Una His­to­ria Atrac­ti­va Muy Bien Narrada

A MOST VIO­LENT YEAR. Esta­dos Uni­dos, 2014. Un film escri­to y diri­gi­do por J.C. Chandor

Des­pués de sus dos pri­me­ros remar­ca­bles fil­mes, Mar­gin Call (2011) y All is Lost (2013), J.C. Chan­dor rati­fi­ca sus con­di­cio­nes de madu­rez como direc­tor y guio­nis­ta en éste su ter­cer film. El pro­pó­si­to de A Most Vio­lent Year que se desa­rro­lla en Nue­va York duran­te el invierno de 1981, es mos­trar en qué for­ma el sue­ño ame­ri­cano no es tan fácil de lograr y cuan­do se lle­ga a obte­ner­lo muchas veces lo es a un pre­cio dema­sia­do alto.

Jessica Chastain y Oscar Isaac

Jes­si­ca Chas­tain y Oscar Isaac

El actor gua­te­mal­te­co Oscar Isaac, tan recor­da­do por su logra­da inter­ven­ción en Insi­de Llewyn Davis (2013), nue­va­men­te se des­ta­ca aquí ani­man­do a Abel Mora­les, un inmi­gran­te lati­no­ame­ri­cano vivien­do en Brooklyn, quien con la cola­bo­ra­ción de su mujer Anna (Jes­si­ca Chas­tain) ha logra­do con­so­li­dar su empre­sa de petró­leo des­ti­na­do a la cale­fac­ción domés­ti­ca que había com­pra­do a su sue­gro, un indi­vi­duo con ante­ce­den­tes de gángs­ter. Sin embar­go la satis­fac­ción de haber con­quis­ta­do una situa­ción eco­nó­mi­ca de muy buen nivel se ve per­tur­ba­da por la con­ti­nua­da gue­rra que le enta­bla un mer­ca­do com­pe­ti­ti­vo mane­ja­do por gen­te mafio­sa que no tie­ne res­que­mor alguno para per­ju­di­car­lo recu­rrien­do a medi­das extre­mas con tal de poder domi­nar el mer­ca­do. Es así que las pri­me­ras esce­nas refle­jan cla­ra­men­te la vio­len­cia a la que se encuen­tra expues­to cuan­do un joven con­duc­tor de uno de los camio­nes de su flo­ta de trans­por­te del com­bus­ti­ble es obje­to en la ruta de un cruel ata­que por des­co­no­ci­dos asal­tan­tes. Aun­que no se sepa quie­nes son los mal­he­cho­res poco a poco se ve venir de dón­de provienen.

Lo que ante­ce­de es el pre­lu­dio de lo que habrá de suce­der en el espa­cio de trein­ta días en que trans­cu­rre la acción, cuyo desa­rro­llo invo­lu­cra a la audien­cia en un mar­co de laten­te ten­sión don­de apa­ren­te­men­te nadie que­da libre de cul­pa. Si en prin­ci­pio Abel apa­re­ce como un hom­bre de rec­ti­tud inta­cha­ble, enemi­go de prác­ti­cas no éti­cas en la explo­ta­ción del nego­cio y cier­ta­men­te reti­cen­te de acu­dir a cual­quier resor­te vio­len­to, a pesar de que en cier­tas opor­tu­ni­da­des su fami­lia y prin­ci­pal­men­te sus peque­ñas hijas en la sub­ur­ba­na man­sión en que habi­tan se ven ame­na­za­das, se pue­de com­pro­bar que en el accio­nar de su empre­sa no estu­vie­ron ausen­tes algu­nos movi­mien­tos frau­du­len­tos y de eva­sión impo­si­ti­va que ayu­da­ron a cimen­tar su posi­ción económica.

