Una Gra­cio­sa Come­dia de Mozart

COSI FAN TUT­TE, una de las más cono­ci­das ópe­ras de Mozart cuya tra­duc­ción al espa­ñol sería “Así hacen todas” (con refe­ren­cia al sexo feme­nino) fue trans­mi­ti­da el 26 de Abril de 2014 en alta defi­ni­ción direc­ta­men­te des­de el Metro­po­li­tan Ope­ra Hou­se. Den­tro del mar­co de la Serie de Verano que vie­ne ofre­cien­do Cine­plex para retrans­mi­tir las pro­duc­cio­nes líri­cas más rele­van­tes de la pres­ti­gio­sa ins­ti­tu­ción neo­yor­ki­na, el públi­co tie­ne la opor­tu­ni­dad de vol­ver a juz­gar esta ópe­ra en los pró­xi­mos días. 

Esta crea­ción líri­ca que cuen­ta con libre­to de Loren­zo da Pon­te fue estre­na­da en Vie­na en enero de 1790 don­de no obtu­vo la recep­ción logra­da por otras obras de Mozart como Las Bodas de Fíga­ro y Don Juan. En el MET recién se la cono­ció en 1922 y fue des­pués de la Segun­da Gue­rra Mun­dial cuan­do logró alcan­zar amplia popu­la­ri­dad y ser incor­po­ra­da al reper­to­rio de las ópe­ras más repre­sen­ta­das mun­dial­men­te. Musi­cal­men­te se carac­te­ri­za por la impor­tan­te par­ti­ci­pa­ción que adquie­ren los con­jun­tos; es así que la ópe­ra inclu­ye seis dúos, cin­co tríos, un cuar­te­to, dos quin­te­tos y tres sex­te­tos, ade­más de incluir un mis­mo núme­ro de arias para todos sus solistas. 

Con­ce­bi­da como una far­sa cómi­ca el hilo argu­men­tal a tra­vés de una tra­ma muy sen­ci­lla pone a prue­ba el amor de dos jóve­nes her­ma­nas con sus res­pec­ti­vos novios ofi­cia­les, cuan­do éstos últi­mos simu­lan par­tir para la gue­rra y com­pro­bar si les serán fie­les duran­te su ausen­cia. Lo que sigue des­pués ori­gi­na inci­den­tes gra­cio­sos don­de sus ena­mo­ra­dos con iden­ti­da­des cam­bia­das pon­drán a prue­ba la fide­li­dad de las jóve­nes; todo este jue­go sobre la volu­bi­li­dad del amor feme­nino con­clui­rá con un final feliz jus­ti­fi­can­do de este modo la razón de ser de esta ópe­ra bufa.

Matthew Polenzanni, Susanna Phillips, Isabel Leonard y Rodion Pogossov (Foto: Marty Sohl)

Matthew Polen­zan­ni, Susan­na Phi­llips, Isa­bel Leo­nard y Rodion Pogos­sov (Foto: M. Sohl)

La pro­duc­ción de Les­ley Koe­ning crea­da en 1996 resal­ta la inge­nio­si­dad y el esti­lo de esta ópe­ra mozar­tia­na y en su elen­co par­ti­ci­pa­ron la soprano Susa­na Phi­llips y la mez­zo soprano Isa­bel Leo­nard, como las dos her­ma­nas Fior­di­li­gi y Dora­be­lla, así como el tenor Matthew Polen­za­ni y el barí­tono Rodion Pogos­sov ani­ma­ron a sus res­pec­ti­vos ena­mo­ra­dos. El repar­to se com­ple­tó con la par­ti­ci­pa­ción del bajo Mau­ri­zio Mura­ro como Don Juan, el cíni­co vie­jo sol­te­rón, y la soprano Danie­lle de Nie­se como la indul­gen­te Despina.

Los deco­ra­dos y el dise­ño del ves­tua­rio estu­vie­ron a car­go de Michael Year­gan, en tan­to que la ilu­mi­na­ción corres­pon­dió a Dua­ne Schu­ler. De gran impor­tan­cia ha sido la pre­sen­cia en la direc­ción musi­cal del exce­len­te maes­tro James Levi­ne.

Cosi Fan Tut­te es can­ta­da en ita­liano con sub­tí­tu­los en inglés y la soprano Renée Fle­ming ha sido la anfi­trio­na duran­te la pre­sen­ta­ción y los entre­ac­tos. Su retrans­mi­sión ten­drá lugar el sába­do 6 y miér­co­les 10 de Agos­to en selec­cio­na­das salas de Cine­plex a tra­vés de Cana­dá. Para infor­ma­ción sobre las salas par­ti­ci­pan­tes y los hora­rios corres­pon­dien­tes de cada una de las dos fechas men­cio­na­das pre­sio­ne aquí. 

Una Melán­co­li­ca Fantasía

CAFÉ SOCIETY. Un film escri­to y diri­gi­do por Woody Allen

Aun­que la amplia fil­mo­gra­fía de Woody Allen abar­ca varia­dos géne­ros, un buen núme­ro de sus pelí­cu­las han incur­sio­na­do exi­to­sa­men­te en el roman­ti­cis­mo. Su recien­te film Café Society es otro de los que abor­dan el mis­mo géne­ro y a pesar de que no apor­te sus­tan­cial­men­te nada nue­vo, delei­ta por sus valo­res esté­ti­cos y por una flui­da narra­ción que lo tor­na con­si­de­ra­ble­men­te entretenido.

