Una Secue­la Liviana

THE SECOND BEST EXO­TIC MARI­GOLD HOTEL. Gran Bre­ta­ña-Esta­dos Uni­dos, 2015. Un film de John Madden

Hace 3 años se cono­ció The Best Exo­tic Mari­gold Hotel que gira­ba en torno de un gru­po de com­pa­trio­tas jubi­la­dos de Gran Bre­ta­ña que via­ja­ban a India para pasar allí los años de reti­ro en un hotel de Jai­pur en fran­ca deca­den­cia que ori­gi­nó el títu­lo del film. Ade­más de ana­li­zar los con­tras­tes cul­tu­ra­les exis­ten­tes, las dife­ren­tes his­to­rias narra­das no tenían gran tras­cen­den­cia pero lo que jus­ti­fi­có su visión fue la remar­ca­ble actua­ción de algu­nos de los más renom­bra­dos intér­pre­tes del cine y la esce­na británica.

Algo pare­ci­do acon­te­ce con The Second Best Exo­tic Mari­gold Hotel, don­de en esta con­ti­nua­ción los per­so­na­jes están suje­tos a situa­cio­nes bas­tan­te rebus­ca­das y sin muchas sor­pre­sas que lla­men la aten­ción o lle­guen a con­mo­ver. Pero posi­ble­men­te la audien­cia madu­ra que gus­tó del film pre­ce­den­te se sen­ti­rá con­for­ma­da con el pre­sen­te; para quie­nes en cam­bio no hayan pre­sen­cia­do el capí­tu­lo ante­rior, pue­de que se sien­tan un poco per­di­dos al no haber un enla­ce a la mane­ra de pró­lo­go que per­mi­ta iden­ti­fi­car la natu­ra­le­za de sus per­so­na­jes y por­qué se encuen­tran don­de están residiendo.

La acción comien­za en San Die­go don­de Sonny (Dev Patel), el joven indio pro­pie­ta­rio y empre­sa­rio del exó­ti­co hotel, y la expa­tria­da bri­tá­ni­ca Muriel (Mag­gie Smith) que es su asis­ten­te, tra­tan de lograr el finan­cia­mien­to nece­sa­rio para tener a su car­go un segun­do hotel más moderno y atrac­ti­vo. Esa tarea impi­de a Sonny dedi­car­le el tiem­po nece­sa­rio a la ado­ra­ble Sunai­na (Tina Des­ai), su joven novia con quien está pró­xi­mo a casar­se. Ya de regre­so a la India, el hote­le­ro reci­be la visi­ta de Guy Cham­bers (Richard Gere), un hués­ped de Esta­dos Uni­dos de quien sos­pe­cha que se tra­ta de un envia­do del poten­cial inver­sio­nis­ta (David Strathairn) que vie­ne a rea­li­zar una ins­pec­ción del establecimiento.

Para­le­la­men­te a los pre­pa­ra­ti­vos que se rea­li­zan para la gran boda, el rela­to echa una mira­da super­fi­cial a los dife­ren­tes per­so­na­jes de la colo­nia bri­tá­ni­ca ya cono­ci­dos en la pri­me­ra ver­sión. Así, Evelyn (Judy Dench), la viu­da que tra­ba­ja efi­cien­te­men­te en una com­pa­ñía impor­ta­do­ra de tex­ti­les, man­tie­ne una rela­ción pla­tó­ni­ca con el tími­do Dou­glas (Bill Nighy); éste últi­mo, que se desem­pe­ña como un guía turís­ti­co y tie­ne algu­nos pro­ble­mas de memo­ria, se encuen­tra defi­ni­ti­va­men­te sepa­ra­do de su mujer (Pene­lo­pe Wil­ton) y desea reanu­dar su vida sen­ti­men­tal con Evelyn, aun­que ella ten­ga sus dudas por­que aún per­sis­te los fuer­tes sen­ti­mien­tos hacia su mari­do muer­to. A todo ello, Nor­man (Ronald Pic­kup) que final­men­te ha encon­tra­do en Carol (Dia­na Hard­castle) la mujer con la que desea asen­tar­se en una rela­ción esta­ble y mono­gá­mi­ca se encuen­tra con que ella tie­ne otras ideas al res­pec­to. Mien­tras tan­to Guy le ha echa­do el ojo a Mrs. Kapoor (Lille­te Dubey), la madre viu­da de Sonny.

Judi Dench y Bill Nighy

Judi Dench y Bill Nighy

Todas estas sub­tra­mas pue­den ser obser­va­das con una leve son­ri­sa pero apa­re­cen des­co­nec­ta­das unas con otras y aun­que se dejen ver, el rela­to en últi­ma ins­tan­cia se reve­la dema­sia­do anec­dó­ti­co. Aquí ya no exis­te el con­flic­to de cho­ques cul­tu­ra­les sino sim­ple­men­te la des­crip­ción de cómo cada per­so­na­je expa­tria­do tra­ta de reaco­mo­dar su vida. Si aca­so el guión hubie­se sido más ela­bo­ra­do para dejar lugar a refle­xio­nar sobre la mejor mane­ra de vivir en el cre­púscu­lo de la exis­ten­cia huma­na, qui­zás habría podi­do resul­tar tras­cen­den­te. Tal como está pre­sen­ta­do, se asis­te a un con­jun­to de viñe­tas ais­la­das sin que exis­ta enla­ce entre las mis­mas y sazo­na­do con una espec­ta­cu­lar y colo­ri­da boda india don­de no fal­tan la músi­ca, can­cio­nes y la vital dan­za, al esti­lo Bollywood.

Como ocu­rrió con la pelí­cu­la ante­rior, lo que podría jus­ti­fi­car la visión de este film es el que­rer apre­ciar el his­trio­nis­mo inter­pre­ta­ti­vo de Mag­gie Smith y Judy Dench así como la pre­sen­cia de Bill Nighy quie­nes con su pre­sen­cia com­pen­san par­cial­men­te la insu­fi­cien­cia de un rela­to caren­te de fuer­za dra­má­ti­ca. Jor­ge Gutman