PIERRE DE PATIENCE . Francia-Alemania-Gran Bretaña-Afganistán, 2012. Un film de Atiq Rahimi
Este pequeño film que fue exhibido en el Festival de Toronto del año pasado merece la pena de ser visto porque se trata de un film de Afganistán, rara ocasión de ver algo de este convulsionado país, pero además por el tema que abarca y la excepcional interpretación lograda por su casi única intérprete.
El director afgano Atiq Rahimi presenta la dolorosa historia de una mujer musulmana dispuesta a revelar sus verdaderos sentimientos a su cónyuge. La acción que transcurre en un impreciso lugar devastado por la guerra ‑aunque todo hace suponer que se trata de Afganistán‑, presenta a la exiliada actriz iraní Golshifteh Farahani dando vida a una esposa que se encuentra en su hogar junto a su marido soldado que yace en estado de coma después de haber recibido una bala en su nuca. Esperando el momento en que pueda emerger de su estado vegetativo, la mujer le vuelca sus frustraciones de esposa. Además de referirse a aspectos tristes de su infancia, le manifiesta sus sufrimientos, penas, soledad, sueños aplastados, y deseos jamás satisfechos en la relación conyugal tediosa mantenida durante los 10 años de convivencia; así queda en evidencia la sumisión mantenida a su lado sin que su esposo le importara saber de ella como persona humana. A medida que este largo soliloquio prosigue, esta mujer, cuyo nombre en ningún momento surge, se vuelve cada vez más franca y audaz con sus confesiones sabiendo que su esposo se encuentra inerte e impotente de infligirle daño alguno.
El espectador presencia un drama íntimo en esta suerte de monólogo psicoterapéutico que jamás llega a la claustrofobia ni al aburrimiento. Trabajando en base a su premiada novela, Rahimi logró con la colaboración del renombrado guionista francés Jean-Claude Carrière una excelente adaptación en la conmovedora descripción de la condición femenina musulmana; de este modo permite que el espectador reflexione sobre todo lo que una mujer puede esconder debajo del velo que le cubre su rostro. Todo parece indicar que en el medio social en que se desenvuelve, ella debe cumplir el rol de obedecer primeramente a su padre y luego al hombre con quien une su vida, sin atreverse a contradecir o a manifestar su desacuerdo.
Conclusión: Un film intimista retratando el alma y los pesares de las mujeres afganas. Jorge Gutman