se rela­ta es en par­te cono­ci­do por el púbi­co, lo impor­tan­te es que la for­ma en que la rea­li­za­do­ra lo narra per­mi­te que su con­te­ni­do man­ten­ga inte­rés a lo lar­go de su desarrollo.

Cai­lee Spaeny y Jacob Elordi

Todo comien­za en 1959 cuan­do Pris­ci­lla Beau­lieu (Cai­lee Spaeny) de 14 años de edad, oriun­da de Aus­tin, vive tem­po­ra­ria­men­te en Ale­ma­nia Occi­den­tal con sus padres (Ari Cohen y Dag­ma­ra Domin­czyk), debi­do a que su pro­ge­ni­tor está afin­ca­do por una misión mili­tar de Esta­dos Uni­dos. Ahí esta ado­les­cen­te tie­ne la oca­sión de asis­tir a una reu­nión en la casa de Elvis Pres­ley (Jacob Elor­di) quien a los 24 años y con­ver­ti­do en una estre­lla mun­dial está cum­plien­do su ser­vi­cio mili­tar. En ese encuen­tro sur­ge de inme­dia­to una mutua sim­pa­tía entre ambos que devie­ne pron­ta­men­te en una pla­tó­ni­ca rela­ción romántica.

Dos años más tar­de Pris­ci­lla encuen­tra la opor­tu­ni­dad de eman­ci­par­se de la rigi­dez de su hogar fami­liar, cuan­do es invi­ta­da por el rey del Rock para alo­jar­se en su sun­tuo­so cas­ti­llo de Gra­ce­land en Memphis, con la pro­me­sa de res­pe­tar su vir­gi­ni­dad has­ta el momen­to de con­traer enla­ce. Allí ella fina­li­za sus estu­dios de edu­ca­ción media en una escue­la católica.

S bien Pris­ci­lla es mima­da y agra­cia­da por su ena­mo­ra­do quien la obse­quia con varios rega­los, entre otros un coche depor­ti­vo, la rela­ción comien­za a expe­ri­men­tar alti­ba­jos. Por un lado está la ter­nu­ra que Elvis le vuel­ca pero al pro­pio tiem­po deci­de todo lo que a ella le con­cier­ne, inclu­yen­do su atuen­do, cabe­lle­ra y maqui­lla­je; asi­mis­mo duran­te sus giras y el roda­je de sus pelí­cu­las ella se ente­ra por los medios de difu­sión que su novio la está enga­ñan­do y eso hace que se sien­ta con­fun­di­da, trai­cio­na­da y desamparada.

Cuan­do la boda se con­cre­ta en 1967 todo pare­ce­ría indi­car que la tran­qui­li­dad y el amor al lado de Elvis más el naci­mien­to de su hiji­ta Lisa Marie podrán ate­nuar los incon­ve­nien­tes de la pare­ja, Sin embar­go, eso no lle­ga a ocu­rrir dado que los momen­tos de vio­len­cia de Elvis, su con­su­mo de dro­gas y las con­ti­nua­das giras artís­ti­cas moti­van a que ella expe­ri­men­te una pro­fun­da sole­dad; en con­se­cuen­cia, el no poder adap­tar­se al esti­lo de vida de su mari­do la impul­sa a disol­ver su matri­mo­nio en 1973.

A dife­ren­cia del espec­ta­cu­lar Elvis de Baz Luhr­mann (2022), don­de las can­cio­nes del rey adquie­ren gra­vi­ta­ción, aquí no abun­dan sus gran­des éxi­tos sal­vo una ver­sión que él eje­cu­ta en el piano de Love Me Ten­der; pero eso de nin­gún modo va en detri­men­to de este film por cuan­to la aten­ción está cen­tra­li­za­da en Pris­ci­lla y es des­de su pun­to de vis­ta que Cop­po­la la enfoca.

La com­po­si­ción que Spaeny logra del per­so­na­je pro­ta­gó­ni­co es a todas luces remar­ca­ble, lo que le ha vali­do obte­ner el pre­mio a la mejor actriz en el fes­ti­val de Vene­cia; ella trans­mi­te la odi­sea de una mujer que vivien­do a la som­bra de su pare­ja, que­da anu­la­da y sub­es­ti­ma­da. Más que con pala­bras, su ros­tro y ges­tos evi­den­cian la pena de la ilu­sión per­di­da; en el aza­ro­so camino que va reco­rrien­do, la actriz expre­sa la tran­si­ción de la dul­ce joven inge­nua ado­les­cen­te a la de una mujer que final­men­te reve­la fir­me­za para adqui­rir su pro­pia iden­ti­dad. A su lado, Elor­di sin sobre­ac­tuar con­ven­ce en el ambi­guo per­so­na­je de Elvis como el pre­da­dor de su espo­sa asi­mis­mo sin dejar de que­rer­la a su mane­ra y con­fiar­le sus pro­ble­mas personales.

Una vez más, Cop­po­la con­fir­ma su fina sen­si­bi­li­dad feme­ni­na para aden­trar­se con suma deli­ca­de­za en las emo­cio­nes que tra­sun­ta su pro­ta­go­nis­ta y aun­que el film no alcan­za la enver­ga­du­ra dra­má­ti­ca para lle­gar a emo­cio­nar, eso no dis­mi­nu­ye la cali­dad de esta tóxi­ca his­to­ria de amor. Jor­ge Gutman