Den­tro de los muchos fac­to­res que uno apre­cia en este sóli­do film se des­ta­ca la muy bue­na des­crip­ción de sus per­so­na­jes en el guión escri­to por el rea­li­za­dor. Ade­más del de Abel se encuen­tra el de Anna quien a pesar del amor que sien­te por su mari­do difie­re con el modo en que él actúa fren­te a los enemi­gos que los rodean; es ella, la que cree que es nece­sa­rio adop­tar una acti­tud más fir­me y prag­má­ti­ca e inclu­so recu­rrir a méto­dos vio­len­tos como medio de auto­de­fen­sa; al pro­pio tiem­po, Anna demues­tra ser dema­sia­da ave­za­da y astu­ta manio­bran­do los regis­tros con­ta­bles de la empre­sa aun­que no siem­pre su mari­do esté al tan­to de lo que acon­te­ce. Entre otros de los per­so­na­jes invo­lu­cra­dos, aun­que en for­ma secun­da­ria, es la del pro­cu­ra­dor fis­cal (David Oye­lo­wo) quien a pesar de inves­ti­gar las no muy supues­tas hones­tas acti­vi­da­des de los nego­cios de Abel, nada hace supo­ner que su con­duc­ta como fun­cio­na­rio públi­co sea inma­cu­la­da­men­te correcta.

Chan­dor se ha rodea­do de un elen­co de con­si­de­ra­ble nivel don­de ade­más de la exce­len­cia de Isaac, tam­bién son muy satis­fac­to­rias las carac­te­ri­za­cio­nes ofre­ci­das por Chas­tain, Oye­lo­wo así como tam­bién se des­ta­can Albert Brooks como el abo­ga­do de Mora­les y Ales­san­dro Nivo­la como uno de sus competidores.

Cier­ta­men­te la prác­ti­ca de cues­tio­na­bles prin­ci­pios éti­cos para triun­far en los nego­cios, la lucha des­pia­da­da de la ley de la sel­va don­de poco impor­ta quien cai­ga en el camino para eli­mi­nar a los riva­les exis­ten­tes, así como prác­ti­cas de corrup­ción polí­ti­ca den­tro del sis­te­ma de eco­no­mía capi­ta­lis­ta, han sido temas ya explo­ra­dos por el cine; sin embar­go el tra­ta­mien­to que Chan­dor ofre­ce a su rela­to don­de nada resul­ta pre­de­ci­ble crea un cli­ma de natu­ral sus­pen­so que lo tor­na atra­yen­te, sobre todo con su dolo­ro­sa y nihi­lis­ta reso­lu­ción que deja un cier­to sabor amar­go en el áni­mo del espectador.

Con­clu­sión: Un pode­ro­so dra­ma ilus­tran­do cómo la ini­cia­ti­va empre­sa­rial pue­de con­ver­tir el sue­ño ame­ri­cano en reali­dad pero a expen­sas de tác­ti­cas poco éti­cas y hones­tasJor­ge Gutman

Una Áci­da Crí­ti­ca a la Socie­dad Rusa

LEVIATHAN. Rusia, 2014. Un film de Andrei Zvyagyntsev

Pre­vio a Leviathan Andrei Zvia­gin­tsev demos­tró en su fil­mo­gra­fía de solo 3 fil­mes su incli­na­ción en abor­dar temas de pro­fun­di­dad espi­ri­tual como así tam­bién uti­li­zar el cine como un medio de ilus­trar meta­fó­ri­ca­men­te qué es lo que acon­te­ce en su tie­rra des­pués del colap­so del régi­men comu­nis­ta. Pre­ci­sa­men­te en Ele­na (2011) –su penúl­ti­mo tra­ba­jo- ofre­ció una pin­tu­ra no muy com­pla­cien­te de la socie­dad rusa actual mos­tran­do cómo el cam­bio de régi­men per­mi­tió la apa­ri­ción de nue­vos ricos vivien­do con ven­ta­jas y pri­vi­le­gios no goza­dos por la gran masa pro­le­ta­ria. Aquí nue­va­men­te lan­za sus dar­dos con­tra el poder ejer­ci­do dis­cre­cio­nal­men­te por quie­nes lo deten­tan polí­ti­ca­men­te afec­tan­do los legí­ti­mos dere­chos de los sec­to­res socia­les más débi­les e indefensos.