Ubi­can­do la acción en la épo­ca de los años 30, el rela­to se cen­tra en Bobby Dorf­man (Jes­se Eisen­berg), un joven per­te­ne­cien­te a una fami­lia judía del Bronx neo­yor­kino que se encuen­tra sin ocu­pa­ción esta­ble. Por esa razón, su madre Rose (Jean­nie Ber­lin) le pide a su her­mano Phil Stern (Ste­ve Carrell), que tra­ba­ja en Los Ánge­les como pro­mo­tor y agen­te de estre­llas de Holly­wood, que ayu­de a su hijo a ubi­car­lo en algún puesto.

Jesse Eisenberg y Kristen Stewart

Jes­se Eisen­berg y Kris­ten Stewart

Cuan­do Bobby lle­ga a des­tino y logra entre­vis­tar­se con su tío, éste lo ubi­ca en su empre­sa al pro­pio tiem­po que le pide a su asis­ten­te Von­nie (Kris­ten Ste­wart) que fami­lia­ri­ce al mucha­cho en el nue­vo medio en el que ten­drá que des­en­vol­ver­se. El tra­to dia­rio entre el joven y Von­nie va acer­cán­do­los román­ti­ca­men­te aun­que la rela­ción se ve obs­ta­cu­li­za­da por­que ella está envuel­ta sen­ti­men­tal­men­te con un hom­bre casa­do; cuan­do final­men­te el incon­ve­nien­te pare­ce que­dar supe­ra­do y Bobby le pro­po­ne a ella casar­se y mudar­se a Manhat­tan para dejar de lado la vida frí­vo­la de Holly­wood, el des­tino les depa­ra una situa­ción ines­pe­ra­da por la cual la rela­ción lle­ga a quebrarse.

Cuan­do Bobby retor­na a Nue­va York con­si­gue tra­ba­jo en un club noc­turno que mane­ja su her­mano mayor Ben (Corey Stoll), un mafio­so en el com­ple­to sen­ti­do del tér­mino. Al pro­pio tiem­po, él logra reha­cer su vida cono­cien­do a Veró­ni­ca (Bla­ke Lively), su segun­do amor con quien ella lle­ga a casar­se cons­ti­tu­yen­do una fami­lia apa­ren­te­men­te feliz. De aquí en más es pre­fe­ri­ble que el lec­tor de esta cró­ni­ca des­cu­bra por sí mis­mo de qué mane­ra el pasa­do se vin­cu­la­rá con el pre­sen­te en la pro­se­cu­ción de esta historia.

https://www.youtube.com/watch?v=FGRNkrvh1Dg

El film des­ti­la una apre­cia­ble nos­tal­gia refle­jan­do el modo en que algu­nas deci­sio­nes no muy sabias, arre­pen­ti­mien­tos y sen­ti­mien­tos encon­tra­dos pue­den vol­ver vul­ne­ra­bles a los seres huma­nos, como acon­te­ce con los pro­ta­go­nis­tas de este rela­to; en tal sen­ti­do, a pesar de que el tema de “lo que no fue y pudo haber sido” ya ha sido con­si­de­ra­do en muchas otras oca­sio­nes, Allen le impri­me a esta come­dia un toque de dis­tin­ción, al incor­po­rar sub­te­mas adi­cio­na­les de inte­rés, men­cio­nan­do a mane­ra de ejem­plo el de la fe reli­gio­sa. Como sue­le acon­te­cer en casi todos sus fil­mes, una vez más el direc­tor sumi­nis­tra diá­lo­gos suma­men­te ocu­rren­tes que gra­ti­fi­can al espec­ta­dor, tales como “vive cada día de tu exis­ten­cia como si fue­ra el últi­mo, ya que algún día ver­da­de­ra­men­te lle­ga­rá a ser­lo”, o bien “la vida es una come­dia escri­ta por un sádi­co

No es nove­dad que los acto­res de Allen se aden­tren por com­ple­to en la psi­co­lo­gía de sus per­so­na­jes y es así que en el irre­pro­cha­ble elen­co de este film se des­ta­ca la soli­dez acto­ral de Eisen­berg, Ste­wart y Carell por la impor­tan­cia de sus roles.

Elo­gio mayor mere­ce la rique­za visual apor­ta­da por la foto­gra­fía digi­tal del legen­da­rio y exce­len­te artis­ta ita­liano Vit­to­rio Sto­ra­ro logran­do una com­bi­na­ción ideal de color, luz y som­bra, y los exce­len­tes dise­ños de pro­duc­ción de San­to Loquas­to repro­du­cien­do mara­vi­llo­sa­men­te el ambien­te de la meca del cine de esa épo­ca. Como nota adi­cio­nal, cabe men­cio­nar que los ciné­fi­los esta­rán com­pla­ci­dos al apre­ciar cómo Allen, a tra­vés del rela­to, deja caer al paso una lar­ga lis­ta de acto­res famo­sos en el perío­do de oro de Hollywood.

En resu­men, a pesar de la livian­dad y fami­lia­ri­dad de la his­to­ria pro­pues­ta, el públi­co dis­fru­ta ple­na­men­te de esta melan­có­li­ca fan­ta­sía y se rin­de una vez más a los pies de su román­ti­co e inge­nio­so rea­li­za­dor. Jor­ge Gutman

Una Espe­cial Educación

CAP­TAIN FAN­TAS­TIC. Esta­dos Uni­dos, 2016. Un film escri­to y diri­gi­do por Matt Ross.

