Impla­ca­ble Persecución

KID­NAP. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film de Luis Prieto}

Tal como lo anti­ci­pa su títu­lo, el secues­tro de un menor es el tema abor­da­do por Luis Prie­to en Kid­nap. Des­pués de un buen comien­zo, la inve­ro­si­mi­li­tud que adop­ta el rela­to impi­de que el film lle­gue a satis­fa­cer como debiera.

Halle Berry

La acción que trans­cu­rre en Lui­sia­na intro­du­ce a Kar­la Dyson (Halle Berry), una madre sepa­ra­da que vive con Fran­kie (Sage Correa), su hiji­to de 6 años a quien quie­re entra­ña­ble­men­te. Emplea­da como mese­ra de un res­tau­ran­te tra­ta de com­pa­ti­bi­li­zar su tra­ba­jo dia­rio con su res­pon­sa­bi­li­dad maternal.

Un día, des­pués de haber cum­pli­do su turno labo­ral lle­va al niño a un par­que de diver­sio­nes. Des­pués de un buen rato, ella reci­be en su celu­lar un lla­ma­do que pare­ce ser impor­tan­te; del otro lado de la línea su abo­ga­do le comu­ni­ca que su ex mari­do le recla­ma la cus­to­dia del niño. Deján­do­lo momen­tá­nea­men­te para man­te­ner pri­va­da­men­te la comu­ni­ca­ción tele­fó­ni­ca, Kar­la se ale­ja ubi­cán­do­se de espal­da a esca­sos metros de don­de Fran­kie se halla. Cuan­do retor­na y com­prue­ba que no se encuen­tra, una fre­né­ti­ca angus­tia la inva­de al no poder ubi­car­lo; en un momen­to dado obser­va que salien­do del par­que el chi­co es arras­tra­do por la fuer­za por una mujer (Chris McGinn) para intro­du­cir­lo en un coche esta­cio­na­do que inme­dia­ta­men­te par­te en for­ma precipitada.

De allí en más con una cons­ter­na­ción plau­si­ble de com­pren­der, Kar­la se lan­za furio­sa­men­te en su mini­van per­si­guien­do a la mujer que secues­tró a su hijo y al con­duc­tor del vehícu­lo para tra­tar de recu­pe­rar a su hijo. Has­ta ese momen­to, el film des­pier­ta con­si­de­ra­ble inte­rés al ir crean­do una intri­ga sobre lo que ocu­rri­rá. Pero suce­de que la impla­ca­ble cace­ría auto­mo­vi­lís­ti­ca, que revis­te la for­ma de una desen­fre­na­da carre­ra en una auto­pis­ta de New Orleans, se pro­lon­ga por espa­cio de casi una hora; en con­se­cuen­cia, la ten­sión ini­cial se resien­te fren­te a la exis­ten­cia de casi un úni­co esce­na­rio. Con todo, el aspec­to más vul­ne­ra­ble del film resi­de en el guión de Kna­te Lee don­de resul­ta prác­ti­ca­men­te implau­si­ble que pue­da acon­te­cer lo que se expo­ne en el mis­mo. Sería indis­cre­to men­cio­nar las situa­cio­nes impro­ba­bles que se pro­du­cen en la men­cio­na­da per­se­cu­ción don­de pare­cie­ra casi nula la acción poli­cial fren­te a las coli­sio­nes y acci­den­tes espec­ta­cu­la­res ‑algu­nos de ellos mor­ta­les- que se pro­du­cen en la mis­ma. A todo ello, nada se sabe de las moti­va­cio­nes de los villa­nos secues­tra­do­res para rap­tar a Fran­kie y, final­men­te, cuan­do se arri­ba a su irrea­lis­ta des­en­la­ce varios hilos per­ma­ne­cen suel­tos sin expli­ca­ción racional.

Aun­que sin lle­gar a com­pen­sar las debi­li­da­des del film, a su favor cabe des­ta­car la nota­ble foto­gra­fía de Fla­vio Mar­tí­nez Labiano cap­tan­do des­de dife­ren­tes ángu­los ‑inclui­do tomas aéreas- la desen­fre­na­da carre­ra auto­mo­vi­lís­ti­ca, la bue­na direc­ción de Prie­to a pesar de las limi­ta­cio­nes del guión y sobre todo la exce­len­te actua­ción de Berry. Esta actriz con­fir­ma una vez más que es una de las mejo­res intér­pre­tes del cine ame­ri­cano; con inten­sa furia, tem­blo­res, gri­tos, con­tor­sio­nes y hablan­do a sí mis­ma trans­mi­te con­vin­cen­te­men­te el des­aso­sie­go de una madre que no está dis­pues­ta a per­der a su reto­ño que es lo más impor­tan­te que cuen­ta en su vida. Jor­ge Gutman