Alexey Serebryakov

Ale­xey Serebryakov

El guión del rea­li­za­dor escri­to con Oleg Negin, que mere­ci­da­men­te fue pre­mia­do en el últi­mo Fes­ti­val de Can­nes, se desa­rro­lla en un remo­to pue­blo pes­que­ro del noroes­te ruso al bor­de del mar de Barents don­de resi­de Kolia (Ale­xey Serebrya­kov), un hom­bre que es due­ño de un taller mecá­ni­co, feliz­men­te casa­do con su espo­sa Lilia (Ele­na Lya­do­va). Ellos viven en una casa de dos plan­tas que ofre­ce una amplia mira­da oceá­ni­ca jun­to a Roma (Ser­gey Pokha­daev), el hijo ado­les­cen­te de un ante­rior matri­mo­nio de Kolia.

El con­flic­to dra­má­ti­co que impul­sa el desa­rro­llo de la his­to­ria resi­de en la lar­ga bata­lla enta­bla­da con el diso­lu­to y borra­cho Vadim She­lev­yat (Roman Mad­ya­nov), quien es el alcal­de local y desea que el mecá­ni­co le ven­da su casa y el terreno adya­cen­te, hecho que Kolia no tie­ne nin­gu­na inten­ción de hacer. Como resul­ta­do de la con­fron­ta­ción, el alcal­de lo lle­va a jui­cio y habien­do sobor­na­do con­ve­nien­te­men­te a los jue­ces se lle­ga a una sen­ten­cia obvia­men­te espe­ra­da don­de Kolia y los suyos resul­tan expro­pia­dos de su pro­pie­dad. A fin de lograr pro­tec­ción legal, el atri­bu­la­do hom­bre recu­rre a los ser­vi­cios de Dmi­tri (Vla­di­mir Vdo­vit­chen­kov), un muy buen ami­go suyo que es un exce­len­te abo­ga­do de Mos­cú y sabe muy bien cómo des­en­vol­ver­se en estos casos. A tra­vés de cone­xio­nes con cier­tas figu­ras cla­ves de la capi­tal, Dmi­tri reco­ge evi­den­cias com­pro­me­te­do­ras sobre el alcal­de que en caso de ser reve­la­das lo pon­drían en gra­ves apu­ros. Cla­ro está que el ame­na­za­do fun­cio­na­rio no pue­de resig­nar­se a que­dar humi­lla­do y ven­ci­do y lo que sobre­vie­ne pos­te­rior­men­te no mere­ce ser reve­la­do para que el públi­co pue­da asis­tir con mayor inte­rés a los dra­má­ti­cos acon­te­ci­mien­tos que esta his­to­ria depara.

Aun­que el film se pro­lon­ga duran­te casi dos horas y media, no tie­ne des­per­di­cio alguno por la muy bue­na des­crip­ción de los dife­ren­tes per­so­na­jes que inter­vie­nen y por su arti­cu­la­da narra­ción don­de los diver­sos lazos suel­tos del rela­to que­dan per­fec­ta­men­te cohe­sio­na­dos. Lo más impor­tan­te es la acer­ba ilus­tra­ción que Zvya­gin­tsev efec­túa sobre los viles meca­nis­mos de la jus­ti­cia, la pre­po­ten­cia de quie­nes ejer­cen el poder que obvia­men­te no están exen­tos de corrup­ción, la des­car­na­da fuer­za poli­cial, el com­por­ta­mien­to hipó­cri­ta de la Igle­sia Orto­do­xa a tra­vés de uno de sus obis­pos así como tam­bién el fun­cio­na­mien­to de una inope­ran­te burocracia.

Este dra­ma social cuen­ta con una inob­je­ta­ble inter­pre­ta­ción de Serebrya­kov y Lia­do­va en los prin­ci­pa­les roles y en sus valo­res for­ma­les se dis­tin­guen la estu­pen­da foto­gra­fía de Mikhail Krich­man cap­tan­do la majes­tuo­si­dad pano­rá­mi­ca de los espa­cios exte­rio­res don­de trans­cu­rre la acción, así como la músi­ca de Phi­lip Glass que se aso­cia ade­cua­da­men­te a la his­to­ria del film.

