Un Desas­tre de Película

THE DISAS­TER ARTIST. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film de James Franco

Éste es otro de los fil­mes don­de la reali­dad supera a la fic­ción. Aun­que no se tra­te de un docu­men­tal, la his­to­ria rela­ta­da en The Disas­ter Artist es abso­lu­ta­men­te ver­da­de­ra por­que está basa­da en el libro homó­ni­mo escri­to por Greg Ses­te­ro, quien es uno de los dos per­so­na­jes pro­ta­gó­ni­cos. James Fran­co en su doble con­di­ción de direc­tor y actor abor­da la géne­sis de una pelí­cu­la lla­ma­da The Room, que en oca­sión de su estreno fue con­si­de­ra­da como la más mala de la his­to­ria del cine.

Dave Fran­co y James Franco

El rela­to comien­za en San Fran­cis­co en 1998 pre­sen­tan­do a Tommy Wiseau (James Fran­co), un indi­vi­duo de apro­xi­ma­da­men­te 40 y tan­tos años deci­di­da­men­te excén­tri­co; esa impre­sión es trans­mi­ti­da con su curio­sa ves­ti­men­ta, pin­to­res­ca pelu­ca de lar­ga cabe­lle­ra, su impre­ci­so modo de hablar y con un com­por­ta­mien­to que se apar­ta de los cri­te­rios acep­ta­ble­men­te nor­ma­les. Cre­yen­do que es un buen actor en una cla­se de actua­ción tra­ta de pro­bar sus dotes de intér­pre­te aun­que su maes­tra (Mela­nie Grif­fith) no resul­ta con­ven­ci­da. En ese lugar tam­bién se halla Greg Ses­te­ro (Dave Fran­co), un joven aspi­ran­te a actor quien tam­po­co logra per­sua­dir a su ins­truc­to­ra. Al ter­mi­nar la sesión, Greg tra­ba rela­ción con Tommy don­de al poco tiem­po sur­ge entre ambos una impro­ba­ble amis­tad; el extra­ño indi­vi­duo comien­za a pro­te­ger al mucha­cho de tal mane­ra que lo invi­ta a via­jar a Los Ánge­les para tra­tar de lograr mejo­res chan­ces acto­ra­les. Cuan­do des­pués de varios esfuer­zos nin­guno de los dos logra des­per­tar el inte­rés de los pro­duc­to­res de Holly­wood, Tommy deci­de hacer su pro­pio film: así, comien­za los pre­pa­ra­ti­vos para el roda­je de The Room, una pelí­cu­la por él pro­du­ci­da, escri­ta y diri­gi­da don­de ambos asu­mi­rán los roles prin­ci­pa­les. Wiseau, que ade­más de care­cer del míni­mo talen­to jamás tuvo expe­rien­cia algu­na como rea­li­za­dor, actor y libre­tis­ta, con­cre­ta su pro­yec­to y logra que el film se estre­ne en Los Ánge­les el 27 de junio de 2003, ori­gi­nan­do desas­tro­sos comen­ta­rios críticos.

En este rela­to, el rea­li­za­dor ilus­tra qué es lo que acon­te­ció duran­te el pro­ce­so de fil­ma­ción don­de las situa­cio­nes más inve­ro­sí­mi­les se fue­ron suce­dien­do pero que por ser reales pro­du­cen situa­cio­nes hila­ran­tes. Repro­du­cien­do fiel­men­te la eta­pa del roda­je, James Fran­co no tie­ne como pro­pó­si­to bur­lar­se de Wiseau sino más bien efec­tuar un estu­dio de per­so­na­li­dad don­de refle­ja has­ta dón­de pue­de lle­gar el ego de una per­so­na deci­di­da­men­te deli­ran­te en pro­cu­ra de noto­rie­dad. Como un film con refe­ren­cia a otro, el públi­co tie­ne oca­sión de con­tem­plar una muy bue­na come­dia que deja algu­nas lec­cio­nes para poten­cia­les direc­to­res sobre cómo evi­tar de incu­rrir en los cala­mi­to­sos erro­res come­ti­dos por el inep­to novel cineas­ta. Con­vie­ne des­ta­car que a pesar de las con­ti­nuas car­ca­ja­das que des­pier­ta este agra­da­ble pas­ti­che, el espec­ta­dor sien­te un sabor agri­dul­ce de que su risa es logra­da a expen­sas de haber con­tem­pla­do la fil­ma­ción de un tra­ba­jo desas­tro­so. No menos impor­tan­te es refle­xio­nar sobre lo que defi­ne el éxi­to de una pelí­cu­la: en tal sen­ti­do, resul­ta sor­pren­den­te cons­ta­tar que el demo­le­dor comen­ta­rio crí­ti­co con­si­guió des­per­tar la curio­si­dad de una audien­cia que moti­vo a que The Room se con­vir­tie­ra en un film de cul­to duran­te las exhi­bi­cio­nes de media­no­che que tuvie­ron lugar tiem­po después.

Como rea­li­za­dor James Fran­co impri­me un gran dina­mis­mo a esta his­to­ria y como actor emer­ge triun­fan­te al trans­mi­tir en toda su dimen­sión el pate­tis­mo de un hom­bre que a la pos­tre resul­ta intri­gan­te; así nun­ca se lle­ga a saber de dón­de real­men­te es oriun­do, su ver­da­de­ra edad, como tam­po­co el modo en que ama­só su for­tu­na para inver­tir 6 millo­nes de dóla­res en la pro­duc­ción de su pro­yec­to. Dave Fran­co, her­mano de James, logra la sim­pa­tía del públi­co como el joven que acep­ta el some­ti­mien­to de su pro­tec­tor y que lue­go vol­ca­rá sus expe­rien­cias en el libro que dio ori­gen al film. En pape­les meno­res cola­bo­ran con espon­tá­nea gra­cia Seth Rogen, Zac Efron, Ari Gray­nor, Ali­son Brie y Judd Apa­tow, entre otros.

En esen­cia, aun­que de difí­cil cate­go­ri­za­ción en esta diver­ti­dí­si­ma come­dia no hay des­per­di­cio alguno. Jor­ge Gutman