La Bús­que­da

THE SEARCH. Fran­cia-Geor­gia, 2014. Un film escri­to y diri­gi­do por Michel Hazanavicius

Con los ecos pro­ve­nien­tes del gran triun­fo obte­nido en su film L’Artiste (2011), Michel Haza­na­vi­cius ha deci­dido incur­sio­nar en un pro­yecto total­mente dife­rente, explo­rando las mise­rias de una des­car­na­da gue­rra. Ins­pi­rado muy libre­mente en el film del mis­mo nom­bre de Fred Zin­ne­mann (1948), The Search es un dra­ma nutri­do de bue­nas inten­cio­nes pero que no lle­ga a con­for­mar por­que su con­te­nido melo­dra­má­tico es enfa­ti­zado a tra­vés de arti­fi­cios que mani­pu­lan al espectador.

Abdul-Khalim Mamutsiev y Bérénice Bejo

Abdul-Kha­lim Mamutsiev y Béré­ni­ce Bejo

El guión escri­to por su rea­li­za­dor desa­rro­lla la acción duran­te la segun­da gue­rra que tuvo lugar en Che­che­nia en 1999. La masa­cre pro­vo­cada por la inva­sión rusa a dicha región moti­va a que se entre­cru­cen los des­ti­nos de varios per­so­na­jes. Así, Had­ji (Abdul-Kha­lim Mamutsiev), un peque­ño huér­fano de 9 años que ha logra­do sal­varse del ase­si­nato per­pe­trado a sus padres, es res­ca­tado y colo­cado en un orfa­nato de la Cruz Roja a car­go de la res­pon­sa­ble local (Annet­te Bening); huyen­do del lugar, el niño sale al encuen­tro de Caro­le (Béré­nice Bejo) quien es una alta fun­cio­na­ria repre­sen­tante de la Unión Euro­pea que denun­cia las atro­ci­da­des de la gue­rra y deci­de pro­te­ger al menor; otros per­so­na­jes inclu­yen a Rais­sa (Zukh­ra Duish­vili), la her­mana mayor de Had­ji quien tra­ta de ubi­car al peque­ño den­tro de la con­fu­sión y dis­per­sión de los civi­les en pro­cura del éxo­do; simul­tá­nea­mente se encuen­tra Kolia (Maxim Eme­lia­nov), un joven ruso músi­co de 20 años, enro­lado en el ejér­cito de su país y que que­da con­ver­tido en un des­pia­dado ase­sino a cau­sa de la guerra.

Este film de indu­da­ble con­te­nido polí­tico tie­ne un cla­ro men­saje paci­fi­ca­dor denun­ciando los horro­res de la gue­rra y la iner­cia de las ins­ti­tu­cio­nes euro­peas res­pon­sa­bles de actuar; sin embar­go, ese pro­pó­sito se dilu­ye por su natu­ra­leza extre­ma­da­mente didác­tica y exce­si­va­mente sen­ti­men­ta­lista que echa por tie­rra los bue­nos sen­ti­mien­tos de Haza­na­vi­cius. A su favor cabe des­ta­car la nota­ble actua­ción del peque­ño actor che­che­nio Mamutsiev que a pesar de per­ma­necer mudo duran­te la mayor par­te del metra­je, su expre­sivo ros­tro trans­mite las trau­má­ti­cas emo­cio­nes vivi­das por la pér­dida de sus padres.
Jor­ge Gutman