Con­clu­sión: Un fas­ci­nan­te rela­to refle­jan­do el dete­rio­ro de los valo­res mora­les de la socie­dad rusa con­tem­po­rá­neaJor­ge Gutman

Jeni­fer Anis­ton en un Depri­men­te Drama

CAKE. Esta­dos Uni­dos, 2014. Un film de Daniel Barnz

Hay pelí­cu­las que aun­que muy som­brías por lo que acon­te­ce con sus per­so­na­jes pue­den des­per­tar algu­na con­mi­se­ra­ción; éste no es el caso con Cake don­de por más esfuer­zo que se haga por que­rer aso­ciar­se con el pro­ble­ma serio que afron­ta su pro­ta­go­nis­ta, el mis­mo resul­ta inú­til. El film de Daniel Barnz podrá ser bien inten­cio­na­do pero no per­mi­te que el públi­co se invo­lu­cre en el mis­mo a pesar de la bue­na actua­ción de Jen­ni­fer Aniston.

Jennifer Aniston

Jen­ni­fer Aniston

Dejan­do de lado los pape­les de come­dias cómi­cas o román­ti­cas que sue­le inter­pre­tar, Annis­ton asu­me aquí un rol dra­má­ti­co ani­man­do a Clai­re Sim­mons. Ella sufre de dolor cró­ni­co y para ate­nuar­lo acu­de a una reu­nión de tera­pia de gru­po; pre­ci­sa­men­te en la pri­me­ra esce­na se ve a sus inte­gran­tes recor­dan­do a Nina (Anne Hen­drick), una de las par­ti­ci­pan­tes que aca­ba de suicidarse.

Lo pri­me­ro que uno podría asu­mir es que Clai­re sufre enor­me­men­te por ese sui­ci­dio que no pue­de sus­traer de su men­te. Pero en todo caso y al igno­rar has­ta bien entra­do el metra­je sobre cuál es la cau­sa de su angus­tia, el espec­ta­dor se ve obli­ga­do a enfren­tar­se con esta mujer que resul­ta abso­lu­ta­men­te inso­por­ta­ble por su anti­pa­tía, egoís­mo, sar­cas­mo y en gene­ral por una con­duc­ta de poco res­pe­to hacia la gen­te que la rodea; la sola per­so­na que lle­ga a tole­rar­la es Sil­va­na (Adria­na Barra­za), su fiel emplea­da domés­ti­ca mexi­ca­na quien la cui­da con devo­ción a pesar de tener que acep­tar sus exabruptos.

https://www.youtube.com/watch?v=r0Vp7ImiD34

Annis­ton, con su ros­tro dema­cra­do y ago­bia­do cap­ta el sufri­mien­to físi­co y emo­cio­nal de su per­so­na­je que se la pasa duran­te todo el metra­je ingi­rien­do cal­man­tes y dro­gas anti­de­pre­si­vas. Sin embar­go, como ya se men­cio­nó, las carac­te­rís­ti­cas poco agra­da­bles de esta anti­he­roí­na impi­den que uno se aso­cie a ella, hecho agra­va­do por el poco satis­fac­to­rio guión de Patrick Tobin quien intro­du­ce ele­men­tos a la his­to­ria cen­tral que poco tie­nen que ver con el tema de fon­do. Así, por ejem­plo, uno se pre­gun­ta cuál es la razón que moti­va a Clai­re inmis­cuir­se en el hogar del mari­do de Nina, o bien por­que se remar­ca insis­ten­te­men­te su esta­do de deli­rio con el fan­tas­ma de la sui­ci­da. Cuan­do al final se acla­ra la cau­sa que ha con­du­ci­do a la depre­sión de Clai­re, ya es dema­sia­do tar­de para que el públi­co se apia­de de ella.

En los aspec­tos favo­ra­bles de este film, ade­más de la des­ta­ca­da inter­pre­ta­ción de Anis­ton, cabe des­ta­car a Adria­na Barra­za quien ade­más de carac­te­ri­zar exce­len­te­men­te a Sil­va­na, cons­ti­tu­ye el per­so­na­je más intere­san­te y atrac­ti­vo de este relato.