Si bien los padres son res­pon­sa­bles de la crian­za de sus hijos, la edu­ca­ción for­mal es rea­li­za­da por los maes­tros en las aulas de cla­se, lugar tam­bién don­de comien­za el inter­cam­bio social de los niños. Sin embar­go, no todos com­par­ten ese cri­te­rio según lo que se des­pren­de de la his­to­ria pro­pues­ta por el direc­tor Matt Ross en Cap­tain Fan­tas­tic.

Viggo Mortensen

Vig­go Mortensen

El rela­to pre­sen­ta a los Cash, una fami­lia anó­ma­la inte­gra­da por Ben (Vig­go Mor­ten­sen), su espo­sa Les­lie (Trin Miller) y sus seis hijos (Geor­ge Mac­Kay, Samantha Isler, Anna­li­se Bas­so, Nicho­las Hamil­ton, Shree Crooks y Char­lie Shot­well), de die­cio­cho años el mayor y seis el menor. Vivien­do en con­tac­to con la natu­ra­le­za en un ais­la­do bos­que del esta­do de Washing­ton, lejos de la civi­li­za­ción y del mate­ria­lis­mo que carac­te­ri­za la for­ma de vida ame­ri­ca­na, los padres han deci­di­do asu­mir el rol de maes­tros de sus pro­ge­ni­to­res, sin nece­si­dad de tener que enviar­los a la escue­la. De este modo, la fami­lia se des­en­vuel­ve autó­no­ma­men­te don­de la ruti­na dia­ria con­sis­te en la caza, la prác­ti­ca de depor­tes y des­ti­nar algu­nas horas dia­rias a la edu­ca­ción for­mal; así, apar­ta­do de cual­quier cla­se de con­fort, los meno­res han toma­do cono­ci­mien­to, entre otros tópi­cos, de la filo­so­fía de Noam Chomsky, la músi­ca de Glenn Gould, la lite­ra­tu­ra de Nabo­kov, el con­cep­to del mar­xis­mo, así como aspec­tos impor­tan­tes de la Cons­ti­tu­ción de Esta­dos Unidos.

Cuan­do el rela­to comien­za, el patriar­ca fami­liar impo­ne de que su espo­sa, que ha esta­do ausen­te en los últi­mos meses por haber sido hos­pi­ta­li­za­da debi­do a tras­tor­nos psi­co­ló­gi­cos, se ha sui­ci­da­do. La noti­cia impac­ta dra­má­ti­ca­men­te al gru­po fami­liar; de inme­dia­to, Ben y sus hijos dejan su hábi­tat geo­grá­fi­co y valién­do­se de un vie­jo ómni­bus esco­lar empren­den un via­je con des­tino al esta­do de Nue­vo Méxi­co para asis­tir al fune­ral de Leslie.

En una de las para­das del lar­go tre­cho, el clan visi­ta a Har­per (Kathryn Hahn), la her­ma­na de Ben y su mari­do (Ste­ve Zahn), cuyos dos hijos reci­ben una edu­ca­ción nor­mal y se com­por­tan como los chi­cos de la gene­ra­ción actual y con cono­ci­mien­to de la moder­na tec­no­lo­gía de esta épo­ca. Es allí don­de se pro­du­ce el pri­mer enfren­ta­mien­to cul­tu­ral de los niños de Ben con sus pri­mos; cuan­do Har­per cri­ti­ca a su her­mano por haber impe­di­do que sus hijos reci­bie­sen for­ma­ción esco­lar, él le demues­tra que ellos reúnen una pre­pa­ra­ción huma­nís­ti­ca y cul­tu­ral supe­rior a la de sus sobrinos.

El rela­to alcan­za un nivel de alta ten­sión en el acto del fune­ral. Ben, que no resul­ta bien­ve­ni­do por par­te de sus sue­gros (Frank Lan­ge­lla y Ann Dowd) por­que supo­nen que él fue el cau­san­te de la muer­te de su hija, se opo­ne a que ellos pro­ce­dan a rea­li­zar una sepul­tu­ra tra­di­cio­nal­men­te cris­tia­na sin res­pe­tar la volun­tad de Les­lie quien habien­do abra­za­do el budis­mo deseó que sus res­tos sean cre­ma­dos; eso ori­gi­na un total enfren­ta­mien­to entre ambas partes.

Aun­que bien inten­cio­na­da, esta his­to­ria ado­le­ce pro­ble­mas de cre­di­bi­li­dad. Lo más obje­ta­ble es que aquí no se acla­ra cómo ha trans­cu­rri­do la exis­ten­cia de esta sin­gu­lar fami­lia a tra­vés de los años sin haber teni­do con­tac­to con el mun­do exte­rior. ¿Es posi­ble adop­tar el modus viven­di a lo Robin­son Cru­soe median­te la auto­su­fi­cien­cia? ¿Con qué ingre­sos ha podi­do el jefe de fami­lia man­te­ner­se y pro­veer sus­ten­to a los suyos? ¿Cuál es la posi­ción ideo­ló­gi­ca de Ben? ¿De qué mane­ra los hijos afron­ta­rán el mun­do adul­to, al no estar capa­ci­ta­dos social­men­te para hacerlo?

