Un Agra­da­ble Entretenimiento

LOGAN LUCKY. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film de Ste­ven Soderbergh

Si bien en reite­ra­das opor­tu­ni­da­des Ste­ven Soder­bergh anun­ció su reti­ro del cine, has­ta el momen­to vie­ne incum­plien­do su pro­me­sa; aho­ra, des­pués de 4 años de ausen­cia (aun­que tuvo a su car­go algu­nos pro­yec­tos tele­vi­si­vos) retor­na para brin­dar con Logan Lucky una livia­na come­dia que sin lle­gar al nivel de la tri­lo­gía de Ocean Ele­ven (2001), Ocean Twel­ve (2004) y Ocean Thir­teen (2007), satis­fa­ce como ani­ma­do entretenimiento.

Daniel Craig

Basán­do­se en el rela­to de la novel guio­nis­ta Rebec­ca Hunt, el direc­tor pre­sen­ta a varios inte­gran­tes de la fami­lia Logan que viven en West Vir­gi­nia. Pare­ce ser que una espe­cie de mal­di­ción reca­yó en ese núcleo don­de por gene­ra­cio­nes sus inte­gran­tes vivie­ron en un nivel de pobre­za sin que la suer­te les son­rie­ra. Uno de ellos es Jimmy (Chan­ning Tatum) quien tra­ba­jan­do como ope­ra­dor de equi­pos en una fábri­ca de cons­truc­ción es des­pe­di­do a cau­sa de una cir­cuns­tan­cia a todas luces banal; a todo ello, en su vida per­so­nal, no se sien­te muy agra­cia­do al haber­se divor­cia­do de su mujer (Katie Hol­mes) que man­tie­ne la cus­to­dia de su hiji­ta (Farrah Mac­ken­zie) a quien mucho quie­re. Cly­de (Adam Dri­ver) es uno de sus her­ma­nos quien habien­do per­di­do uno de sus bra­zos en la gue­rra de Irak, en la actua­li­dad se man­tie­ne tra­ba­jan­do como un humil­de bar­man en un boli­che local.

Fren­te a un futu­ro no muy son­rien­te, Jimmy y Cly­de deci­den rever­tir su des­tino; para ello pla­nean rea­li­zar un gran atra­co a NAS­CAR que con­sis­ti­rá en apo­de­rar­se de los ingre­sos que gene­re la gran carre­ra Coca Cola 600 que se rea­li­za­rá pró­xi­ma­men­te en el Char­lot­te Motor Speed­way. Para la imple­men­ta­ción del pro­yec­to, ade­más de con­tar con el apo­yo brin­da­do de su her­ma­na menor Mellie (Riley Keough), ellos reque­ri­rán la cola­bo­ra­ción de un equi­po de espe­cia­lis­tas. Así es de vital impor­tan­cia la par­ti­ci­pa­ción de Joe Bang (Daniel Craig), un noto­rio delin­cuen­te muy ver­sa­do en hacer explo­tar las cajas de segu­ri­dad de los ban­cos y que en estos momen­tos se encuen­tra en la cár­cel; por lo tan­to habrá que urdir el modo de sacar­lo de allí sin des­per­tar sos­pe­chas por par­te de los guar­dia­nes de la peni­ten­cia­ría. Igual­men­te, par­ti­ci­pa­rán de esta par­ti­cu­lar aven­tu­ra los dos excén­tri­cos her­ma­nos de Joe (Jack Quaid y Brian Glee­son) quie­nes brin­da­rán su apor­te téc­ni­co para la eje­cu­ción del robo.

Ani­ma­da con un mode­ra­do sus­pen­so, esta pelí­cu­la a pesar de estar pla­ga­da de situa­cio­nes inve­ro­sí­mi­les y no siem­pre cohe­ren­tes se defien­de por las situa­cio­nes gra­cio­sas que sur­gen de la diná­mi­ca inter­co­mu­ni­ca­ción de sus pin­to­res­cos per­so­na­jes, gra­cias a la bue­na actua­ción de su elen­co. Tatum, habien­do tra­ba­ja­do en varias opor­tu­ni­da­des con Soder­bergh man­tie­ne con él una nota­ble com­pli­ci­dad y aquí logra dotar con­si­de­ra­ble huma­ni­dad al papel que inter­pre­ta; igual­men­te se des­ta­ca Craig en un rol com­ple­ta­men­te opues­to al de James Bond, con­fir­man­do que es un con­su­ma­do come­dian­te; no menos efi­caz es Seth Mac­Far­la­ne ani­man­do a un detes­ta­ble corre­dor de carreras.

Para con­cluir cabe resal­tar la impe­ca­ble direc­ción de Soder­bergh impri­mien­do gran meticu­losi­dad a los deta­lles del rela­to como así tam­bién dis­tin­guir su logra­do mon­ta­je que otor­ga satis­fac­to­ria flui­dez a la narra­ción. En suma, he aquí un diver­ti­do pasa­tiem­po de un efi­cien­te rea­li­za­dor que con buen gus­to y esti­lo sabe cómo entre­te­ner sana­men­te a su audien­cia. Jor­ge Gutman