Con­clu­sión: Un rela­to depri­men­te sin mayor enver­ga­du­ra emo­cio­nalJor­ge Gutman

Cor­to­me­tra­jes Nomi­na­dos Para el Oscar 2015

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

Aun­que gene­ral­men­te la gran aten­ción es dis­pen­sa­da para los fil­mes de lar­go­me­tra­je nomi­na­dos en sus dife­ren­tes cate­go­rías, los cor­to­me­tra­jes mere­cen tam­bién ser des­ta­ca­dos en la medi­da que su selec­ción por la Aca­de­mia de Holly­wood se efec­túa habien­do teni­do en cuen­ta su par­ti­ci­pa­ción en los fes­ti­va­les más pres­ti­gio­sos del mun­do. A con­ti­nua­ción se efec­tua­rá una bre­ve eva­lua­ción de los 5 cor­tos que com­pe­ti­rán este año en la cate­go­ría de fic­ción y de animación.

Cor­to­me­tra­jes de Ficción

Sara Adler

Sara Adler

AYA (Israel) de Oded Bin­nun y Mihal Brezis

En 39 minu­tos los rea­li­za­do­res ofre­cen un fas­ci­nan­te rela­to que bien podría dar lugar a un lar­go­me­tra­je. La his­to­ria gira en torno de Aya (Sarah Adler), quien en el aero­puer­to de Tel Aviv acep­ta hacer un favor a un des­co­no­ci­do quien aguar­da el arri­bo de un crí­ti­co musi­cal pro­ce­den­te de Dina­mar­ca que par­ti­ci­pa­rá como jura­do en un con­cur­so que se rea­li­za­rá en Jeru­sa­lén. Cuan­do el crí­ti­co (Ulrich Thom­sen) lle­ga y supo­ne que Aya es la per­so­na que fue enco­men­da­da para aguar­dar­lo y efec­tuar su tras­la­do al lugar de des­tino, ella ocul­ta su iden­ti­dad mien­tras que lo con­du­ce a lo lar­go de la auto­pis­ta des­de el aero­puer­to a la ciu­dad san­ta, has­ta que final­men­te el equí­vo­co ter­mi­na acla­rán­do­se. El reco­rri­do auto­mo­vi­lís­ti­co per­mi­te enta­blar una comu­ni­ca­ción intere­san­te entre la con­duc­to­ra y su acom­pa­ñan­te e inclu­so cier­to ero­tis­mo sexual que­da esta­ble­ci­do entre ellos. Lo intere­san­te es su ori­gi­nal con­clu­sión y lo más impor­tan­te es ver cómo es posi­ble cap­tar la aten­ción del espec­ta­dor a tra­vés de una narra­ción sen­ci­lla y cautivante.

Bogaloo and Graham

Boga­loo and Graham

BOO­GA­LOO AND GRAHAM (Gran Bre­ta­ña) de Michael Lennox

Gran sim­pa­tía y ter­nu­ra des­pier­tan dos her­ma­ni­tos quie­nes se sien­ten feli­ces cuan­do su padre les ofre­ce unos polli­tos como mas­co­tas para que se ocu­pen de los mis­mos. Cuan­do tiem­po des­pués la mamá que­da emba­ra­za­da espe­ran­do el ter­cer hijo, los chi­cos que se han enca­ri­ña­do con las aves que­dan azo­ra­dos al saber que sus padres quie­ren des­ha­cer­se de las mis­mas. No es nece­sa­rio anti­ci­par la con­clu­sión de este rela­to ameno y muy bien narrado.

Nissa Kashani

Nis­sa Kashani

PAR­VA­NEH (Sui­za) de Talkhon Hamzavi

Par­va­neh (Nis­sa Kasha­ni) es una joven refu­gia­da de Afga­nis­tán (Nis­sa Kasha­ni) vivien­do cer­ca de Zurich, que desea efec­tuar una trans­fe­ren­cia de dine­ro que ha aho­rra­do para que su padre enfer­mo pue­da ser ope­ra­do en su país de ori­gen; pero como ella care­ce de un pasa­por­te váli­do se encuen­tra impo­si­bi­li­ta­da de rea­li­zar el trá­mi­te. Todo cam­bia cuan­do sale al encuen­tro de Emily, una avis­pa­da joven sui­za (Bri­git­te Beye­ler) quien deci­de solu­cio­nar su pro­ble­ma a cam­bio de que Par­va­neh le entre­gue un por­cen­ta­je de la suma a ser remi­ti­da. A tra­vés de la inusual amis­tad que sur­ge entre ambas, el rela­to expo­ne los pro­ble­mas de ambien­tar­se a un mar­co cul­tu­ral dife­ren­te como así tam­bién la soli­da­ri­dad que pue­de mani­fes­tar­se fren­te a nece­si­da­des emergentes.

