BULLY. Estados Unidos, 2012. Un film documental de Lee Hirsch
Éste es un muy buen documental al que debería dársele una especial acogida por el dramático y relevante tema que expone y que obliga a reflexionar profundamente sobre el mismo. Se trata sobre el bullying, término inglés que en español se podría traducir como intimidación o acoso emocional y/o físico. Este fenómeno generalmente tiene lugar en las escuelas entre niños de los últimos años de educación elemental y primeros de la enseñanza media. Consiste en la acción desplegada por un grupo de estudiantes de ese nivel hacia un(a) compañero(a) en particular, sin diferenciación de sexo o estrato social, a través de un maltrato psicológico que se traduce en violencia verbal y que también puede implicar castigo físico.
La intimidación se produce dentro de los establecimientos escolares, ya sea en las clases mismas, baños, cafetería, buses escolares, como también al fin de la jornada de clase cuando los estudiantes salen del colegio. Curiosamente, los adultos responsables de las escuelas minimizan el problema y a veces hasta rehúsan aceptar la existencia del problema. De allí, la importancia extraordinaria que tiene el film que se está comentando teniendo en cuenta que según el relato del director Lee Hirsch varios millones de niños americanos son objeto actualmente de este desgraciado acoso, con consecuencias trágicas en algunos de los casos.
¿Qué es lo que hace o contribuye a que la víctima sea atacada?. Hay muchos aspectos que entran en consideración pero fundamentalmente surge por algún rasgo particular de la personalidad que los hace diferentes y vulnerables (por ejemplo, algún defecto físico, un exceso de peso, timidez natural, debilidad de carácter, incapacidad de responder al atropello recibido, etc.).
En base a lo que antecede el guión del realizador escrito con Cynthia Lowen enfoca la atención en cinco historias precisas. Una de ellas se refiere a Alex de 12 años que vive Sioux City, Iowa y cuyos tormentos comienzan apenas aborda el bus escolar. ¿Qué pasa con él? Su pecado es que a la vista de los demás no es bonito por sus gruesos labios y por portar anteojos que le impiden otorgarle una apariencia física más atractiva. Siendo un documental y no un film de ficción, uno se queda apesadumbrado al ver cómo sus compañeros lo atacan e insultan durante el viaje que los conduce a la escuela.
No menos dramático es el caso de Kelby que a los 16 años, en oportunidad de haberse asumido como lesbiana, ella y su familia han sido consideradas parias en la pequeña ciudad de Tuttle, Oklahoma, donde viven además de ser objeto del odio por parte de compañeros y personal docente; resultado de todo ello es que esta adolescente ha intentado suicidarse en tres ocasiones.
Otro caso patético es el de Ja’Meya de 14 años de Yazoo County, Mississippi, quien cansada del abuso sufrido diariamente en el ómnibus escolar, un buen día decidió llevar consigo un arma cargada de municiones para intimidar a sus atormentadores; como consecuencia de su acción y a pesar de no haber dañado a nadie, fue encarcelada en un centro de detención juvenil, aguardando el resultado de su comprometedora situación.
Profunda tristeza produce conocer la tragedia de David y Tina Long de Murray County, Georgia, quienes en octubre de 2009 perdieron a su hijo Tyler de 17 años quien se suicidó después del tormento padecido durante años por sus compañeros; esa situación se ha visto agravada por la indiferencia total del colegio, al punto tal que una asistente de la dirección cínicamente niega que exista algún problema en su distrito. Después de su muerte los Long exigen que la escuela admita la responsabilidad por la muerte del hijo.
El quinto caso se refiere a Ty, un niño de 11 años de Perkins, Oklahoma, quien se suicidó en mayo de 2010 después de haber sufrido la crueldad de sus compañeros de clase. Sus padres Kirk y Laura Smalley han constituido una organización contra el acoso que se denomina “Stand for the Silent” con el propósito de prevenir tragedias similares.
Todas las historias están relatadas con sobriedad y compasión sin dejar que los detalles más conmovedores eludan el foco de atención que el film se ha propuesto. Nadie podrá objetar que se centre en las víctimas y sus familiares sin tener en cuenta a los crueles agresores; no podría ser de otro modo porque nada concreto podría obtenerse como respuesta de quienes actúan en grupo y donde es posible que individualmente no puedan saber los hechos que les motivan a actuar malévolamente. En cambio, y como antes ha sido señalado, resulta profundamente deplorable la ausencia de respuesta concreta por parte de los administradores escolares.
Aunque lo que se muestra en el documental tiene lugar en los Estados Unidos, este mal no está radicado allí exclusivamente; es un problema universal y es por eso que este documental constituye un excelente instrumento para que padres, escolares, personal docente y autoridades administrativas vean el film para tomar cartas en el asunto frente al comportamiento agresivo y destructivo que adopta el comportamiento del bullying.
Conclusión: Un conmovedor y perturbador film de imprescindible visión que documenta uno de los males más serios que afecta a la sociedad en que vivimos. Jorge Gutman