LEGEND. Gran Bretaña-Estados Unidos, 2015. Un film dirigido y escrito por Brian Helgeland
Después de haberse visto The Krays (1990), las correrías delictivas de los hermanos mellizos Kray en la ciudad de Londres durante los años 60 nuevamente retornan a la pantalla a través de la versión ofrecida por Brian Helgeland en Legend. Esta historia, donde la violencia adquiere permanente presencia, podrá ser más apreciada por el público británico familiarizado con el tema que por los espectadores de este continente; de todos modos si hay una razón para justificar su visión es por la extraordinaria composición que Tom Hardy logra caracterizando a los dos personajes protagónicos.
La historia es narrada en off por Frances (Emily Browning), la señora de Reggie –uno de los mellizos; aunque ese recurso podría ser admitido en circunstancias normales, la suerte corrida por ella no permitiría que racionalmente fuese su relatora. El primer encuentro con los tristemente célebres hermanos impresiona al comprobar cómo la irreprochable técnica empleada permite que en un mismo cuadro ambos aparezcan interpretados por un mismo actor. Sus diferentes personalidades están muy bien descriptas; mientras que Reggie es inteligente, calculador, bien listo para los negocios y además guardando un cierto encanto, Ronnie es un psicópata irracional, sádico y peligroso asesino, además de no tener prejuicios para dejar saber que es un homosexual, comentario ciertamente audaz al ser efectuado en una época completamente diferente a la actual.
El relato enfoca principalmente las actividades delictivas de los Krays donde no están ausentes los asaltos, crímenes, violaciones y otros elementos que aterrorizaron al East End londinense de ese entonces. Parte de ese accionar es realizado a través de alianzas con hampones del crimen organizado de Estados Unidos.
A grandes rasgos el guión de Helgeland no alcanza a superar la medianía de otros filmes del género y mucho menos la excelencia de Goodfellas (1990), de parecida temática; aquí, la acción se traduce casi permanentemente en un relato violento y sin mayor suspenso, configurado con escenas demasiado alargadas que no siempre están bien cohesionadas. Los momentos más tranquilos e íntimos muestran a Frances que sintiendo un fuerte amor por su marido ve su matrimonio afectado en la medida que Reggie no puede disociarse de su mentalmente desequilibrado hermano; en todo caso, esa relación conyugal parece injertada dentro de un marco narrativo que persigue un propósito diferente.
Tal como está, el film carece de la fuerza necesaria para que el espectador quede involucrado en el mismo aunque una vez más cabe reseñar que los matices que otorga Hardy a sus personajes es admirable por haber logrado ofrecer dos personalidades completamente diferentes. El resto del elenco integrado por Browning, David Thewlis, Christopher Eccleston, Chazz Palimenteri, entre otros, se desempeña correctamente. Finalmente, una buena factura de producción recrea adecuadamente a la ciudad de Londres de la década del 60.
Conclusión: Un film desigual valorizado por la excelente interpretación de Tom Hardy. Jorge Gutman