Las Secue­las de un Genocidio

UNE HIS­TO­IRE DE FOU. Fran­cia, 2015. Un film de Robert Guédiguian

La lim­pie­za étni­ca de Arme­nia de 1915 en la que un millón y medio de su pobla­ción fue depor­ta­da y eje­cu­ta­da por Tur­quía cons­ti­tu­ye uno de los capí­tu­los más som­bríos de la his­to­ria del siglo pasa­do; como es bien sabi­do, has­ta hoy día el gobierno tur­co no quie­re reco­no­cer o admi­tir su auto­ría. Den­tro de ese con­tex­to, el rea­li­za­dor Robert Gué­di­guian que es de ori­gen arme­nio deci­dió abor­dar el tema; al hacer­lo su preo­cu­pa­ción esen­cial ha sido la de ilus­trar las secue­las gene­ra­das por esa encar­ni­za­da matan­za medio siglo des­pués de lo acontecido.

Aun­que se tra­te de un rela­to de fic­ción la fuen­te de ins­pi­ra­ción del rea­li­za­dor ha sido la nove­la auto­bio­grá­fi­ca “La Bom­ba” del perio­dis­ta espa­ñol José Anto­nio Gurria­rán; en 1981 en la ciu­dad de Madrid, el autor sufrió un gra­ve acci­den­te que lo dejó semi­pa­ra­li­za­do como con­se­cuen­cia de la explo­sión de una bom­ba por par­te del Ejer­ci­to Secre­to Arme­nio para la Libe­ra­ción de Armenia.

En el pró­lo­go fil­ma­do en blan­co y negro, se pre­sen­cia el ase­si­na­to a san­gre fría de Taa­lat Pasha acon­te­ci­do en Ber­lín en mar­zo de 1921. La víc­ti­ma había sido el pri­mer minis­tro tur­co del gobierno oto­mano y el prin­ci­pal res­pon­sa­ble del exter­mi­nio arme­nio. En la recons­truc­ción del jui­cio, el acu­sa­do Sogho­mon The­li­rian (Robin­son Ste­ve­nin) se defien­de del cri­men come­ti­do con­tan­do en su per­tur­ba­dor rela­to cómo su fami­lia arme­nia fue ase­si­na­da por los tur­cos. Con­tra­rian­do el con­se­jo del pre­si­den­te del tri­bu­nal, el jura­do lo absuel­ve. De algu­na mane­ra, esa deci­sión impli­ca­ba que a pesar de que The­li­rian admi­tió su cul­pa­bi­li­dad, en todo caso no fue con­si­de­ra­do res­pon­sa­ble del crimen.

Ariane Ascaride

Aria­ne Ascaride

Inme­dia­ta­men­te, el guión de Gué­di­guian escri­to con Gilles Tau­rand tras­la­da la acción hacia fina­les de la déca­da del 70 enfo­can­do a la comu­ni­dad arme­nia que vive en Mar­se­lla. Con una fil­ma­ción en colo­res, el rela­to se cen­tra en la fami­lia inte­gra­da por Hovan­nes (Simon Abka­rian), su espo­sa Anouch (Aria­ne Asca­ri­de) y su hijo Aram (Syrus Shahi­di) quien se ha nutri­do de las dra­má­ti­cas his­to­rias narra­das por su abue­la (Siro Fazi­lian) sobre el geno­ci­dio de Arme­nia. Cuan­do miem­bros de la comu­ni­dad arme­nia son expul­sa­dos de una igle­sia local, el joven Aram se tras­la­da a París y se inte­gra a un movi­mien­to radi­cal con­tra Tur­quía que deto­na una vio­len­ta explo­sión al vehícu­lo del emba­ja­dor tur­co en Fran­cia; ese hecho moti­va que Gilles Tes­sier (Gré­goi­re Leprin­ce-Rin­guet), un ciclis­ta que pasa­ba por el lugar, que­de seve­ra­men­te heri­do y que­de con­fi­na­do a una silla de rue­das debi­do al movi­mien­to mini­mi­za­do de sus piernas.