The Butter Lamp

The But­ter Lamp

THE BUT­TER LAMP (Fran­cia-Chi­na) de Wei Hu

Un fotó­gra­fo iti­ne­ran­te deci­de foto­gra­fiar en Tibet a diver­sas per­so­nas uti­li­zan­do como telón de fon­do dife­ren­tes esce­na­rios; entre los mis­mos se encuen­tran una pare­ja de novios, el alcal­de del lugar, un vie­jo hom­bre y su fami­lia, niños de la calle que simu­lan haber obte­ni­do meda­llas en las olim­pía­das de Bei­jing, una abue­la que nun­ca ha sido foto­gra­fia­da y un joven que se nie­ga a cam­biar su atuen­do tra­di­cio­nal por una ves­ti­men­ta moder­na. Con una sim­ple anéc­do­ta , el rea­li­za­dor Wei Hu ha logra­do brin­dar un lige­ro pan­ta­lla­zo de la cul­tu­ra tibe­ta­na a tra­vés de un rela­to atra­yen­te, son­rien­te y cálido.

THE PHO­NE CALL (Gran Bre­ta­ña) de Mat Kirkby

Sally Hawkins

Sally Haw­kins

Este film de Mat Kirkby se cen­tra en una mujer (Sally Haw­kins) soli­ta­ria y tími­da que tra­ba­ja res­pon­dien­do lla­ma­das en un cen­tro de urgen­cia. En opor­tu­ni­dad de reci­bir el lla­ma­do de ayu­da de un hom­bre viu­do (Jim Broad­bent) en esta­do de total depre­sión, ese víncu­lo tele­fó­ni­co gra­vi­ta­rá emo­cio­nal­men­te en ella cam­bian­do su exis­ten­cia. La impor­tan­cia de este rela­to pone de relie­ve la rele­van­cia que tie­ne una bue­na inter­pre­ta­ción en un cor­to­me­tra­je si se con­si­de­ra la exce­len­te for­ma en que Haw­kins y Broad­bent ‑a quien sola­men­te se escu­cha su voz sin verlo‑, trans­mi­ten emo­cio­nal­men­te sus res­pec­ti­vos pro­ble­mas. Un muy buen relato.

Cor­to­me­tra­jes de Animación

A Single Life

A Sin­gle Life

A SIN­GLE LIFE (Holan­da) de Marie­ke Blaauw, Joris Oprins y Job Roggeveen

El cor­to gira en torno de una chi­ca que al poner un dis­co de vini­lo en su toca­dis­cos expe­ri­men­ta un sin­gu­lar via­je a tra­vés de su pro­pia exis­ten­cia con algu­nos resul­ta­dos ines­pe­ra­dos. Aun­que su bre­ví­si­ma dura­ción de 3 minu­tos no per­mi­te desa­rro­llar una his­to­ria de mayor enver­ga­du­ra, el film se deja ver aun­que sin lle­gar a maravillar.

FEAST (Esta­dos Uni­dos) de Patrick Osborne

Feast

Feast

Con la impron­ta incon­fun­di­ble de los estu­dios Dis­ney, la his­to­ria se cen­tra en un encan­ta­dor perri­to que obser­va la vida de su amo sol­te­ro, sus hábi­tos de comi­da des­ta­ca­dos por su glo­to­ne­ría y qué es lo que le acon­te­ce cuan­do un roman­ce ace­cha y cam­bia su die­ta aco­plán­do­se a la comi­da vege­ta­ria­na. Este sim­pá­ti­co rela­to ade­más de ser muy expre­si­vo cuen­ta con una bue­na dosis de gra­cio­sas ocu­rren­cias. Visual­men­te resul­ta esplen­do­ro­so a tra­vés de una mara­vi­llo­sa ani­ma­ción logra­da com­bi­nan­do el empleo de la compu­tación y el tra­di­cio­nal dibu­jo artesanal.

