El Gran Milagro

THE 33. Esta­dos Uni­dos-Chi­le, 2015. Un film de Patri­cia Riggen

Como lo anti­ci­pa su títu­lo, este film narra la his­to­ria mun­dial­men­te difun­di­da de 33 mine­ros que que­da­ron atra­pa­dos des­de el 5 de agos­to has­ta el 13 de octu­bre de 2010 en la mina de oro y cobre de San José en Copia­pó ubi­ca­da en la región de Ata­ca­ma, al nor­te de Chi­le. A pesar de que el tra­ta­mien­to de este dra­ma podría pres­tar­se a fáci­les cli­sés, la direc­to­ra mexi­ca­na Patri­cia Rig­gen ha abor­da­do este dra­ma con altu­ra logran­do un film digno y alta­men­te con­mo­ve­dor por la natu­ra­le­za de su tema.

Si bien la acción trans­cu­rre en el país andino don­de el idio­ma local es el espa­ñol el hecho de tra­tar­se de una copro­duc­ción ame­ri­ca­na con vis­tas a su difu­sión inter­na­cio­nal ha moti­va­do que la len­gua habla­da sea el inglés; evi­den­te­men­te esa cir­cuns­tan­cia cons­pi­ra un poco en tér­mi­nos de la auten­ti­ci­dad desea­da, pero el incon­ve­nien­te es en par­te ate­nua­do por la exce­len­te repro­duc­ción ambien­tal y por la bue­na actua­ción de su elen­co multinacional.

El guión de Mik­ko Alan­ne, Craig Bor­ten y Michael Tho­mas basa­do en el libro de Héc­tor Tobar Deep Down Dark intro­du­ce al comien­zo ama­bles esce­nas fami­lia­res de algu­nos de los mine­ros para pos­te­rior­men­te sumer­gir­se en el dra­ma cen­tral. En el pri­mer día de la expe­di­ción se con­tem­pla el via­je de des­cen­so que trans­por­ta a los 33 indi­vi­duos al cora­zón de la mina ubi­ca­da a más de 700 metros de pro­fun­di­dad, con una tem­pe­ra­tu­ra ambien­tal ron­dan­do los 40 gra­dos; indi­rec­ta­men­te, esa visión ofre­ce una idea de la sacri­fi­ca­da vida de indi­vi­duos que para ganar­se el sus­ten­to están suje­tos a una tarea alta­men­te ries­go­sa y poco salu­da­ble. Inme­dia­ta­men­te sobre­vie­ne el derrum­be ocu­rri­do el 5 de agos­to de 2010 don­de los tra­ba­ja­do­res que­dan atra­pa­dos bajo tie­rra y des­co­nec­ta­dos por com­ple­to del mun­do exterior.

El rela­to se des­en­vuel­ve en dos nive­les dife­ren­tes, don­de la angus­tia que van vivien­do los mine­ros sepul­ta­dos es com­ple­men­ta­da con la deses­pe­ra­ción que envuel­ve en la super­fi­cie a sus parien­tes directos.

Antonio Banderas

Anto­nio Banderas

Aun­que resul­ta difí­cil carac­te­ri­zar a cada uno de los mine­ros den­tro del mar­co de una pelí­cu­la de poco más de dos horas, el guión ha logra­do ofre­cer una acep­ta­ble sem­blan­za de algu­nos de los mis­mos comen­zan­do con el de Mario Sepúl­ve­da (Anto­nio Ban­de­ras), quien con su caris­má­ti­ca per­so­na­li­dad se con­vier­te en el natu­ral líder del gru­po admi­nis­tran­do el racio­na­mien­to de la esca­sa comi­da exis­ten­te para poder sub­sis­tir así como en su carác­ter de mode­ra­dor para la solu­ción de algu­nos con­flic­tos sur­gi­dos entre sus miem­bros. Otros mine­ros inclu­yen a Mario Gómez (Gus­ta­vo Anga­ri­ta), un vete­rano de 46 años en el ofi­cio y que está a pun­to de jubi­lar­se, el inmi­nen­te papá Alex Vega (Mario Casas), Car­los Mama­ni (Tenoch Huer­ta) que es un nue­vo mine­ro pro­ce­den­te de Boli­via, Edi­son Peña (Jacob Var­gas), un apa­sio­na­do de Elvis Pres­ley, y el alcohó­li­co Darío Sego­via (Juan Pablo Raba).