Entre los aspec­tos más emo­ti­vos del rela­to se des­ta­ca el encuen­tro de Anouch con Tes­sier cuan­do ella, por un car­go de con­cien­cia, via­ja a París para visi­tar­lo en el hos­pi­tal, reco­no­cien­do que su hijo fue el res­pon­sa­ble de su acci­den­te; pidién­do­le per­dón, la mujer le ofre­ce todo el apo­yo de su fami­lia. Eso moti­va a que Gilles se vuel­que a la cau­sa arme­nia al haber­se impues­to de algo que él com­ple­ta­men­te igno­ra­ba. Aun­que lo que pre­ce­de es tra­ta­do de un modo dema­sia­do melo­dra­má­ti­co, de todos modos que­da res­ca­ta­do el aspec­to humano del relato.

El film deja varias pre­gun­tas abier­tas. En pri­mer lugar sur­ge el inte­rro­gan­te de si la lucha arma­da de las nue­vas gene­ra­cio­nes arme­nias para rei­vin­di­car el horror sufri­do por sus ances­tros pue­de cons­ti­tuir el medio más con­ve­nien­te de con­cien­ti­zar a las auto­ri­da­des tur­cas sobre lo acon­te­ci­do. Si aca­so a tra­vés de la vía vio­len­ta es posi­ble per­pe­tuar la memo­ria colec­ti­va, sur­ge el pro­ble­ma moral sobre el daño cola­te­ral que impli­ca dicho pro­ce­di­mien­to. Así, tan­to Tes­sier (per­so­na­je de fic­ción) como el nove­lis­ta Gurria­rán (per­so­na­je real) son las víc­ti­mas ino­cen­tes de una esca­la­da terro­ris­ta huma­na­men­te into­le­ran­te; eso con­du­ce a la pre­gun­ta siguien­te: ¿no exis­ten otros méto­dos más per­sua­si­vos para que Tur­quía y el res­to del mun­do que no lo haya hecho reco­noz­can la cul­pa­bi­li­dad del exter­mi­nio acae­ci­do un siglo atrás?

Con sus dos horas y cuar­to de dura­ción, el rela­to se resien­te en algu­nos momen­tos. De todos modos cabe reco­no­cer que el film a pesar de no ser extra­or­di­na­rio deja una impre­sión favo­ra­ble por la mesu­ra de su tra­ta­mien­to, la efi­cien­te actua­ción de su elen­co y por el deba­te moral que sus­ci­ta su con­te­ni­do. Jor­ge Gutman

Una Proeza Técnica

VIC­TO­RIA. Ale­ma­nia, 2015. Direc­ción: Sebas­tian Schip­per. Dis­tri­bu­ción: Mon­grel-Métro­po­le (2016)

Este film de Sebas­tian Schip­per se dis­tin­gue por dos ele­men­tos impor­tan­tes que están refe­ri­dos al aspec­to téc­ni­co y al con­te­ni­do del film. En ambos casos, Vic­to­ria cons­ti­tu­ye una bella sor­pre­sa tenien­do en cuen­ta el nivel de cali­dad logra­do por su realizador.

En lo for­mal, esta pro­duc­ción cons­ta de un úni­co plano secuen­cia de apro­xi­ma­da­men­te 2 horas y 20 minu­tos. Cier­ta­men­te, el ciné­fi­lo tuvo opor­tu­ni­dad de juz­gar algu­nos tra­ba­jos fil­ma­dos del mis­mo modo; así Alfred Hitch­cock para su épo­ca logró impre­sio­nar ape­lan­do a cier­tos tru­cos en Rope (1948) a tra­vés de un solo esce­na­rio; más recien­te­men­te con la asis­ten­cia de la tec­no­lo­gía digi­tal Ale­xan­der Soku­rov ofre­ció un mara­vi­llo­so tra­ba­jo en Rus­sian Ark (2002). Pero lo que resul­ta sor­pren­den­te es la proeza de Schip­per quien mane­jan­do su cáma­ra con una sola toma, la más lar­ga fil­ma­da has­ta el momen­to actual, narra una his­to­ria que trans­cu­rre en dife­ren­tes luga­res. Como con­se­cuen­cia de ello, la acción se desa­rro­lla en tiem­po real.

