PHOENIX Alemania-Polonia, 2014. Un film de Christian Petzold
Este film confirma a Christian Petzold como uno de los más importantes directores europeos. Ratificando la madurez demostrado en Barbara (2012), Petzold ofrece en Phoenix un muy buen melodrama ambientado en Berlín, poco tiempo después de haber concluido la Segunda Guerra.
Abordando los efectos del conflicto bélico así como los problemas de identidad y pertenencia con el pasado y los sentimientos de culpa, el director relata la historia de Nelly (Nina Hoss), una cantante judía alemana sobreviviente del holocausto que acaba de recuperarse de una cirugía facial que le reconstruyó su rostro maltrecho en los campos de concentración.
Su propósito es el de localizar a su marido Johnny (Ronald Zehrfeld) sin saber que él logró divorciarse de ella. Cuando el encuentro se produce, sin que su esposo la reconozca debido a su nueva fisonomía y además por estar convencido de que Nelly está muerta, Johnny le propone que asuma el rol de su supuestamente desaparecida esposa para compartir la herencia dejada por la familia de su ex esposa asesinada por los nazis. Ella acepta el ofrecimiento convirtiéndose así en impostora de sí misma por el amor que guarda por Johnny, a pesar de los presuntos rumores de que fue él quien la denunció a la Gestapo.
Sobre la base de lo que precede Petzhold va desarrollando una historia de sólido suspenso con una decidida carga emocional pero relatada sin sentimentalismo alguno. Lo importante es que a través de una narrativa excepcional por su cohesión y meridiana claridad, el realizador retorna a uno de sus temas recurrentes como el de remarcar cómo el pasado histórico de Alemania sigue gravitando con gran fuerza a través de los sacudones traumáticos que afectan a quienes han logrado sobrevivir a la tragedia bélica.
Dentro de un relato apasionante dotado de gran emoción y suspenso, el inteligente guión del director escrito con Harun Farocki sorprende al espectador con un desenlace excepcionalmente imaginativo. Sería indiscreto anticiparlo pero basta señalar que la secuencia final sin diálogo alguno y de extraordinaria expresividad es una de las más brillantes que se haya visto en el cine de los últimos tiempos.
Finalmente, cabe remarcar la extraordinaria actuación de Nina Hoss en el rol protagónico; al igual que el mitológico ave Fénix (de allí el título del film), Nelly renace de las cenizas para recobrar su pasado. Teniendo en cuenta que Hoss también fue la protagonista en varios filmes del realizador incluyendo Barbara, no cabe duda la gran complicidad que existe entre ambos, contribuyendo a valorar el relato.
Conclusión: Un film vibrante que merece verse sin reserva alguna. Jorge Gutman