LAND HO! Islandia-Estados Unidos, 2014. Un film escrito y dirigido por Aaron Katz y Martha Stephens
Una aceptable comedia que se distingue más por las decorosas interpretaciones que por la historia relatada es la que ofrecen Aaron Katz y Martha Sephens como realizadores y guionistas de Land Ho!
Earl Lynn Nelson personifica a Mitch, un retirado cirujano de extrovertida personalidad que vive en Kentucky y decide invitar a Colin (Paul Eenhorn) con todos los gastos pagos para que juntos realicen un viaje a Islandia; este último es su ex concuñado y gran amigo australiano quien fue bancario de profesión y ahora se encuentra jubilado. El lazo familiar se origina por haber estado casados con dos respectivas hermanas; en tanto que la esposa de Mitch falleció, el matrimonio de Colin terminó en divorcio. De personalidades completamente opuestas, Mitch se presenta como un individuo verborrágico que no se cuida mucho en su forma un tanto desbocada de hablar y todavía evidencia sangre joven en sus venas para admirar a las bellas mujeres; Colin por su parte responde a las características de un hombre afable, melancólico y taciturno.
Adoptando las características de un “road movie”, el viaje comienza en Reykjavik donde además de visitar una galería de arte, en la capital islandesa se produce el encuentro con una joven prima de Mitch y su amiga (Karrie Crouse y Elizabeth McKee) quienes por coincidencia llegan allí procedentes de Groenlandia; ésa es la oportunidad para que Mitch las invite a cenar a un sofisticado restaurante especializado en pescado para posteriormente continuar la velada en un club nocturno donde estos amigos tratarán de revivir la ya ida juventud. Cuando las chicas se van, ellos deciden recorrer Islandia; en ese viaje tienen un fugaz encuentro con una pareja de recién casados donde Mitch ofrece al novel marido ciertos consejos en tanto que Colin entabla un esporádico vínculo sentimental con una mujer canadiense que visita la zona; una mínima tensión se origina cuando en un momento dado ambos viajeros se encuentran en una playa solitaria y se sienten perdidos, comenzando a discutir sin serias consecuencias.
A lo ya dicho, el relativo interés del relato se manifiesta cuando Mitch y Colin vuelcan algunos aspectos de sus vidas personales donde surgen revelaciones que no alcanzan mayor trascendencia ni ofrecen grandes sorpresas como para llegar a intrigar. Con todo, el film se llega a apreciar por dos motivos: uno de los mismos descansa en las muy buenas actuaciones que los realizadores obtuvieron de Nelson y Eenhorn; estos actores además de mantener una buena química brindan una pequeña dosis de humor que afortunadamente no desborda en el mal gusto. El otro factor por el cual la película se destaca es por los escenarios naturales en que se desarrolla proporcionando al espectador un considerable incentivo para visitar Islandia; en tal sentido, el director de fotografía Andrew Reed ha sabido captar la elegancia de la pequeña capital de la isla y la belleza ofrecida por los diferentes accidentes geográficos que caracterizan al pequeño país, incluyendo sus glaciares, fiordos, montañas, volcanes, fuentes termales y playas de arena negra. Jorge Gutman