Laia Costa

Laia Cos­ta

Yen­do de lleno a su con­te­ni­do, el públi­co asis­te a una agra­da­ble come­dia en su pri­me­ra par­te para pos­te­rior­men­te con­ver­tir­se en un thri­ller de enver­ga­du­ra que man­tie­ne un sus­pen­so per­ma­nen­te has­ta su con­clu­sión. El rela­to basa­do en el guión del rea­li­za­dor escri­to con Oli­via Neer­gaard-Holm se refie­re a Vic­to­ria (Laia Cos­ta), una joven estu­dian­te madri­le­ña vivien­do en Ber­lín quien vive una expe­rien­cia sin­gu­lar des­de las cua­tro de la noche has­ta las seis y media de la madrugada.

Las pri­me­ras imá­ge­nes de rit­mo fre­né­ti­co no pare­cen anti­ci­par lo que ven­drá pos­te­rior­men­te. Des­pués de haber dis­traí­do su tiem­po en una dis­co­te­ca ber­li­ne­sa, la madri­le­ña se encuen­tra con cua­tro jóve­nes des­co­no­ci­dos. Ellos son Son­ne (Fre­de­rick Lau), Fuss (Max Mauff), Bllin­ker (Burak Yigit) y Boxer (Franz Rogows­ki) con quie­nes Vic­to­ria con­ge­nia de inme­dia­to. El tono joco­so que se man­tie­ne a tra­vés de un paseo noc­turno por sec­to­res de la ciu­dad turís­ti­ca­men­te poco cono­ci­dos, se tor­na som­brío cuan­do en un momen­to dado la joven se encuen­tra impli­ca­da en una arries­ga­da aven­tu­ra delic­ti­va pla­nea­da por los muchachos.

Con muy bue­nos diá­lo­gos, exce­len­te des­crip­ción de per­so­na­jes e impri­mien­do un ver­ti­gi­no­so rit­mo, Schip­per ofre­ce un muy buen film negro que ade­más de su cre­cien­te ten­sión cons­ti­tu­ye una bue­na pin­tu­ra social de un gru­po de jóve­nes mar­gi­na­les que pulu­lan en el cora­zón de la gran metró­po­li alemana.

El film edi­ta­do en Blu-ray está habla­do en inglés y ale­mán con sub­tí­tu­los en inglés. No exis­te mate­rial adi­cio­nal alguno. Jor­ge Gutman

La Indis­cu­ti­ble Joya de Walt Disney

SNOW WHI­TE AND THE SEVEN DWARFS. Esta­dos Uni­dos, 1937. Una pro­duc­ción de Walt Dis­ney. Dis­tri­bu­ción: Disney/Buena Vis­ta (2016).

Varias veces edi­ta­da, la extra­or­di­na­ria pro­duc­ción del genial Walt Dis­ney Blan­ca Nie­ves y los Sie­te Enani­tos ha sido aho­ra nue­va­men­te lan­za­da al mer­ca­do en el for­ma­to Blu-ray de alta defi­ni­ción y por pri­me­ra vez en HD Digital.

No es cues­tión de efec­tuar un aná­li­sis crí­ti­co de esta mara­vi­lla cine­ma­to­grá­fi­ca del siglo pasa­do. La excep­cio­nal visión de Dis­ney y su equi­po de cola­bo­ra­do­res logra­ron el mila­gro de brin­dar un lar­go­me­tra­je de ani­ma­ción en 1937 cuan­do has­ta ese enton­ces sola­men­te se rea­li­za­ban cor­to­me­tra­jes ani­ma­dos de esca­sos minutos.

SNOW WHITE AND THE SEVEN DWARFS

Cuan­do el 21 de diciem­bre de 1937 la pelí­cu­la tuvo su estreno mun­dial en el Carthay Cir­cle Thea­ter, uno de los gran­des pala­cios de cine de la épo­ca dora­da Holly­wood, el entu­sias­mo de los asis­ten­tes fue colo­sal y los crí­ti­cos espe­cia­li­za­dos la iden­ti­fi­ca­ron como una obra maes­tra. Deci­di­da­men­te se tra­ta de un film de extra­or­di­na­ria tras­cen­den­cia por­que sir­vió de ins­pi­ra­ción para otros tra­ba­jos de ani­ma­ción que pos­te­rior­men­te se vie­ron a lo lar­go del siglo pasa­do y comien­zos del presente.

