HOW TO MAKE LOVE LIKE AN ENGLISHMAN. Estados Unidos, 2014. Un film de Tom Vaughan
La comedia romántica, que cada vez aparece con menos frecuencia, se hace presente con este film de Tom Vaughan que cuenta con un elenco encabezado por buenos actores; lamentablemente eso no alcanza a compensar la chatura de How to Make Love Like an Englishman. Aunque no se trate de un film decididamente malo, no puede escapar de la mediocridad porque el guión de Matthew Newman carece de los elementos necesarios para que su pretendido romanticismo prenda en el ánimo del espectador.
La casi permanente presencia de Pierce Brosnan permite apreciar su buena condición de actor animando a Richard, un profesor de literatura británico que ejerce la docencia en una universidad de Cambridge y que aunque no llega a despertar el interés de sus estudiantes eso no impide que su espíritu donjuanesco atraiga a algunas estudiantes del curso. Cuando una noche estando en el bar de un restaurante está por seducir a Olivia (Salma Hayek), una bella y neurótica escritora, aparece inesperadamente Kate (Jessica Alba), una de sus alumnas y última conquista, que además resulta ser la hermana mayor de Olivia. Es allí que les comunica a ambos que está embarazada de Richard. Acto seguido, y debido a que Kate consiguió un buen trabajo en California, Richard, asumiendo la paternidad la acompaña a Los Ángeles donde todo transcurre en principio tranquilamente con la presencia de Jake, el hijo que acaba de nacer.
La acción se desplaza tres años después donde se constata que la armonía conyugal se desploma porque Kate, engañando a su marido con otro hombre (Ben McKenzie) mucho mas joven que él, deja el hogar. De allí en más, los problemas se acumulan para el abandonado marido quien deprimido cae en el alcoholismo. Tratar de vencer la adicción a través de su asistencia a los encuentros de Alcohólicos Anónimos, solucionar su estadía legal en los Estados Unidos por problemas de visa para evitar ser deportado del país, son algunas de las complicaciones que se vuelcan en un forzado guión de escasa verosimilitud y poco sentido.
Con una narrativa tambaleante el relato impide que el público asista a una efectiva comedia porque las dificultades por las que atraviesa Richard no ofrecen situaciones que provoquen la risa o al menos generen la sonrisa del espectador. En cuanto al ingrediente romántico, desde que Olivia arriba a Los Ángeles y se produce el encuentro de ella con Richard, nadie duda de qué manera esta historia concluirá; en todo caso, no es la previsibilidad el factor que debilita al film sino sus diálogos pueriles y los clisés poco ingeniosos que lo tornan añejo.
Conclusión: Si esta desteñida comedia no resulta completamente olvidable eso se debe al eficiente desempeño de su trío de actores principales. Sin duda, Brosnan, Hayek y Alba merecen participar en proyectos más ambiciosos. Jorge Gutman