Aun­que no es indis­pen­sa­ble que un film brin­de res­pues­tas a lo que plan­tea, en este caso las pre­gun­tas pre­ce­den­tes tie­nen impor­tan­cia para jus­ti­fi­car lógi­ca­men­te lo que se está mos­tran­do. Así por ejem­plo es difí­cil de com­pren­der el deseo de un padre que quie­re que sus hijos sean seres dig­nos y res­pe­ta­bles en la vida y que al pro­pio tiem­po los induz­ca al robo para apro­vi­sio­nar­se de comi­da, tal como se obser­va en una esce­na que trans­cu­rre en un super­mer­ca­do. Esa con­tra­dic­to­ria per­so­na­li­dad de Ben se mani­fies­ta aún más en los últi­mos tra­mos del film cuan­do la duda lo corroe sobre la vida hip­pie que ha lle­va­do y pare­ce arre­pen­tir­se de los méto­dos nada con­ven­cio­na­les que apli­có a su familia.

Aun­que esta utó­pi­ca come­dia dra­má­ti­ca inten­ta efec­tuar una crí­ti­ca a la socie­dad capi­ta­lis­ta así como refle­jar las vir­tu­des de vivir en con­tac­to con la natu­ra­le­za, el guión de la pelí­cu­la no guar­da la con­sis­ten­cia nece­sa­ria para que lo expues­to resul­te creí­ble. A su favor, el film cuen­ta con algu­nos momen­tos emo­ti­vos, ade­más de estar real­za­do por la bue­na pues­ta en esce­na de Ross, la exce­len­te labor de Mor­ten­sen en el papel pro­ta­gó­ni­co y la logra­da quí­mi­ca exis­ten­te entre los acto­res que carac­te­ri­zan a los hijos de Ben.
Jor­ge Gutman

FAN­TA­SIA 2016

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

Un even­to muy cele­bra­do del verano de Mon­treal es el fes­ti­val Fan­ta­sia que en esta edi­ción que comen­zó el 14 de julio y con­clu­ye el 3 de agos­to cele­bró sus 20 años de exis­ten­cia con la pre­sen­ta­ción de 145 lar­go­me­tra­jes y alre­de­dor de 300 cor­tos pro­ve­nien­tes de 40 paí­ses. Si bien en su pri­me­ra épo­ca esta mues­tra estu­vo cen­tra­da en la pre­sen­ta­ción de un géne­ro de cine enfo­ca­do hacia fil­mes fan­tás­ti­cos pro­ve­nien­tes en su mayo­ría de Asia, con el trans­cur­so del tiem­po su pro­gra­ma­ción se ha ido diver­si­fi­can­do; así, ade­más de cum­plir con su obje­ti­vo prin­ci­pal, las pelí­cu­las selec­cio­na­das tam­bién abar­ca­ron una amplia gama de temas que con­ci­ta­ron el inte­rés de una entu­sias­ta audiencia.

A con­ti­nua­ción se ofre­ce una bre­ve eva­lua­ción de 10 de los fil­mes exhi­bi­dos comen­zan­do con Three (Hong Kong-Chi­na) del renom­bra­do direc­tor John­nie To. En este thri­ller el rea­li­za­dor efec­túa una muy bue­na des­crip­ción de per­so­na­jes a tra­vés de un rela­to que trans­cu­rre exclu­si­va­men­te en un recin­to hos­pi­ta­la­rio don­de se desem­pe­ña la devo­ta neu­ro­ci­ru­ja­na Tong (Vic­ki Zhao). Ahí lle­ga Shun (Louis Koo), un peli­gro­so cri­mi­nal (Walla­ce Chung) quien se encuen­tra gra­ve­men­te heri­do con una bala en la cabe­za; la doc­to­ra que está dis­pues­ta a ope­rar­lo lo antes posi­ble se encuen­tra con el esco­llo inter­pues­to por el ins­pec­tor poli­cial Chan (Zhao Wei) quien a toda cos­ta quie­re extraer del heri­do infor­ma­ción sobre sus cóm­pli­ces en el deli­to cometido.

Zhao Wei en THREE

Zhao Wei en THREE

La ten­sión se pro­du­ce en la medi­da que Shun no está dis­pues­to a ofre­cer dato alguno a Chan y la exhaus­ta doc­to­ra evi­den­cia con­si­de­ra­ble ansie­dad para cum­plir con su deber de asis­tir al pacien­te lo que la ubi­ca en una posi­ción incó­mo­da con el ins­pec­tor. El rela­to alcan­za su cli­max cuan­do los gangs­ters se infil­tran dis­fra­za­dos al hos­pi­tal para res­ca­tar al heri­do pro­du­cién­do­se un vio­len­to enfren­ta­mien­to. Den­tro del mar­co de un film de acción no exen­to de cier­to con­te­ni­do psi­co­ló­gi­co, el rea­li­za­dor rela­ta la his­to­ria flui­da­men­te y para ello cuen­ta con una muy bue­na actua­ción de sus prin­ci­pa­les protagonistas.

Aun­que en prin­ci­pio no lo parez­ca, el cine de horror es un géne­ro difí­cil de enca­rar para que el pro­pó­si­to de lograr mie­do, dis­gus­to, repug­nan­cia o inco­mo­di­dad lle­gue a emo­cio­nar legí­ti­ma­men­te al públi­co que gus­ta del mis­mo. En el caso de la cine­ma­to­gra­fía de habla his­pa­na, ade­más de algu­nos cineas­tas nota­bles que lo han logra­do, como por ejem­plo Gui­ller­mo del Toro (Cro­nos en 1992, El espi­na­zo del Dia­blo en 2001) y Juan Anto­nio Bayo­na (El Orfa­na­to, 2007), Daniel de la Vega es otro de los rea­li­za­do­res que pue­den ser incor­po­ra­dos a dicha lis­ta debi­do a su logra­da fil­mo­gra­fía en este cam­po. Sin que su quin­to film alcan­ce el nivel de obra maes­tra, Ataud Blan­co (Argen­ti­na) es un sóli­do entre­te­ni­mien­to narra­do con nota­ble pul­cri­tud reu­nien­do los atri­bu­tos que requie­re un film de terror.

