ELLE L’ADORE. Francia, 2014. Un film escrito y dirigido por Jeanne Herry
Una agradable comedia entremezclada con algunas notas dramáticas y un ajustado suspenso psicológico es lo que brinda Jeanne Herry en su debut como realizadora. El film sin ser excepcional se distingue por sus muy buenos diálogos, la actuación de su elenco y sobre todo por su ritmo dinámico que se ajusta a las diferentes e inesperadas situaciones que acarrea el relato.
Sandrine Kiberlain anima a Muriel Bayen, una esteticista que trabaja en un salón de belleza de Francia y que como buena mitómana tiene la manía de imaginar y relatar historias donde algunas de las mismas podrían ser verosímiles. Mujer divorciada y madre de dos hijos, suele distraer su tiempo libre asistiendo a los conciertos que ofrece Vincent Lacroix (Laurent Lafitte), un cantante de gran popularidad de quien es ella una apasionada fanática. La frecuencia con que acude a verlo hace que Vincent la conozca como espectadora y la considere como una de sus fieles seguidoras.
El elemento que moviliza al relato es un grave accidente producido en el hogar de Vincent donde su imagen podría dañarse si el incidente llegara a cobrar dominio público. Para evitar que eso ocurra, él se dirige a la casa de Muriel para pedirle que le haga el favor de sacarlo del apuro en que se encuentra; para ello le encomienda una diligencia que consiste en transportar algo muy especial en la maleta del coche y llegar hasta un lugar de Suiza donde habita su hermana para hacerle entrega del encargo. Aunque sorprendida, Muriel sin saber qué es lo que habrá de transportar está dispuesta a efectuar todo lo que su ídolo le requiera con tal de satisfacerlo.
Como cabe de esperar, nada resulta según lo planeado, y las peripecias que se suceden van adquiriendo un clima de tensión a partir del momento en que dos policías, Antoine (Pascal Demolon) y Coline (Olivia Côte), son asignados para investigar el caso de una persona desaparecida. Es ahí que cuando Muriel se ve confrontada a los mismos, debe poner a prueba su condición de fantasiosa fabulista para ver si puede salir airosa de la situación enredada en que se encuentra. A todo ello, las discusiones mantenidas por el par de policías quienes están románticamente vinculados originan algunos momentos graciosos tornando ameno al relato.
Además del espontáneo humor y la existencia de incidentes originales no previstos debidos a las continuadas vueltas de tuerca del relato, el mismo se valoriza por la fascinante interpretación de Kimberlain así como por el rol natural y carismático ofrecido por Laffite. Finalmente, la madurez demostrada por Herry en su condición de realizadora y guionista, crea genuina expectativa para apreciar sus futuros proyectos.
Conclusión: Aunque con situaciones difícilmente realistas, el film está muy bien construido conformando un buen entretenimiento para el público que gusta de las comedias policiales. Jorge Gutman