SAMSARA. Estados Unidos, 2011. Dirección: Ron Fricke. Distribución: Entertainment one (2013)
Samsara es, aparentemente, una palabra sánscrita que significa la rueda de la vida y fue utilizada por el realizador Ron Fricke y el productor Mark Magidson para titular a este film que precisamente alude al ciclo de la vida (nacimiento, muerte y reencarnación) –tal como es concebida por varias religiones asiáticas- y su vinculación con la naturaleza.
A través de este proyecto ambicioso que abarcó casi 5 años, Fricke trasladó sus cámaras a remotas áreas del mundo de 25 países diferentes visitando en gran parte lugares sagrados, ciertas regiones afectadas ecológicamente por sus condiciones desastrosas, grandes complejos industriales así como algunas bellezas naturales de nuestro planeta.
Visualmente, el film maravilla pero también puede frustrar al espectador. En la medida que el realizador prefirió que su documental no fuese dialogado, tratando de que la música utilizada pudiera reemplazar a las palabras, el espectador tiene la oportunidad de contemplar estupendas imágenes pero sin saber donde fueron filmadas.
Ciertamente hay algunos lugares que es posible distinguir por ser bien conocidos a través del National Geographic y otras publicaciones similares. Así se pueden apreciar las maravillosas tomas aéreas de un imponente templo en Myanmar, el trabajo de pintura con arena por parte de monjes budistas que tiene lugar en un monasterio de la India, una breve secuencia enfocando a religiosos orando en el Muro de los Lamentos de Jerusalén, el Himalaya en Nepal o bien las ruinas de Petra en Jordania. Sin embargo, hay otros lugares que a pesar de su gran interés visual no resulta fácil saber dónde están situados. En tal sentido, la ausencia de narración verbal no habría quedado afectada de haber recurrido al empleo de títulos indicativos de cada uno de los sitios filmados, satisfaciendo de este modo la curiosidad de quien está contemplando el film.
Con las salvedades precedentes, el film brinda una experiencia sensorial a la vez que transmite una profunda espiritualidad tratando de demostrar el lugar prácticamente insignificante que ocupa el ser humano en su breve tránsito por la vida frente a la fuerza arrolladora y permanente de la naturaleza. La fotografía del realizador es admirable y mérito similar merece la valiosa e inventiva música de Michael Stearns, Lisa Gerrard y Marcello De Francisci que se adapta muy bien a las imágenes exhibidas.
El DVD viene en dos discos donde uno de ellos es el film en sí mismo en tanto que el otro contiene importante material adicional referido a la producción, edición, música, tecnología y comentarios de los responsables de este proyecto. Jorge Gutman