ME AND MY MOUL­TON (Cana­dá) de Torill Love

Me and my Moulton

Me and my Moulton

Con gran ori­gi­na­li­dad y pleno humor este cor­to narra la his­to­ria de una peque­ña de 7 años que jun­to con sus her­ma­ni­tas requie­ren que sus padres arqui­tec­tos y poco con­ven­cio­na­les les rega­len una bici­cle­ta. Gran­de es la sor­pre­sa cuan­do sus padres encar­gan una moul­ton de Gran Bre­ta­ña y que tie­ne la ori­gi­na­li­dad de ser dife­ren­te por­que posee rue­das más peque­ñas y un sis­te­ma de sus­pen­sión delan­te­ra y tra­se­ra inde­pen­dien­tes, ade­más de ser ple­ga­ble y fácil­men­te des­mon­ta­ble. Aun­que no era pre­ci­sa­men­te la bici­cle­ta con­ven­cio­nal que ellas habían que­ri­do sino la que sus padres deci­die­ron que fue­ra, final­men­te ter­mi­nan sien­do feli­ces con la mis­ma. En un rela­to cáli­do y sen­si­ble don­de se mues­tra el temor que asal­ta a los niños cuan­do se dife­ren­cian de los otros, el film adop­ta un tono risue­ño per­mi­tien­do que el espec­ta­dor se invo­lu­cre fácil­men­te con sus per­so­na­jes. For­mal­men­te el cor­to­me­tra­je se des­ta­ca por su logra­do esti­lo de ani­ma­ción y bri­llan­tes colores.

THE DAM KEE­PER (Esta­dos Uni­dos) de Robert Kon­do y Dai­su­ke “Dice” Tsutsumi

The Dam Keeper

The Dam Keeper

Narra­do por el actor danés Lars Mik­kel­sen, la his­to­ria rela­ta las vici­si­tu­des atra­ve­sa­das por un cer­di­to que mane­jan­do un molino de vien­to que actúa a modo de ven­ti­la­dor ale­ja a las nubes vene­no­sas que ame­na­zan al pue­blo en que vive. A pesar de la bene­fac­to­ra tarea que cum­ple, él es obje­to de bur­la e insul­tos de sus com­pa­ñe­ros de cla­se. Todo cam­bia­rá con la lle­ga­da de un nue­vo com­pa­ñe­ro de cla­se que le ofre­ce su amis­tad. Este cor­to se des­ta­ca visual­men­te al entre­mez­clar satis­fac­to­ria­men­te el esti­lo tra­di­cio­nal de la ani­ma­ción con el uso de la acuarela.

THE BIG­GER PIC­TU­RE (Gran Bre­ta­ña) de Daisy Jacobs

The Bigger Picture

The Big­ger Picture

En The Big­ger Pic­tu­re el públi­co se encuen­tra con uno de los más inven­ti­vos y sor­pren­den­tes fil­mes de ani­ma­ción, emplean­do una téc­ni­ca de dibu­jos en la pared para ilus­trar a per­so­na­jes pin­ta­dos a dos metros de altu­ra. El rela­to se refie­re a la diná­mi­ca fami­liar que se esta­ble­ce cuan­do dos her­ma­nos deben lidiar con la res­pon­sa­bi­li­dad de cui­dar a su ancia­na madre enfer­ma. En esen­cia, he aquí un film que se dis­tin­gue por un tra­ba­jo artís­ti­co de excep­cio­nal nivel de calidad.

