LE CHANT DE SAINTE CARMEN DE LA MAIN – Autor: Michel Tremblay – Dirección, Palabras y Libreto: René Richard Cyr – Música: Daniel Bélanger – Elenco: Maude Guérin, Normand D’Amour, Éveline Gélinas, France Castel, Benoît McGinnis — Decorados y Accesorios: Pierre Étienne Locas – Iluminación: Étienne Boucher — Vestuario: Mérédith Caron – Duración : 1h30 (sin entreacto). Representaciones: Hasta el 22 de Junio de 2013 en el Théâtre du Nouveau Monde (www.tnm.qc.ca)
Después de haber presenciado este drama musical basado en la obra original del gran dramaturgo Michel Tremblay quedará el misterio de no poder saber a qué sedebió que en el momento de su estreno en 1976 haya sido objeto de comentarios críticos adversos. En todo caso, en esta feliz adaptación realizada, la dirección escénica de René Richard Cyr fusionada con la música de Daniel Bélanger permite que el público asista a un espectáculo de gran envergadura artística debido a varios factores que a continuación se mencionan.
En primer lugar se encuentra el tema profundamente humano concebido por Tremblay. Carmen, una cantante de música country de Quebec, después de haber permanecido 6 meses en Nashville retorna a Montreal con el propósito de presentar sus nuevas canciones en francés; al propio tiempo es su intención de despertar la conciencia de su público a través de las canciones y elevar la autoestima de los travestis, prostitutas y demás marginados sociales que conforman la fauna humana que pulula en la zona roja de la ciudad. Sin embargo, ciertas personas de su entorno prefieren que nada cambie y todo siga igual. La defensa que Carmen realiza a favor de los excluidos habrá de conducirla a un trágico callejón.
En base a lo que antecede, Cyr y Bélanger han aunado sus esfuerzos para que la música se ajuste armoniosamente al desarrollo dramático; en otras palabras, los temas musicales de esta producción constituyen un medio de hacer progresar la acción en lugar de interrumpirla como suele acontecer con las comedias musicales. Cyr ha logrado una puesta escénica fluida y sobria a la vez que deslumbrante, permitiendo que los actores transmitan en toda su dimensión los diferentes matices requeridos por sus personajes; por su parte, Bélanger ha concebido 13 hermosas canciones que complementan maravillosamente el libreto y la letra elaborada por Cyr, logrando que en todo momento trascienda la “santidad” de Carmen; a todo ello, el estupendo coro de 16 personas cantando a capella contribuye a profundizar el contenido dramático de lo que se está presenciando.
Otro elemento fundamental que hace de esta producción un indiscutible éxito artístico es su elenco; aquí nuevamente habrá que apuntar los méritos del director al haberse rodeado de intérpretes de gran valor. Maude Guérin es la Carmen ideada por Tremblay en la medida que esta artista se entrega en cuerpo y alma para proyectar la dimensión de un personaje humano y trágico que logra ganarse el cariño de los destituidos sociales; acompañando a Guérin se encuentra Norman D’Amour, un actor de sólidos recursos que da vida a Maurice, un hombre sin escrúpulos que es incapaz de apreciar la sensibilidad de su amante Carmen; Benoît McGinnis también se distingue como Tooth Pick, el hombre de confianza de Maurice que no tolera a Carmen; no menos importante es la caracterización lograda por Éveline Gelinas como la tímida y vulnerable hermana de Maurice y finalmente France Castel destella en un breve rol animando a Gloria, una ex cantante de cabaret. Si el juego interpretativo es excelente es necesario también resaltar las magníficas voces de estos artistas entonando las encantadoras canciones de Bélanger.
En los aspectos técnicos, la sencilla escenografía en base a sillas de madera y escaleras de metal se ajusta armoniosamente al contenido de la pieza así como la acertada iluminación ambienta adecuadamente los diferentes momentos dramáticos de esta tragedia griega.
Conclusión: Un espectáculo decididamente recomendable que jerarquiza la cartelera teatral de Montreal. Jorge Gutman