Tou­lou­se Lau­trec Ilus­tra la Belle Epoque

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

UNA MUY BUE­NA EXPO­SI­CIÓN DE LITOGRAFIAS

El públi­co de esta ciu­dad tie­ne la oca­sión de apre­ciar los tra­ba­jos rea­li­za­dos por el gran pin­tor, car­te­lis­ta y cari­ca­tu­ris­ta fran­cés Henry Tou­lou­se-Lau­trec (1864 – 1901). Eso ha sido posi­ble median­te la expo­si­ción de una colec­ción per­te­ne­cien­te a un colec­cio­nis­ta pri­va­do anó­ni­mo, cuya orga­ni­za­ción ha sido rea­li­za­da por el Museo de Bellas Artes de Mon­treal (MBAM) y The Phi­llips Collec­tion de Washing­ton (DC).

En la mues­tra que tie­ne lugar en el MBAM se exhi­ben cer­ca de 100 gra­ba­dos y afi­ches del renom­bra­do pin que cubren el con­jun­to de su pro­duc­ción lito­grá­fi­ca rea­li­za­da entre 1891 y 1900, como así tam­bién imá­ge­nes icó­ni­cas rara­men­te exhi­bi­das y que fue­ron cui­da­do­sa­men­te selec­cio­na­das en fun­ción de su cali­dad y color.Desde tem­pra­na edad Tou­lou­se-Lau­trec mani­fes­tó su voca­ción por la pin­tu­ra y es así que a los vein­te años de edad se tras­la­da a París eli­gien­do el bohe­mio sec­tor de Mont­mar­tre como lugar de resi­den­cia. La gran atrac­ción que sin­tió por los cen­tros de diver­sión y entre­te­ni­mien­to noc­tur­nos motió a que fre­cuen­ta­ra el Salón de la Rue des Mou­lins, el Mou­lin Rou­ge, Le Chat Noir y el Folies Ber­gè­re, entre otros. De allí que no resul­ta extra­ño que des­de su ate­lier de Mont­mar­tre haya vol­ca­do su crea­ti­vi­dad en una pro­duc­ción lito­grá­fi­ca ins­pi­ra­da en la vida noc­tur­na de la capi­tal fran­ce­sa de la Belle Épo­que, ese perío­do nos­tál­gi­co de gran rique­za cul­tu­ral que ilu­mi­nó a Euro­pa y sobre todo a Fran­cia en los años que pre­ce­die­ron a la Gran Gue­rra de 1914.

MOULIN ROUGE - LA GOULUELa colec­ción inclu­ye tra­ba­jos excep­cio­na­les don­de algu­nos de los mis­mos nun­ca fue­ron cata­lo­ga­dos o publi­ca­dos. Entre esas obras iné­di­tas se encuen­tra la lito­gra­fía Mou­lin Rou­ge – La Gou­lue que cons­ti­tu­ye la pri­me­ra incur­sión del pin­tor en el terreno de la lito­gra­fía home­na­jean­do a la talen­to­sa bai­la­ri­na del can can pari­sino y cuyo nom­bre ver­da­de­ro era Loui­se Weber; pre­ci­sa­men­te, este tra­ba­jo per­mi­tió que este géne­ro de sim­ple pro­duc­ción comer­cial alcan­za­ra el ran­go de ver­da­de­ro arte. Entre otras obras ele­gi­das figu­ran Pen­du, Reine de Joie, May Mil­ton, May Bel­fort, L’Anglais au Mou­lin Rou­ge, Ambas­sa­deurs: Aris­ti­de Bruant don­de se anun­cia los pró­xi­mos espec­tácu­los del caba­ret del can­tan­te Aris­ti­de Bruant así como el afi­che Divan Japo­nais que evo­ca el ambien­te del café concert.

DIVAN JAPONAISCabe men­cio­nar que entre los varios artis­tas que ani­ma­ron el París noc­turno de Mont­mar­tre, ade­más de La Gou­lue se encon­tra­ba Jane Avril (naci­da como Jean­ne Beau­don), otra estu­pen­da bai­la­ri­na de la épo­ca y gran ami­ga de Tou­lou­se-Lau­trec quien la expo­ne en una nota­ble lito­gra­fía real­za­da de acua­re­la impre­sa en seis colo­res y deno­mi­na­da Jane Avril.

JANE AVRILEs impor­tan­te remar­car la serie Elles don­de el artis­ta refle­ja sus expe­rien­cias con las pros­ti­tu­tas y que lejos de degra­dar­las empa­ti­zó con ellas mani­fes­tan­do su res­pe­to, bon­dad y afec­to. La mues­tra tam­bién expo­ne Au Bois, una de sus últi­mas lito­gra­fías rea­li­za­das poco antes de su muer­te y de esca­sa difusión.

Ade­más de las obras de Tou­lou­se-Lau­trec el MBAM pre­sen­ta tra­ba­jos de otros auto­res que estu­vie­ron con él aso­cia­dos. Ese es el caso de la pin­tu­ra de Louis Anque­tin, L’Intérieur de chez Bruant: Le Mir­li­ton. Por mucho tiem­po fue con­si­de­ra­do como un pro­yec­to incon­clu­so aun­que en reali­dad el lien­zo fue ter­mi­na­do por el artis­ta. Ade­más de cons­ti­tuir un gran redes­cu­bri­mien­to de la his­to­ria del arte de París de fines del siglo XIX, esta obra es reve­la­da por pri­me­ra vez al gran público.

Asi­mis­mo, los visi­tan­tes tie­nen la opor­tu­ni­dad de invo­lu­crar­se musi­cal­men­te en la atmós­fe­ra de la Belle Épo­que; eso es logra­do a tra­vés de una selec­ción musi­cal que inclu­ye can­cio­nes inter­pre­ta­das por Aris­ti­de Bruant, Félix Mayol e Yvett Guil­bert, todos ellos con­tem­po­rá­neos de Toulouse-Lautrec.

La expo­si­ción vie­ne acom­pa­ña­da de un libro de arte de 134 pági­nas que con­tie­ne 120 ilus­tra­cio­nes, en don­de se abor­da el uni­ver­so social del artis­ta, su empleo de la lito­gra­fía y un ane­xo con una lis­ta deta­lla­da de las obras y la des­crip­ción de per­so­na­li­da­des y luga­res emblé­ma­ti­cos de Mont­mar­tre repre­sen­ta­dos por el pintor.

La mues­tra se inau­gu­ró el 18 de junio y segui­rá has­ta el 30 de octu­bre de 2016. Para toda otra infor­ma­ción adi­cio­nal pre­sio­ne aquí.