Ade­más de la téc­ni­ca revo­lu­cio­na­ria de ani­ma­ción de ese enton­ces, uno de los fac­to­res del éxi­to resi­dió en su tema que fue adap­ta­do del cuen­to homó­ni­mo de los her­ma­nos Grimm de 1812. En el mis­mo, la her­mo­sa prin­ce­si­ta Blan­ca­nie­ves logra ser res­ca­ta­da de la mal­dad de la rei­na madras­tra que la quie­re ver muer­ta, gra­cias a la soli­da­ria amis­tad de sie­te enani­tos y al amor de un prín­ci­pe que con su beso mági­co sal­va su vida y se casa con ella.

https://www.youtube.com/watch?v=ncMKymAOy1I

Tam­bién el film se valo­ri­zó por la inma­cu­la­da des­crip­ción de sus per­so­na­jes y por una ban­da de soni­do excep­cio­nal que inclu­ye ocho her­mo­sas can­cio­nes com­pues­tas por Frank Chur­chill, Leigh Har­li­ne y Paul Smith. Sus pega­di­zas melo­días faci­li­tan el tara­reo y entre las mis­mas se encuen­tra la can­ción Whistle Whi­le Your Work (Sil­ban­do mien­tras se está tra­ba­jan­do) que ento­na Blan­ca­nie­ves mien­tras efec­túa el aseo en la casa de los enani­tos; otro tema muy cono­ci­do es “Heigh-Ho” can­ta­do en coro por los enani­tos mien­tras van mar­chan­do de regre­so al hogar des­pués de la jor­na­da de tra­ba­jo. A casi 8 déca­das de su estreno, esta joya cine­ma­to­grá­fi­ca ha cau­ti­va­do a millo­nes de espec­ta­do­res del mun­do ente­ro y de todas las edades.

El video es pre­sen­ta­do en un paque­te que con­tie­ne un dis­co Blu-ray, un segun­do dis­co DVD y el HD Digi­tal. La pre­sen­te edi­ción ofre­ce una gran can­ti­dad de extras, entre los cua­les se des­ta­can los siguien­tes: In Walt’s Words: Snow Whi­te and the Seven Drwarfs don­de a tra­vés de mate­rial de archi­vo en un repor­ta­je efec­tua­do en 1956, Walt Dis­ney se refie­re al acuer­do lle­ga­do con la dis­tri­bui­do­ra RKO Pic­tu­res en mar­zo de 1936 res­pec­to del film que se esta­ba ges­tan­do; Ico­no­graphy, en don­de se mues­tra cómo este film influ­yó en la cul­tu­ra popu­lar, el arte y la moda; en Dis­ney Ani­ma­tion: Desig­ning Disney’s First Prin­cess, varios artis­tas de hoy día dis­cu­ten sobre la con­cep­ción de Blan­ca­nie­ves y su gra­vi­ta­ción en la apa­rien­cia de algu­nos de los per­so­na­jes favo­ri­tos de Dis­ney; Alter­na­te Sequen­ce inclu­ye una esce­na nun­ca vis­ta has­ta aho­ra don­de el prín­ci­pe sale al encuen­tro de Blan­ca­nie­ves; Brin­ging Snow Whi­te to Life, es un minu­cio­so rela­to sobre cómo fue lle­va­do a cabo la pro­duc­ción del film; etc.

Audio: Inglés, Fran­cés, Espa­ñol con sub­tí­tu­los opta­ti­vos en los 3 idio­mas. Jor­ge Gutman

Una Repe­ti­da Violencia

DHEE­PAN. Fran­cia, 2015. Un film de Jac­ques Audiard

Nue­va­men­te el rea­li­za­dor Jac­ques Audiard ofre­ce un film de gran soli­dez dra­má­ti­ca tal como lo ha hecho en Un prophè­te (Un Pro­fe­ta) de 2009 y De roui­lle et d’os (De Oxi­do y Hue­sos) de 2012. A tra­vés de un duro rela­to, Audiard trans­por­ta al espec­ta­dor en un via­je alta­men­te emo­cio­nal que ofre­ce varias lecturas.