El comien­zo pre­sen­ta a Vir­gi­nia (Julie­ta Car­di­na­le), una joven madre, que se lan­za a la ruta jun­to a su hiji­ta Rebe­ca (Fio­re­la Duran­da) con el pro­pó­si­to de ini­ciar una nue­va vida pues­to que ella ha deci­di­do aban­do­nar a su mari­do por sen­tir­se infe­liz en su matri­mo­nio. Cuan­do en un alto del camino, deja a la niña en la cafe­te­ría por bre­ves ins­tan­tes, a su regre­so encuen­tra que ella ha des­apa­re­ci­do. Al notar que la peque­ña se halla secues­tra­da en el inte­rior de un camión que tran­si­ta en el camino, Vir­gi­nia deses­pe­ra­da­men­te se lan­za en su per­se­cu­ción para res­ca­tar­la. Ese es el ele­men­to que impul­sa la acción del rela­to en el efi­cien­te guión con­ce­bi­do por Adrián y Rami­ro Gar­cía Bogliano.

Julieta Cardinale en ATAUD BLANCO

Julie­ta Car­di­na­le en ATAUD BLANCO

Por razo­nes de dis­cre­ción, no es con­ve­nien­te ade­lan­tar lo que pro­si­gue sal­vo anti­ci­par que el públi­co que­da sumer­gi­do en un cli­ma de fan­ta­sía muy bien urdi­do don­de no fal­tan ele­men­tos super­na­tu­ra­les y la pre­sen­cia de una sec­ta dia­bó­li­ca capaz de sus­ci­tar repug­nan­cia a tra­vés de los ritos prac­ti­ca­dos con niños secuestrados.

La bre­ve dura­ción del rela­to de poco más de una hora no ha per­mi­ti­do la ple­na pro­fun­di­za­ción de sus nume­ro­sos per­so­na­jes; con todo, de la Vega obtu­vo de Car­di­na­le una logra­da pres­ta­ción trans­mi­tien­do la angus­tia vivi­da por una madre que está dis­pues­ta a rea­li­zar lo impo­si­ble para sal­var a su hiji­ta. Crean­do una atmós­fe­ra de per­sis­ten­te ten­sión y con algu­nos giros de tuer­ca del guión que impi­den pre­de­cir su des­en­la­ce, este dra­ma maca­bro es otra prue­ba que corro­bo­ra la madu­rez de un direc­tor que sabe cómo satis­fa­cer a un públi­co ávi­do de un cine impreg­na­do de fuer­tes emociones.

La situa­ción de una joven men­tal­men­te enfer­ma que ale­vo­sa­men­te se con­vier­te en una ase­si­na incons­cien­te es lo que dra­ma­ti­zan los nove­les direc­to­res Petr Kaz­da y Tomas Wein­reb en I, Olga Hep­na­ro­va (Repú­bli­ca Che­ca-Polo­nia-Eslo­va­quia) basán­do­se en el ver­da­de­ro aten­ta­do cri­mi­nal acae­ci­do el 10 de Julio de 1973 en Praga.

El guión de los direc­to­res ilus­tra la his­to­ria de Olga Hep­na­ro­va (Micha­li­na Ols­zans­ka) cuya vida tumul­tuo­sa se debió en gran par­te a pro­ble­mas de des­equi­li­brio emo­cio­nal que a los 13 años la indu­cen a un inten­to de sui­ci­dio; ese hecho moti­va a que sea inter­na­da en un hos­pi­tal psi­quiá­tri­co don­de es obje­to de bru­ta­les ata­ques por par­te de otros pacien­tes y sin que su pro­ble­ma de ines­ta­bi­li­dad men­tal haya logra­do supe­rar­se. Los años siguien­tes mues­tra a la joven vivien­do un pro­ce­so de deca­den­cia y alie­na­ción cre­cien­te don­de sus úni­cos momen­tos de satis­fac­ción son brin­da­dos a tra­vés de las rela­cio­nes sexua­les man­te­ni­das como les­bia­na con otras jóve­nes. Pro­fun­da­men­te des­ga­na­da y vivien­do prác­ti­ca­men­te como si fue­ra una muer­ta vivien­te a cau­sa de una pro­fun­da depre­sión ‚a los 22 años con­du­cien­do un camión arre­me­te con­tra un gru­po de tran­seún­tes cau­san­do la muer­te de una vein­te­na de per­so­nas; su acto moti­vó a que fue­se con­de­na­da a la pena de muerte.

Michalina Olszanska en I, OLGA HEPNAROVA

Micha­li­na Ols­zans­ka en I, OLGA HEPNAROVA

El film roda­do en blan­co y negro logra brin­dar mayor inten­si­dad al dra­má­ti­co rela­to; con todo, al adop­tar un esti­lo dema­sia­do sobrio y con­te­ni­do, los rea­li­za­do­res no con­si­guen que el rela­to infun­da la emo­ción nece­sa­ria para que el públi­co pue­da con­mi­se­rar­se de la suer­te corri­da por su pro­ta­go­nis­ta, sobre todo al no que­dar cla­ra­men­te expues­to cuá­les fue­ron las razo­nes que la impul­sa­ron a come­ter la bru­tal tra­ge­dia. Con todo es apre­cia­ble el tra­ba­jo rea­li­za­do por los rea­li­za­do­res, sobre todo al haber con­ta­do con la par­ti­ci­pa­ción de Micha­li­na Ols­zans­ka quien logra una exce­len­te carac­te­ri­za­ción de la des­afor­tu­na­da Olga.

