La Pasan­tía

THE  INTERNSHIP. Esta­dos Uni­dos, 2013. Un film de Shawn Levy

Vince Vaughn y Owen Wilson

Vin­ce Vaughn y Owen Wilson

Ocho años des­pués de haber esta­do reu­ni­dos en la joco­sa come­dia Wed­ding Crashers, Vin­ce Vaughn y Owen Wil­son vuel­ven a actuar jun­tos en otra pelí­cu­la pero sin lograr el mis­mo impac­to por la for­ma poco satis­fac­to­ria en que la his­to­ria ha sido escri­ta y narrada. 

El pun­to de par­ti­da del guión escri­to por Vaughn con Jared Stern es intere­san­te por­que refle­ja la situa­ción rea­lis­ta de la era digi­tal en don­de muchas fuen­tes de tra­ba­jo de anta­ño dejan de tener rele­van­cia. Eso es lo que ocu­rre con Billy (Vaugn) y Nick (Wil­son), dos ami­gos que tra­ba­jan­do como ven­de­do­res de relo­jes son des­pe­di­dos por su patrón (John Good­man) por­que hoy día los telé­fo­nos inte­li­gen­tes sumi­nis­tran la hora en cual­quier momen­to que uno quie­ra con­sul­tar­la. El resul­ta­do es que estos des­afor­tu­na­dos vien­do cómo sus carre­ras se han derrum­ba­do deci­den recom­po­ner la situa­ción recu­rrien­do a una inge­nio­sa estra­te­gia: la mis­ma con­sis­te en pos­tu­lar a un pro­gra­ma de pasan­tía de verano en Goo­gle y tra­tar de desem­pe­ñar­se efi­cien­te­men­te de mane­ra tal que les pue­da posi­bi­li­tar tra­ba­jar en esta gigan­tes­ca e impor­tan­te empre­sa mundial.

Lamen­ta­ble­men­te las bue­nas ideas del guión rápi­da­men­te se eva­po­ran a tra­vés de la for­ma que adquie­re el film. Cier­ta­men­te el rela­to ofre­cía mate­rial sufi­cien­te para un inte­li­gen­te aná­li­sis de la coli­sión cul­tu­ral que se esta­ble­ce entre la gene­ra­ción de la vie­ja ola a la que Billy y Nick per­te­ne­cen y la de los sofis­ti­ca­dos jóve­nes de la gene­ra­ción actual quie­nes están edu­ca­dos y pro­gra­ma­dos para com­pe­tir den­tro del mar­co que ofre­ce la tec­no­lo­gía moder­na; sin embar­go, lo que se apre­cia es una come­dia des­di­bu­ja­da don­de a pesar de que poten­cial­men­te exis­tían situa­cio­nes cómi­cas para ser explo­ta­das, los efec­tos risue­ños logra­dos son más bien for­za­dos y nutri­dos por hechos pedes­tres que pudie­ron haber sido evitados. 

Los acto­res ofre­cen lo que pue­den den­tro de las limi­ta­cio­nes del guión. Así, tan­to Vaughn y Wil­son se desem­pe­ñan con sol­ven­cia y den­tro de la gale­ría de dife­ren­tes per­so­na­jes que acom­pa­ñan a Billy y Nick no des­en­to­nan las actua­cio­nes de Aasif Mand­vi como un seve­ro super­vi­sor, Max Minghe­lla ani­man­do al villano de turno, así como Rose Byr­ne carac­te­ri­zan­do al inte­rés román­ti­co de Nick. Pero en todo caso se tra­ta de per­so­na­jes uni­di­men­sio­na­les, esca­sa­men­te dife­ren­cia­dos y sin que lle­guen a tras­cen­der. La úni­ca gran gana­do­ra de esta pasan­tía es Goo­gle cuya cul­tu­ra cor­po­ra­ti­va se hace pre­sen­te y cier­ta­men­te goza de inusi­ta­da pro­mo­ción dado que la sede social de la com­pa­ñía cons­ti­tu­ye el esce­na­rio prin­ci­pal don­de trans­cu­rre la acción.

Con­clu­sión: The Internship es una come­dia dema­sia­do tibia y pre­de­ci­ble que aun­que se deje ver es fácil­men­te olvi­da­ble. Jor­ge Gutman