De los fami­lia­res afec­ta­dos se des­ta­ca María Sego­via (Juliet­te Bino­che), la ven­de­do­ra de empa­na­das de la zona y her­ma­na de Darío quien a todas luces demues­tra su fir­me deter­mi­na­ción para que las auto­ri­da­des de la mina ini­cien de inme­dia­to los tra­ba­jos de res­ca­te; para refor­zar la pre­sión, ella logra con­gre­gar a otros miem­bros de la fami­lia de los mine­ros para que per­ma­nez­can en vigi­lia fren­te a la sede de la com­pa­ñía minera.

En la medi­da que este dra­ma gene­ra gran reper­cu­sión inter­na­cio­nal a tra­vés de los medios de difu­sión, el pre­si­den­te Piñe­ra (Bob Gun­ton) con­si­de­ra que el res­ca­te de los mine­ros es prio­ri­ta­rio a cual­quier otro aspec­to de la admi­nis­tra­ción por cuan­to un des­en­la­ce fatal podría empa­ñar la suer­te de su gobierno: para ello envía al minis­tro de mine­ría Lau­ren­ce Gol­bor­ne (Rodri­go San­to­ro) para que se ocu­pe del pro­ble­ma, una tarea en la que el joven e idea­lis­ta fun­cio­na­rio se embar­ca con devo­ción. Otros per­so­na­jes cla­ve son el exper­to inge­nie­ro André Sou­ga­rret (Gabriel Byr­ne), res­pon­sa­ble de todos los aspec­tos téc­ni­cos de la ope­ra­ción de sal­va­ta­je, y Don Lucho (Lou Dia­mond Phi­llips) quien como encar­ga­do de la mina y cons­cien­te de sus ende­bles con­di­cio­nes pre­vie­ne a la direc­ción de la empre­sa sobre esta deli­ca­da situación.

Como se men­cio­nó ante­rior­men­te la repro­duc­ción rea­li­za­da es de pri­mer nivel don­de entre otras esce­nas de la esme­ra­da foto­gra­fía de Chec­co Vare­se se dis­tin­guen las del derrum­be, el res­ca­te de cada mine­ro y las estu­pen­das imá­ge­nes del desier­to de Ata­ca­ma. A todo ello debe agre­gar­se la muy bue­na ambien­ta­ción musi­cal a car­go del falle­ci­do com­po­si­tor James Hor­ner des­ta­can­do la rique­za del fol­clor chi­leno al incluir entre otras can­cio­nes la muy cono­ci­da Gra­cias a la Vida de Vio­le­ta Parra.

Aun­que es bien sabi­do el mila­gro­so final feliz de esta his­to­ria, Rig­gen ha logra­do un rela­to que des­ta­ca la soli­da­ri­dad y for­ta­le­za del géne­ro humano; sin caer en un arti­fi­cio­so melo­dra­ma, la rea­li­za­do­ra per­mi­te que el públi­co legí­ti­ma­men­te se emo­cio­ne, sobre todo al expo­ner en la últi­ma ima­gen los ros­tros ver­da­de­ros de los 33 mineros.

A pesar de que eran bien cono­ci­das las pre­ca­rias con­di­cio­nes de la mina, en los cré­di­tos fina­les se indi­ca que la com­pa­ñía pri­va­da explo­ta­do­ra que­dó absuel­ta de cul­pa y car­go del desas­tre; ade­más, jamás ha com­pen­sa­do con cen­ta­vo alguno a los dam­ni­fi­ca­dos tra­ba­ja­do­res. Jor­ge Gutman