Un ama­ble retra­to fami­liar es lo que se obser­va en la sim­pá­ti­ca come­dia What a Won­der­ful Family! (Japón) de Yoii Yama­da. El rela­to se cen­tra en el matri­mo­nio inte­gra­do por Shu­zo (Isao Hashi­zu­me) y su espo­sa Tomi­ko (Kazu­ko Yoshi­yu­ki) quie­nes ya lle­van 50 años de vida en común. Con el paso del tiem­po Tomi­ko ha esta­do tole­ran­do las acti­tu­des egoís­tas de su espo­so más adic­to a la bebi­da que a dedi­car­le la aten­ción que mere­ce como su com­pa­ñe­ra y devo­ta ama de casa. Para col­mar el vacío expe­ri­men­ta­do, ella ha segui­do un cur­so de escri­tu­ra crea­ti­va que la ha hecho sen­tir que exis­ten otros medios alter­na­ti­vos de vol­car su ener­gía sin depen­der sumi­sa­men­te de su mari­do Así, en el día de sus cum­plea­ños la mujer sor­pren­de a su cón­yu­ge cuan­do le soli­ci­ta como un rega­lo para tal oca­sión de que le fir­me el for­mu­la­rio de divor­cio que ya tenía pre­pa­ra­do. Obvia­men­te, el pedi­do sor­pren­de a Shu­zo como tam­bién a sus tres hijos adul­tos quie­nes tra­tan de deter­mi­nar la razón que ha lle­va­do a su madre a adop­tar seme­jan­te acti­tud. En últi­ma ins­tan­cia y res­pon­dien­do al títu­lo del film, la san­gre no lle­ga al río en la medi­da que el rela­to bus­ca pre­ser­var la esta­bi­li­dad familiar.

El direc­tor tra­ta afec­ti­va­men­te a sus per­so­na­jes ilus­tran­do con ama­ble humor los alti­ba­jos que pue­den pro­du­cir­se en el seno de una fami­lia japo­ne­sa así como la impor­tan­cia de man­te­ner una rela­ción con­yu­gal basa­da en el res­pe­to y con­si­de­ra­ción mutua.

Un dra­ma his­tó­ri­co que des­pier­ta inte­rés es The Thro­ne (Corea del Sur) que se basa en hechos reales acae­ci­dos en Corea duran­te la era Joseon cuan­do en 1762 el rey Yeon­gio (Song Kang-ho) toma la audaz deci­sión de ence­rrar vivo en un cajón cerra­do de made­ra a su úni­co hijo de 27 años, el prín­ci­pe here­de­ro Sado (Yoo Ah-in), con­de­nán­do­lo de este modo a morir de ham­bre, sed y caren­cia de aire. El direc­tor Lee Joon-ik ofre­ce una tra­ge­dia sha­kes­pe­ria­na don­de que­dan resal­ta­das las moti­va­cio­nes que indu­cen al rey a come­ter un abe­rran­te fili­ci­dio. Gran par­te del rela­to mues­tra cómo el rey se dis­tan­cia de su hijo al que ter­mi­na des­pre­cian­do por su fal­ta de inte­rés hacia el estu­dio y por no memo­ri­zar los ver­sos de Con­fu­cio que cons­ti­tu­yen el pilar del rei­na­do; al pro­pio tiem­po Sado en cali­dad de regen­te cri­ti­ca la adop­ción de cri­te­rios polí­ti­cos sus­ten­ta­dos por su padre al defen­der los intere­ses de la noble­za en detri­men­to de los pobres

Song Kang-ho en THE THRONE

Song Kang-ho en THE THRONE

Ade­más de su con­te­ni­do temá­ti­co, irre­pro­ca­ble elen­co y mag­ní­fi­ca pues­ta escé­ni­ca, el film se valo­ri­za por sus exce­len­tes dise­ños de pro­duc­ción, inclu­yen­do la impe­ca­ble repro­duc­ción de épo­ca en que trans­cu­rre la acción.

En su segun­da pelí­cu­la como rea­li­za­dor Kike Mai­llo ofre­ce en Toro (Espa­ña) un thri­ller que tie­ne como esce­na­rio la bella región de Anda­lu­cía, abor­dan­do un tema de mafio­sos don­de las leal­ta­des y trai­cio­nes se con­fun­den permanentemente,

En una rápi­da sinop­sis pue­de ade­lan­tar­se que Toro (Mario Casas) por haber esta­do impli­ca­do en un robo come­ti­do hace cin­co años está pró­xi­mo a salir de la pri­sión que lo retu­vo duran­te ese lap­so; su buen com­por­ta­mien­to ha per­mi­ti­do que en los últi­mos meses esté gozan­do de una dia­ria liber­tad con­di­cio­nal con el com­pro­mi­so de retor­nar por la noche al esta­ble­ci­mien­to car­ce­la­rio. Dis­pues­to a redi­mir­se y reini­ciar su vida como un hono­ra­ble ciu­da­dano y pró­xi­mo a casar­se con Estre­lla (Ingrid Gar­cía Jons­son) y cons­ti­tuir un hogar, sus pla­nes se ven tras­to­ca­dos fren­te a la lla­ma­da urgen­te de López (Luis Tosar), su her­mano mayor delin­cuen­te quien le pide que le ayu­de a res­ca­tar a su hija (Clau­dia Canal Merino) que fue secues­tra­da por Rome­ro (José Sacris­tán), un psi­có­pa­ta ase­sino, y sus secua­ces a quie­nes les adeu­da una con­si­de­ra­ble suma de dine­ro que no dispone.

