Pre­de­ci­ble pero Agradable

PAU­LET­TE. Fran­cia, 2013. Un film de Jéro­me Enrico 

Pau­let­te es el nom­bre de la pro­ta­go­nis­ta de una his­to­ria agra­da­ble y refres­can­te que aun­que no ofrez­ca nada nue­vo, el solo hecho de ver actuar a Ber­na­det­te Lafont jus­ti­fi­ca su visión. La vete­ra­na artis­ta per­so­ni­fi­ca a una mujer ancia­na y viu­da don­de a cada opor­tu­ni­dad que se le pre­sen­ta vuel­ca su vene­no­so racis­mo, fun­da­men­tal­men­te rela­cio­na­do con la gen­te negra así como con los inmi­gran­tes que lle­gan al país. Ese sen­ti­mien­to de recha­zo hacia todo aquél que no sea blan­co inclu­ye a su pro­pia fami­lia dado que su hija se casó con un bona­chón poli­cía negro (Jean-Bap­tis­te Anou­mon); ni su yerno como tam­po­co su nie­to cons­ti­tu­yen moti­vos de ale­gría para esta “sim­pá­ti­ca” dama. Vivien­do de una pau­pé­rri­ma pen­sión en un blo­que de vivien­das de alqui­ler mode­ra­do, está con­si­de­ra­ble­men­te atra­sa­da en el pago del arrien­do lo que con­du­ce a que sus modes­tas pose­sio­nes que se encuen­tran en el inte­rior del depar­ta­men­to en que habi­ta le sean con­fis­ca­das por la justicia. 

Para tra­tar de bus­car una sali­da a su situa­ción eco­nó­mi­ca resuel­ve entrar en con­tac­to con un tra­fi­can­te de dro­gas (Paco Bou­blard) ofre­cién­do­la su ser­vi­cio de ven­de­do­ra a cam­bio de un 10% de las uti­li­da­des. Es así como esta astu­ta ancia­na se abre camino en for­ma cada vez más exi­to­sa ven­dien­do can­na­bis. Pero pron­ta­men­te se da cuen­ta que sus ingre­sos pue­den pros­pe­rar mejor con la ela­bo­ra­ción de que­ques y galle­ti­tas incor­po­ran­do una dosis menor de marihua­na en su pre­pa­ra­ción, y es en esa tarea ‑ya con­ver­ti­da en hábil mujer de nego­cios- que invo­lu­cra a un gru­po de ami­gas que la rodea (Car­men Mau­ra, Domi­ni­que Lavant, Fraçoi­se Ber­tin) que si bien espan­ta­das en un prin­ci­pio par­ti­ci­pan en una aven­tu­ra que no sola­men­te satis­fa­ce amplia­men­te el gus­to de la clien­te­la con­su­mi­do­ra sino que brin­da amplios bene­fi­cios económicos.

Bernadette Lafont

Ber­na­det­te Lafont

El film de Jéro­me Enri­co tie­ne cier­ta con­no­ta­ción social al expo­ner la situa­ción de gen­te de la ter­ce­ra edad que no dis­po­ne de sufi­cien­tes recur­sos para satis­fa­cer un nivel míni­mo de vida. Pero en el guión de Lau­rie Auba­nel, ese pro­pó­si­to es deja­do en segun­do plano para enfa­ti­zar las face­tas satí­ri­cas y humo­rís­ti­cas a las que con­du­ce el com­por­ta­mien­to de esta iras­ci­ble, egoís­ta y misán­tro­pa ancia­na que, como es de pre­ver, poco a poco irá cam­bian­do de actitud. 

Con­clu­sión: lo que se ve es típi­ca­men­te un déjà vu, pero poco impor­ta cuan­do uno se gra­ti­fi­ca con la sim­pa­tía de Lafont y del elen­co que la rodea en una his­to­ria que sin mucho tras­cen­der entre­tie­ne lo sufi­cien­te­men­te como para que­dar satis­fe­choJor­ge Gutman