En un guión que le per­te­ne­ce escri­to con Noe Debre y Tho­mas Bide­gain, el direc­tor rela­ta una his­to­ria que comien­za en Sri Lan­ka. Este país asiá­ti­co atra­ve­só duran­te un lar­go perío­do un con­flic­to étni­co vio­len­to entre el gobierno y la gue­rri­lla insur­gen­te cono­ci­da con el nom­bre de “Tigres Tami­les” que fue derro­ta­da en 2009. Den­tro de ese con­tex­to, el film pre­sen­ta a Dhee­pan (Antonytha­san Jesutha­san), un ex com­ba­tien­te que logró sal­var­se y que lue­go de que­mar su uni­for­me, deci­de emi­grar a Euro­pa para ini­ciar una nue­va vida.

Antonythasan Jesuthasan

Antonytha­san Jesuthasan

Con­si­de­ran­do que para un hom­bre sol­te­ro es mucho más difí­cil obte­ner asi­lo polí­ti­co que para una fami­lia cons­ti­tui­da, él deci­de for­mar­la fic­ti­cia­men­te tras con­ven­cer a la joven Yali­ni (Kalieas­wa­ri Sri­ni­va­san) para que pose como su espo­sa y a İllay­aal (Cla­di­ne Vina­sithamby), una niña huér­fa­na de 9 años, como hija de la pare­ja. De este modo, y recu­rrien­do a pasa­por­tes fal­sos esta fami­lia lle­ga a París; allí, el trío es ubi­ca­do en un depar­ta­men­to de un mono­blo­que habi­ta­cio­nal veni­do a menos que está situa­do en uno de los subur­bios más des­fa­vo­re­ci­dos de la ciudad.

La ilus­tra­ción de una fami­lia de inmi­gran­tes que debe inte­grar­se a un nue­vo medio social y cul­tu­ral está mag­ní­fi­ca­men­te des­crip­ta por Audiard. En pri­mer lugar, se encuen­tra la gran barre­ra impues­ta por el des­co­no­ci­mien­to del idio­ma, don­de los recién lle­ga­dos igno­ran­do casi por com­ple­to el fran­cés sólo se expre­san en la len­gua tamil que es habla­da en el nor­te de Sri Lan­ka; evi­den­tes esfuer­zos son rea­li­za­dos para que esta “fami­lia” pue­da comu­ni­car­se con ter­ce­ros. Si bien Dhee­pan es emplea­do para tra­ba­jar como guar­dián del edi­fi­cio y para efec­tuar otros menes­te­res, su supues­ta espo­sa se man­tie­ne ale­ja­da y poco dis­pues­ta a adap­tar­se a la nue­va situa­ción. Así, ella ame­na­za con irse a Ingla­te­rra don­de vive un fami­liar suyo, aban­do­nan­do por lo tan­to a su “mari­do” e “hiji­ta”; sin embar­go, cam­bia de acti­tud al lograr un tra­ba­jo en el edi­fi­cio que habi­ta, don­de debe coci­nar y cui­dar a un anciano enfer­mo. Por su par­te, İllay­aal asis­te a la escue­la don­de es ubi­ca­da en un cur­so espe­cial jun­to con otros niños inmi­gran­tes que deben apren­der fran­cés; aun­que al prin­ci­pio se sien­te frus­tra­da fren­te a la acti­tud poco ami­ga­ble de algu­nas com­pa­ñe­ras de aula, final­men­te ter­mi­na amol­dán­do­se al gru­po que la circunda.

Es intere­san­te con­tem­plar cómo cada miem­bro de esta fami­lia se vin­cu­la con los otros dos, sobre todo si se con­si­de­ra que par­tie­ron de Sri Lan­ka como com­ple­tos des­co­no­ci­dos. En tal sen­ti­do resul­ta muy con­vin­cen­te el sen­ti­mien­to pater­nal que Dhee­pan va expe­ri­men­tan­do hacia la niña tenien­do en cuen­ta que él ya tuvo una fami­lia ver­da­de­ra en Sri Lan­ka don­de per­dió a su seño­ra e hijo. Asi­mis­mo, el acer­ca­mien­to que man­tie­ne hacia Yali­ni es sen­ci­lla­men­te la de un vecino que debe com­par­tir la vivien­da con otra per­so­na, ya que por el momen­to no le es fácil acep­tar la idea de que otra mujer pue­da reem­pla­zar a su que­ri­da esposa.