Mario Casas en TORO

Mario Casas en TORO

Si bien mucho de lo que suce­de resis­te cre­di­bi­li­dad, Mai­llo impri­me a Toro un rit­mo diná­mi­co crean­do la atmós­fe­ra nece­sa­ria para que el sus­pen­so, dra­ma, acción a gra­nel y una cuo­ta dosi­fi­ca­da de vio­len­cia per­mi­tan man­te­ner el inte­rés a lo lar­go del rela­to. Cier­ta­men­te, aun­que la pelí­cu­la inter­pre­ta­da por un buen elen­co dis­ta de ser per­fec­ta den­tro de sus pre­ten­sio­nes con­for­ma un entre­te­ni­mien­to capaz de satis­fa­cer a los aman­tes del género.

El debu­tan­te rea­li­za­dor para­gua­yo David Clay Díaz ofre­ce en Ago­nie (Ale­ma­nia-Aus­tria) un rela­to que trans­cu­rre en Vie­na enfo­can­do a dos jóve­nes que no se cono­cen entre sí, con per­so­na­li­da­des dife­ren­tes como así tam­bién el medio social al cual per­te­ne­cen. Uno de esos mucha­chos es Chris­tian (Samuel Sch­nei­der) quien vive con su madre de cla­se media y como estu­dian­te de leyes dedi­ca lar­gas horas al estu­dio a fin de lle­gar a ser juez. El otro, menos ambi­cio­so y per­te­ne­cien­te a un ambien­te más humil­de, es Alex (Ale­xan­der Srts­chin) quien habi­ta en un depar­ta­men­to jun­to a sus padres y una her­ma­na menor.

Demos­tran­do sepa­ra­da­men­te cómo trans­cu­rre la vida ruti­na­ria de cada uno de ellos, el film tra­ta de refle­jar los sen­ti­mien­tos de claus­tro­fo­bia y des­ilu­sión que estos jóve­nes expe­ri­men­tan así como un resen­ti­mien­to ambi­guo que alber­gan hacia sus res­pec­ti­vos padres; sin embar­go, la narra­ción poco flui­da y sin foco pre­ci­so no logra con­ven­cer. Eso resul­ta agra­va­do por el acto de vio­len­cia que en for­ma ines­pe­ra­da y sin jus­ti­fi­ca­ción algu­na come­te Chris­tian lo que con­tri­bu­ye a un des­en­la­ce que se des­vin­cu­la por com­ple­to del plan­teo ini­cial del rela­to. Final­men­te, resul­ta un enig­ma el títu­lo del film por­que nin­guno de sus dos per­so­na­jes prin­ci­pa­les ago­ni­za duran­te el mismo.

Un muy buen docu­men­tal que recons­tru­ye un tris­te suce­so acae­ci­do hace medio siglo en el cam­pus de la Uni­ver­si­dad de Texas de la ciu­dad de Aus­tin, es lo que se apre­cia en el remar­ca­ble docu­men­tal Tower (Esta­dos Uni­dos) de Keith Maitland.

Si lamen­ta­ble­men­te a tra­vés de las últi­mas déca­das las matan­zas efec­tua­das en uni­ver­si­da­des de Esta­dos Uni­dos, como así tam­bién la acon­te­ci­da en Diciem­bre de 1989 en la Uni­ver­si­dad de Mon­treal, ha moti­va­do que esas crue­les noti­cias ya no resul­ten nove­do­sas, lo cier­to es que en su momen­to, la tra­ge­dia de Aus­tin impac­tó extra­or­di­na­ria­men­te a la pobla­ción americana.

El 1 de Agos­to de 1966, Char­les Whit­man, un psi­có­pa­ta ex mili­tar de 25 años, logra lle­gar a la torre de la uni­ver­si­dad don­de bien apro­vi­sio­na­do de armas mata a 3 per­so­nas que se encon­tra­ban en su inte­rior y pos­te­rior­men­te des­de el mira­dor de la torre dis­pa­ra a dies­tra y sinies­tra cau­san­do la muer­te de otras 12 per­so­nas y 32 heri­dos que se encon­tra­ban tran­si­ta­do por el campus.

Una escena de TOWER

Una esce­na de TOWER

En una armo­nio­sa com­bi­na­ción de ani­ma­ción rotos­có­pi­ca, mate­rial de archi­vo, foto­gra­fías y entre­vis­tas a algu­nas de las per­so­nas sobre­vi­vien­tes y tes­ti­gos de la cala­mi­dad pro­du­ci­da, Maitland inte­li­gen­te­men­te dis­pu­so de esas valio­sas fuen­tes de infor­ma­ción para repro­du­cir la tra­ge­dia de la fecha men­cio­na­da. Todo el páni­co, con­fu­sión, caos y terror pro­du­ci­do cobra inusi­ta­da sen­sa­ción real en este fas­ci­nan­te docu­men­to refle­jan­do no solo su som­brío tema sino tam­bién des­ta­can­do el con­te­ni­do humano que emer­ge del rela­to al pro­pio tiem­po que per­mi­te una vez más refle­xio­nar sobre la cruel natu­ra­le­za de la violencia.

