MAIN DANS LA MAIN. Francia-Bélgica, 2012. Un film de Valerie Donzelli.
Después del éxito de crítica y público logrado con el drama “La guerre est déclarée”, la realizadora Valérie Donzelli retorna ahora con una fantasía liviana de carácter romántico que en gran parte se asemeja a un cuento de hadas.
El relato introduce en forma separada a sus dos protagonistas de diferente extracción social. Él es Joachim (Jérémie Elkaïm), un artesano soltero de poco más de 30 años que trabaja en un taller de vidrios en Commercy, una pequeña ciudad francesa, viviendo en la misma casa con su hermana casada (Valérie Donzelli), su marido (Sébastien Noiré) y 4 hijas. Ella es Hélène (Valérie Lemercier), directora de la renombrada Escuela de Ballet de la Ópera Garnier de Paris y rodeada de todos los beneficios y comodidades atribuibles a su función, viviendo con su mejor amiga Constance (Béatrice de Staël). Cuando Joachim debe viajar a París para realizar un montaje de vidrios en el edificio de la Ópera, llega a conocer a Hélène donde se produce una suerte de amor a primera vista y a través de un rápido beso un embrujo inexplicable motiva a que los dos queden prácticamente adheridos físicamente, donde él repite los gestos y movimientos de ella y viceversa. Ese hecho hará que Hélène se desplace con Joachim al hogar relativamente humilde en que habita y conozca a los miembros de su familia; por su parte él vivirá por un período en París tomando clases de ballet de su inesperada profesora.
Donzelli tiene una fina sensibilidad artística que la lleva a utilizar la danza y la música como elementos importantes dentro del contexto de su relato y que podría resultar aceptable en el estricto terreno de la fantasía. Pero la premisa inicial no se mantiene por el cambio de enfoque que adopta el relato sin quedar completamente claro hacia dónde apunta. Por un lado se asiste en parte a una comedia de visos chaplinescos pero por otro, el relato adquiere ribetes dramáticos realistas sin mayor gravitación que desmiente las intenciones de cuento de hadas que promete inicialmente. Cabe señalar que hay aspectos de consistencia que no se respetan dado que si en un principio Hélène y Joachim no pueden alejarse o separarse uno del otro, sin embargo eso no ocurre durante las horas de sueño o bien a partir de un momento dado de la trama donde cada uno de ellos adquiere la independencia de sus movimientos.
El problema del relato es su errático guión, ciertos diálogos desconcertantes y fundamentalmente la gran dificultad de admitir que entre los dos personajes centrales exista un verdadero interés sentimental a pesar de que la realizadora trata de imprimirle un viso de fantasioso romanticismo.
Las objeciones señaladas no descalifican al film pero llegan a afectarlo parcialmente; así, a pesar de momentos deliciosamente encantadores alcanzados con ciertas escenas de naturaleza circense se contraponen otros donde el realismo mágico no llega a plasmarse emocionalmente; a ello se agrega un desenlace que aunque convencional, resulta en este caso poco convincente. A su favor cabe señalar que Main dans la main se destaca en sus aspectos formales; así, visualmente cautiva, los números de ballet están muy bien coreografiados, la música resulta agradable de oír y la fotografía capta muy bien los interiores del maravilloso Palais Garnier donde transcurre parte del relato. Jorge Gutman