Con una pri­me­ra par­te absor­ben­te a la vez que minu­cio­sa­men­te deta­lla­da, le suce­de otra de con­si­de­ra­ble impac­to. Sin que Dhee­pan y Yali­ni lo hubie­ran ima­gi­na­do, los tris­tes resa­bios del pasa­do vuel­ven a cobrar vida. Eso se debe a que en el “ban­lieu” en que habi­tan impe­ra una ener­van­te ten­sión gene­ra­da por la pre­sen­cia de ban­das delic­ti­vas riva­les que siem­bran el caos en una gue­rra intes­ti­na moti­va­da por el trá­fi­co de dro­gas. Es allí que Dhee­pan, Yali­ni y la niña se encuen­tran inser­ta­dos en un ambien­te tene­bro­so don­de la vio­len­cia polí­ti­ca del país del cual emi­gra­ron se repi­te en el nue­vo medio en que se hallan; en efec­to, pare­ce­ría impe­rar la ley de la jun­gla don­de la auto­ri­dad poli­cial bri­lla por su ausen­cia. En esta dra­má­ti­ca ilus­tra­ción, el rea­li­za­dor pre­sen­ta los hechos sin asu­mir jui­cio alguno, dejan­do que el públi­co refle­xio­ne sobre lo que está presenciando.

Audiard ha logra­do un film apa­sio­nan­te a la vez que alta­men­te polé­mi­co don­de los tópi­cos con­si­de­ra­dos no son aje­nos a la reali­dad actual; bas­ta­rá tener en cuen­ta los múl­ti­ples desa­fíos que pre­sen­ta el asen­ta­mien­to de miles de refu­gia­dos polí­ti­cos que están lle­gan­do a Euro­pa y a otros rin­co­nes del mun­do esca­pan­do del infierno de sus paí­ses, así como la vio­len­cia urba­na des­ata­da últi­ma­men­te en Fran­cia y Bél­gi­ca en los barrios mar­gi­na­les sub­ur­ba­nos con gran con­cen­tra­ción de inmi­gran­tes extraeuropeos.

Ade­más del inte­rés temá­ti­co, lo que aquí tras­cien­de es el exce­len­te tra­ta­mien­to cine­ma­to­grá­fi­co que Audiard empleó en su narra­ción apli­can­do un rit­mo pau­sa­do y mesu­ra­do que atra­pa al espec­ta­dor. Otro aspec­to impor­tan­te es haber con­vo­ca­do a acto­res des­co­no­ci­dos para asu­mir los roles pro­ta­gó­ni­cos quie­nes ofre­cen una satis­fac­to­ria inter­pre­ta­ción. En tal sen­ti­do, sobre­sa­le la pre­sen­cia de Jesutha­san; este pro­lí­fi­co autor que vive en Fran­cia, duran­te su ado­les­cen­cia estu­vo enro­la­do por tres años con los “Tigres Tami­les” y que al igual que Dhee­pan dejó su país de ori­gen para esca­par de la vio­len­cia impe­ran­te; de allí que no resul­ta extra­ño que su par­ti­ci­pa­ción asu­mien­do el rol pro­ta­gó­ni­co sea com­ple­ta­men­te natu­ral y genuina.

Si bien la com­pla­cien­te esce­na final resul­ta realís­ti­ca­men­te poco pro­ba­ble, eso no lle­ga a empa­ñar la cali­dad de este dra­ma lace­ran­te que obtu­vo el pres­ti­gio­so pre­mio de la Pal­ma de Oro en el fes­ti­val de Can­nes 2015.

