Una Cita Inusual

VALLEY OF LOVE. Fran­cia, 2015. Un film escri­to y diri­gi­do por Gui­llau­me Niclous

Isa­be­lle Hup­pert y Gérard Depar­dieu, vuel­ven a actuar jun­ta­men­te des­pués de haber fil­ma­do Loloú de Mau­ri­ce Pia­lat en 1980 y no haber teni­do opor­tu­ni­dad de hacer­lo has­ta el pre­sen­te. Con­tem­plar a estos dos íco­nos del cine fran­cés cons­ti­tu­ye posi­ble­men­te la úni­ca razón para ver Valley of Love, un raro film de Gui­llau­me Niclous cuyo mis­ti­cis­mo deja dudas sobre la acep­ta­ción que el gran públi­co pue­da hacer del mismo.

Gérard Depardieu e Isabelle Huppert

Gérard Depar­dieu e Isa­be­lle Huppert

Como lo anun­cia su títu­lo el lugar don­de trans­cu­rre el rela­to del rea­li­za­dor es el del Valle de la Muer­te, al este de Cali­for­nia. Es allí don­de Isa­be­lle (Hup­pert) y su ex mari­do Gérard (Depar­dieu), ambos acto­res de pro­fe­sión, lle­gan pro­ce­den­tes de Fran­cia. Ellos han sido cita­dos por Michael, su hijo adul­to muer­to que había aban­do­na­do el hogar fami­liar des­de hacia varios años y esta­ba vivien­do en San Fran­cis­co con su ami­go. Antes de su sui­ci­dio ocu­rri­do hace 7 meses, dejó una car­ta a cada uno de sus padres con­vo­cán­do­los a que acu­dan a dicho valle, don­de él había esta­do una sema­na antes de eli­mi­nar­se; en la misi­va deja una serie de ins­truc­cio­nes para que ellos visi­ten cier­tos luga­res a deter­mi­na­das horas y en días espe­cí­fi­cos. En el caso de que cum­plan con su pedi­do, él seña­la que allí habrá de encontrarlos.

Si bien la pre­mi­sa es bas­tan­te eso­té­ri­ca y difí­cil de con­ce­bir, para seguir el desa­rro­llo del rela­to debe dejar­se el cri­te­rio lógi­co a un lado y com­pren­der el dolor que sig­ni­fi­ca para los padres la pér­di­da de un hijo y la volun­tad de cum­plir con su últi­mo deseo. A par­tir de allí comien­za el extra­ño reco­rri­do del escép­ti­co Gérard que racio­nal­men­te nada espe­ra y de la cre­yen­te Isa­be­lle que fer­vien­te­men­te anhe­la la apa­ri­ción del hijo entre los muertos.

Resul­ta difi­cul­to­so efec­tuar un aná­li­sis sobre el sig­ni­fi­ca­do de esta his­to­ria. Cons­ti­tu­ye una medi­ta­ción sobre el mis­te­rio de la vida y la muer­te? ¿Ha sido el pro­pó­si­to de Michael enviar algu­nas seña­les para que sus padres reu­ni­dos fren­te al pai­sa­je deso­la­do refle­xio­nen sobre qué es lo que no andu­vo entre ellos, la negli­gen­cia de haber­lo deja­do de lado en su infan­cia y la posi­bi­li­dad de una recon­ci­lia­ción últi­ma entre los tres?

Con un guión bas­tan­te des­igual y diá­lo­gos poco atrac­ti­vos, la inten­ción de expo­ner tópi­cos sobre la cul­pa, arre­pen­ti­mien­to y reden­ción no encuen­tra un resul­ta­do satis­fac­to­rio ni en el plano rea­lis­ta del dra­ma como tam­po­co en su dimen­sión sobrenatural.

Aun­que el film resul­te en últi­ma ins­tan­cia frus­tran­te al impe­dir que uno que­de impli­ca­do en el derro­te­ro de sus per­so­na­jes, es nece­sa­rio resal­tar la inter­pre­ta­ción de sus dos pro­ta­go­nis­tas. Así, resul­ta gra­to con­tem­plar a Depar­dieu expo­nien­do cabal­men­te momen­tos de ter­nu­ra, deses­pe­ra­ción y vul­ne­ra­bi­li­dad en el rol que carac­te­ri­za, como así tam­bién apre­ciar a Hup­pert inter­pre­tan­do con total con­vic­ción a una per­so­na que aun­que gru­ño­na resul­ta al pro­pio tiem­po entra­ña­ble; final­men­te, la diná­mi­ca esta­ble­ci­da entre ambos acto­res y sus res­pec­ti­vos per­so­na­jes es exce­len­te. Jor­ge Gutman