Otra Ópe­ra des­de el MET

LES CON­TES D’HOFFMANN

En la segun­da trans­mi­sión de este nue­vo año, efec­tua­da en vivo y en alta defi­ni­ción des­de el Metro­po­li­tan Ope­ra Hou­se de Nue­va York, el públi­co de Cana­dá ten­drá oca­sión de asis­tir a la repre­sen­ta­ción de Les Con­tes d’Hoffman

Aun­que Jac­ques Offen­bach (1819 – 1880) es con­si­de­ra­do como el crea­dor de la ope­re­ta moder­na y de la come­dia musi­cal, tam­bién ha sido un pro­lí­fi­co com­po­si­tor de ópe­ras y posi­ble­men­te la más difun­di­da sea esta ópe­ra que se habrá de difun­dir y que es con­si­de­ra­da como su obra maes­tra. Estruc­tu­ra­da en tres actos con un pró­lo­go y un epí­lo­go, fue la últi­ma que com­pu­so aun­que no logró ver­la repre­sen­ta­da por­que su estreno tuvo lugar en la Opé­ra-Comi­que de París, en febre­ro de 1881, cua­tro meses des­pués de su fallecimiento.

El libre­to en fran­cés de Jules Bar­bier y Michael Carré toma como refe­ren­cia a Ernst Theo­dor Ama­deus Hoff­mann (1776 – 1822) quien fue un céle­bre escri­tor, juris­ta, tenor y com­po­si­tor musi­cal ale­mán que tuvo con­si­de­ra­ble par­ti­ci­pa­ción en el movi­mien­to román­ti­co de la lite­ra­tu­ra ale­ma­na. En la fic­ción, Hoff­man es un poe­ta que refle­xio­na sobre sus frus­tra­dos víncu­los con muje­res a las que amó y per­dió en el pasa­do; ellas son Olym­pia, la muñe­ca mecá­ni­ca, Anto­nia, una joven enfer­mi­za can­tan­te de ópe­ra y final­men­te Giu­liet­ta, una cor­te­sa­na vene­cia­na quien pone en peli­gro su alma inmor­tal. Es pre­ci­sa­men­te en el ter­cer acto ‑epi­so­dio con Giu­liet­ta- don­de se ento­na la céle­bre Bar­ca­ro­la, el tema más popu­lar de esta ópera.

Erin Morley y Vittorio Grigolo

Erin Mor­ley y Vit­to­rio Grigolo

En la actual pro­duc­ción de Bartlett Sher con la direc­ción escé­ni­ca de Gina Lapins­ki, el papel cen­tral del tor­tu­ra­do y román­ti­co poe­ta es can­ta­do por el tenor Vit­to­rio Gri­go­lo. Para los 3 per­so­na­jes liga­dos sen­ti­men­tal­men­te a Hoff­mann gene­ral­men­te se uti­li­za a una sola can­tan­te; aquí son inter­pre­ta­dos por la soprano Erin Mor­ley como la muñe­ca mecá­ni­ca Olym­pia, la soprano Hibla Gerz­ma­va en el rol de la des­fa­lle­cien­te Anto­nia y la mez­zo­so­prano Chris­ti­ne Rice carac­te­ri­zan­do a la sen­sual Giu­liet­ta. En otros roles el barí­tono Tho­mas Ham­pson inter­pre­ta a los oscu­ros cua­tro villa­nos de la tra­ma y la mez­zo­so­prano Kate Llind­sey per­so­ni­fi­ca a Nic­klaus­se. La orques­ta del MET es diri­gi­da por el maes­tro cana­dien­se Yves Abel.

En esta pro­duc­ción de Bartlett Sher los deco­ra­dos están a car­go de Michael Year­gan, el ves­tua­rio per­te­ne­ce a Cathe­ri­ne Zuber, la ilu­mi­na­ción a James F. Ingalls y la coreo­gra­fía corres­pon­de a Dou Dou Huang

La ópe­ra es difun­di­da el 31 de enero en su ver­sión ori­gi­nal fran­ce­sa con sub­tí­tu­los en inglés y vuel­ta a difun­dir los días 28 y 30 de mar­zo en las salas par­ti­ci­pan­tes del cir­cui­to cine­ma­to­grá­fi­co Cine­plex de Cana­dá. Para deta­lles adi­cio­na­les así como los tea­tros que trans­mi­ti­rán el even­to en las dife­ren­tes ciu­da­des del país y sus res­pec­ti­vas horas loca­les, pre­sio­ne aquí