Con­clu­sión: Una obra des­ga­rra­do­ra y pro­fun­da sobre la inmi­gra­ción y la vio­len­cia en la socie­dad fran­ce­sa. Jor­ge Gutman 

El Gran Desafío

THE WALK. Esta­dos Uni­dos, 2015. Direc­ción: Robert Zemec­kis. Dis­tri­bu­ción: Sony Pic­tu­res Home Enter­tain­ment (2016)

En opor­tu­ni­dad de su estreno nos hemos refe­ri­do al espec­tácu­lo exce­len­te que ofre­ce este film. Aho­ra, en opor­tu­ni­dad de su edi­ción en video a tra­vés de varios for­ma­tos, inclu­yen­do el Blu-ray 3D, Blu-ray y el Ultra Vio­le­ta, exis­te la posi­bi­li­dad para quien no lo haya vis­to de apre­ciar esta pelí­cu­la o bien de vol­ver a dis­fru­tar de la mis­ma. Aun­que la sen­sa­cio­nal haza­ña rea­li­za­da por Phi­lip­pe Petit el 7 de agos­to de 1974 tran­si­tan­do sobre un cable de ace­ro entre las dos torres del enton­ces World Tra­de Cen­tre, ya fue con­si­de­ra­da en el exce­len­te docu­men­tal Man On Wire (2008), esta ver­sión de fic­ción de Robert Zemec­kis se des­ta­ca por méri­tos pro­pios por su cali­dad y por­que a tra­vés de la tec­no­lo­gía digi­tal crea una ilu­sión de admi­ra­ble rea­lis­mo per­mi­tien­do que el espec­ta­dor reali­ce ese increí­ble via­je jun­to con el osa­do funambulista.

Joseph Gordon-Levitt

Joseph Gor­don-Levitt

En las pri­me­ras esce­nas se con­tem­pla al joven Petit (Joseph Gor­don-Levitt), un mími­co rea­li­zan­do pirue­tas de acro­ba­cia para el públi­co que tran­si­ta por las calles de París; cuan­do leyen­do un dia­rio se ente­ra de que las torres geme­las de Nue­va York están pró­xi­mas a inau­gu­rar­se, se pose­sio­na con la idea de cami­nar por una cuer­da que una a ambas torres. A pesar de que esa idea es en prin­ci­pio com­ple­ta­men­te alo­ca­da con­ta­rá con el apo­yo de Annie (Char­lot­te Le Bon), una joven tro­va­do­ra ambu­lan­te con quien pos­te­rior­men­te se uni­rá sen­ti­men­tal­men­te, Papa Rudy (Ben Kings­lley), un anti­guo vete­rano men­tor cir­cen­se con expe­rien­cia en cami­nar por la cuer­da flo­ja y Jean-Louis (Cle­mont Sibony), un agra­da­ble joven fotó­gra­fo. Tras varios expe­ri­men­tos de ensa­yo, algu­nos falli­dos, final­men­te logra con­cre­tar su funam­bu­lis­mo a tra­vés de las torres de la Cate­dral Notre Dame. De allí, nada lo para­rá para que jun­to a Annie y Jean-Louis via­jen a Nue­va York, pro­vis­to de todo un pesa­do equi­po nece­sa­rio para las ins­ta­la­cio­nes que debe­rán ser rea­li­za­das. Superan­do los incon­ve­nien­tes de adua­na y con la cola­bo­ra­ción de otros cóm­pli­ces neo­yor­ki­nos, entre ellos Barry (Ste­ve Valen­ti­ne) que tra­ba­ja en uno de los pisos de la Torre Nor­te, comien­za la difí­cil eta­pa de preparación.

