MADAME BOVARY. Gran Bretaña-Bélgica, 2014. Un film de Sophie Barthes
Aunque Madame Bovary, la muy conocida novela romántica de Gustave Flaubert publicada en 1857, fue objeto de varias adaptaciones cinematográficas ‑entre ellas la de Jean Renoir (1933), Carlos Schlieper (1957), Vincent Minnelli (1949) y Claude Chabrol (1991)- es razonable preguntarse si era necesario una nueva versión del célebre libro; la directora Sophie Barthes así lo creyó aunque a juzgar por su resultado nada nuevo o distintivo agrega a lo que se ha visto anteriormente a pesar del refinamiento y la esmerada atención a los detalles formales del film.
En el guión concebido por la realizadora junto con Felipe Marino, los aspectos esenciales de la novela están presentes aunque de ningún modo se encuentra expresado el espíritu contenido en la descripción literaria de su autor. Con algunos personajes disminuidos en importancia así como otros que se agregan en la trama, desde el inicio se sabe cuál es el destino final de su protagonista, de manera tal que a través de flashbacks el espectador se va imponiendo de su vida. En pocas palabras, Emma (Mia Wasikowska), es una desilusionada ama de casa que se ha casado mediante un matrimonio arreglado con Charles Bovary (Henry Lloyd-Hughes), un buen hombre y doctor de profesión. Su vida conyugal, carente de excitación o sorpresa alguna, motiva a que canalice sus románticas fantasías con León (Ezra Miller), un modesto empleado, y con un marqués seductor (Logan Marshall-Green); todo ello motivará que a la postre la adúltera Emma deba pagar un precio demasiado caro por sus andanzas amorosas.
https://www.youtube.com/watch?v=ADj4ypa6vSc
Casi repitiendo la vivencia conyugal de Emma, podría afirmarse que el espectador se encuentra con un relato desapasionado, y sin mayor aliento donde mucho de lo que se contempla podría igualarse al de un telefilme visto en días lluviosos. Así, la presente versión impide que uno se compadezca con la suerte de su heroína, donde en cambio sí existe empatía con Charlie quien impresiona por su integridad y decencia.
A su favor, es necesario destacar que tanto la fotografía de Andrij Parekh como los suntuosos diseños de producción de Benoit Barouh son impecables reflejando el ambiente de los escenarios en que transcurre la acción y sobre todo la atmósfera asfixiante que rodea a Emma; con todo, estos elementos visuales no alcanzan a compensar la medianía del relato. El elenco multinacional, que además de los nombres ya citados se agregan los de Paul Giamatti, Rhys Ifans y Olivier Gourmet, actúa correctamente a pesar de las diferentes dicciones que emergen en los diálogos mantenidos en inglés. Jorge Gutman