’71. Gran Bretaña, 2014. Un film de Yann Demange
Reconocido como un importante director de televisión, Yann Demange debuta en cine como realizador ofreciendo un potente drama de acción que tiene lugar en Irlanda del Norte cuando el conflicto entre las fuerzas británicas y las del IRA iban alcanzando considerable tensión en esa región. Con todo, aunque el escenario sea de naturaleza política, ‘71 tiene como objetivo mostrar cómo los soldados que deben participar en la lucha no son más que títeres indefensos que arriesgan su vida al no poder contrariar las órdenes recibidas.
La acción transcurre en 1971 (de allí la alusión al título del film) y gira en torno de Gary Hook (Jack O’Connell), un joven británico recién reclutado por las fuerzas armadas de su país que integra un pelotón que en principio debería ser apostado en Alemania. Debido a la deteriorada situación que se produce en Belfast por razones de seguridad el ejército decide que el destino de los soldados sea esta conflictiva ciudad. A su llegada el grupo es instruido sobre las zonas divididas de Belfast donde el este está habitado por los leales protestantes británicos mientras que en el sector oeste reside la población católica bajo el resguardo del IRA (Ejército de la República Irlandesa).
Inmediatamente el pelotón es asignado con la tarea de efectuar una búsqueda en las casas de la zona católica para verificar si existe ocultamiento de armas. Cuando al llegar al lugar los soldados se encuentran bajo el ataque de una enfurecida multitud católica, tanto Hook y su compañero de combate Thommo (Jack Lowden) terminan separados de su grupo y éste último es asesinado por dos jóvenes del IRA. Tratando de salvar su vida en medio de la gran batahola, Hook logra escapar del lugar y a partir de ahí comienza para él una implacable cacería humana al encontrarse perseguido por el teniente de su batallón (Sam Reid), por integrantes del IRA y por dos representantes de las fuerzas paramilitares protestantes (Paul Anderson, Sean Harris). A través de esta desesperada huída Hook recibe el apoyo de un chico protestante (Corey McKinley) ‑en una escena muy bien lograda- como así también posteriormente es ayudado por un médico católico (Richard Dormer) y su hija (Charlie Murphy).
Valiléndose de un conciso y minucioso guión de Gregory Burke, el realizador no adopta posición alguna frente al sectario conflicto del Ulster; lo que en cambio queda claro es la manera precisa en que queda expuesta la odisea de un soldado llano y completamente inocente que trata de sobrevivir la pesadilla en que está inmerso como un protagonista involuntario de un sangriento enfrentamiento de dos ideologías políticas y religiosas radicalmente opuestas donde es difícil precisar quienes son sus verdaderos héroes.
Contando con un montaje estupendo de Chris Wyatt, el film adquiere los visos de un apasionante thriller donde a medida que transcurre la acción es difícil predecir lo que sobrevendrá. La interpretación de O’Connell es magistral como el joven que no termina de comprender el horror que está contemplando y que pone en peligro su vida; a su lado, un homogéneo elenco contribuye a brindar autenticidad a este drama humano.
Conclusión: Un film excitante y visceral, magistralmente dirigido por Yann Demang. Jorge Gutman