De no haber­se tra­ta­do de un hecho real, uno podría dudar de que los tra­ba­jos clan­des­ti­nos rea­li­za­dos en el inte­rior del World Tra­de Cen­ter, como con­tra­ban­dear el mate­rial a uti­li­zar y bur­lar a los agen­tes de segu­ri­dad, entre otros hechos, haya sido fac­ti­ble. Si has­ta aquí, Nemec­kis ha sabi­do crear una con­si­de­ra­ble ten­sión, el gran y ver­da­de­ro espec­tácu­lo comien­za en el momen­to en que Petit ini­cia su paseo des­de la terra­za del piso 110 de una de las torres para diri­gir­se a la opues­ta. Los 17 minu­tos siguien­tes de metra­je, apo­ya­dos por los mag­ní­fi­cos efec­tos visua­les, que aún que­dan más resal­ta­dos con­tem­plan­do este video en 3D, crea un extra­or­di­na­rio sus­pen­so capaz de cor­tar el alien­to; el espec­ta­dor que­da estu­pe­fac­to al obser­var la silue­ta de un indi­vi­duo que se va des­pla­zan­do sin pro­tec­ción algu­na por esa cuer­da de ace­ro con una vara sos­te­ni­da en sus manos a 400 metros de altu­ra, gozan­do en for­ma sere­na, pla­cen­te­ra y subli­me de la proeza que está rea­li­zan­do, a tra­vés de varias cami­na­tas de ida y veni­da de una torre a la otra.

En esen­cia, el direc­tor brin­da aquí un home­na­je a la valen­tía y deter­mi­na­ción de una per­so­na cuyas fan­ta­sías logra­ron trans­for­mar­se en reali­dad; igual­men­te es un cáli­do tri­bu­to a la ciu­dad de Nue­va York obser­va­da des­de las nubes. Espe­cia­les elo­gios mere­cen los exce­len­tes efec­tos espe­cia­les repro­du­cien­do el World Tra­de Cen­ter, la foto­gra­fía de Dariusz Wols­ki y los dise­ños de pro­duc­ción de Nao­mi Shohan.

En lo que con­cier­ne al video, éste se des­ta­ca por la cali­dad del soni­do (DTS-HD Mas­ter Audio 5.1) como así tam­bién por las imá­ge­nes logra­das en mate­ria de cla­ri­dad y con colo­res bien defi­ni­dos repro­du­cien­do ade­cua­da­men­te lo que se ha vis­to en las pan­ta­llas de los cines.

Intere­san­tes resul­tan los extras con que vie­ne acom­pa­ña­do el video don­de ade­más de algu­nas esce­nas eli­mi­na­das, en los for­ma­tos 3D Blu-Ray y Blu-Ray se inclu­yen tres cor­tos que per­mi­ten al públi­co inte­rio­ri­zar­se sobre deta­lles de la fil­ma­ción. En “First Steps –Lear­ning to Walk the Wire”, se apre­cia cómo el ver­da­de­ro Phi­lip­pe Le Petit ense­ñó a Gor­don-Levitt a man­te­ner el equi­li­brio entre los pies y el cuer­po que lo sos­tie­ne a medi­da que va avan­zan­do sobre el cable. En otros comen­ta­rios el maes­tro expre­sa su gran satis­fac­ción por la for­ma en que el actor “apren­dió” el ofi­cio per­mi­tien­do que el film adqui­rie­se autén­ti­co rea­lis­mo. En “Pillars of Sup­port” se alu­de a la impor­tan­cia del equi­po que acom­pa­ñó a Le Petit para lograr su asom­bro­sa haza­ña; en tal sen­ti­do el cor­to pre­sen­ta a los acto­res que carac­te­ri­za­ron a los per­so­na­jes y que cons­ti­tu­ye­ron ver­da­de­ros pila­res de apo­yo al apa­sio­na­do héroe. Final­men­te en “The Ama­zing Walk” el rea­li­za­dor Robert Zemec­kis expli­ca la mane­ra en que digi­tal­men­te se han podi­do repro­du­cir la inol­vi­da­ble cami­na­ta, las des­apa­re­ci­das torres ‑que sin duda con­fie­ren el esce­na­rio cen­tral para esta proeza- y la for­ma en que el film fue con­ver­ti­do en 3D.

El video pue­de apre­ciar­se tan­to en su ver­sión ori­gi­nal ingle­sa, como tam­bién en fran­cés, por­tu­gués, espa­ñol y tai­lan­dés: asi­mis­mo dis­po­ne de sub­ti­tu­la­je en los men­cio­na­dos idio­mas, inclu­yen­do tam­bién el chino, can­to­nés, indo­nés y coreano. Los extras sola­men­te dis­po­nen de sub­tí­tu­los en inglés. Jor­ge Gutman