El direc­tor y guio­nis­ta E J‑yong, sor­pren­de gra­ta­men­te con The Bac­chus Lady (Corea del Sur) enfo­can­do con nota­ble sen­si­bi­li­dad y mesu­ra varia­dos aspec­tos de la reali­dad social de la Repú­bli­ca de Corea.

De lo que se infie­re en este film casi la mitad de la gen­te de la ter­ce­ra edad vive en este país asiá­ti­co en con­di­cio­nes de pobre­za; tal es la situa­ción de So-Young (Youn Yuh-jung), la pro­ta­go­nis­ta del rela­to. Ella es una mujer de 65 años de Seúl que en su juven­tud se gana­ba la vida como pros­ti­tu­ta en las bases mili­ta­res de Esta­dos Uni­dos; la difí­cil situa­ción eco­nó­mi­ca que atra­vie­sa moti­va a que reto­me su anti­gua pro­fe­sión cuyos clien­tes son hom­bres de edad simi­lar que por lo gene­ral lle­van una vida soli­ta­ria y sin mayor exci­ta­ción. Simul­tá­nea­men­te el film con­si­de­ra la sin­gu­lar rela­ción que ella esta­ble­ce con Min-Ho (Choi Hyun-jun), un niño a quien le ofre­ce hogar y pro­tec­ción en la medi­da que su madre se encuen­tra en pri­sión; en tal sen­ti­do, la pre­sen­cia del chi­co le recuer­da acon­te­ci­mien­tos del pasa­do cuan­do ella tuvo que ceder en adop­ción a su pro­pio hijo que nun­ca lle­gó a conocer.

Choi Hyun-jun y Youn Yuh-jung en THE BACCHUS LADY

Choi Hyun-jun y Youn Yuh-jung en THE BAC­CHUS LADY

A medi­da que el rela­to pro­si­gue van sur­gien­do otras face­tas de la per­so­na­li­dad de So-Young quien tras­cien­de como una mujer de gran noble­za que sue­le ser reque­ri­da por gen­te mayor en esta­do ter­mi­nal para que la asis­ta a morir con dig­ni­dad a tra­vés de la euta­na­sia. Con la actua­ción mara­vi­llo­sa de Youn Yuh-jung en el rol pro­ta­gó­ni­co, la acer­ta­da direc­ción de E J‑yon, el film per­mi­te que el públi­co de Occi­den­te se impon­ga sobre algu­nas duras reali­da­des y temas tabúes que afli­gen a sec­to­res mar­gi­na­les de la socie­dad corea­na, ilus­tra­dos con impe­ca­ble sobriedad.

Kiki, El Amor Se Hace (Espa­ña) de Paco León, es una come­dia sexual trans­gre­so­ra que pue­de ser com­pa­ra­daa con aqué­llas que Pedro Almo­dó­var solía delei­tar en sus pri­me­ros años como rea­li­za­dor. En este caso, León que tam­bién asu­me uno de los roles pro­ta­gó­ni­cos, ha con­ce­bi­do un guión escri­to jun­to con Josh Law­son y Fer­nan­do Pérez don­de se desa­rro­llan varias his­to­rias simul­tá­neas vin­cu­la­das con algu­nos feti­chis­mos del ser humano al empren­der una rela­ción sexual. Par­tien­do de la base de que la exci­ta­ción es un ele­men­to impor­tan­te a la hora de inti­mar en pare­ja, la tra­ma que se ubi­ca en el verano madri­le­ño englo­ba cin­co his­to­rias pin­to­res­cas que pro­du­cen con­si­de­ra­ble hila­ri­dad. En una de las mis­mas, Nata­lia (Nata­lia Moli­na) a pesar de tener bue­na rela­ción con su pare­ja Alex (Alex Gar­cía), solo logra el orgas­mo cuan­do es ata­ca­da o roba­da por un ter­ce­ro a mano arma­da; en otra his­to­ria, Ana (Ana Katz) y Paco (el rea­li­za­dor León), recu­rren a un club sexual de inter­cam­bio de pare­jas para reani­mar su pasión sexual que comien­za a extin­guir­se des­pués de varios años de vida en común. Un ter­cer seg­men­to pre­sen­ta a Anto­nio (Luis Calle­jo), cuya mujer (María Can­de­la­ria) solo logra exci­tar­se cuan­do ve a gen­te llo­ran­do. No menos curio­so es el caso de José Luis (Luis Ber­me­jo), un ciru­jano plás­ti­co, que ve des­per­ta­do su deseo sexual cuan­do en mitad de la noche con­tem­pla a Palo­ma (Mary Paz Saya­go), su espo­sa invá­li­da, pro­fun­da­men­te dor­mi­da y enton­ces está bien dis­pues­to para hacer­le el amor. El últi­mo de los rela­tos se refie­re a San­dra (Ale­xan­dra Jimé­nez) una joven sor­da cuya exci­ta­ción sexual se pro­du­ce fren­te a cual­quier tela de seda.

Belén Cuesta, Paco León y Ana Katz en KIKI, EL AMOR SE HACE

Belén Cues­ta, Paco León y Ana Katz en KIKI, EL AMOR SE HACE

La úni­ca obje­ción que mere­ce este film es cier­ta fal­ta de suti­le­za que con­du­ce a que algu­nas esce­nas resul­ten de dudo­so gus­to. En todo caso, las natu­ra­les actua­cio­nes que León obtie­ne de su homo­gé­neo elen­co como así tam­bién el diná­mi­co rit­mo que impri­me a su rela­to, per­mi­ten que la audien­cia goce con esta deli­cio­sa eró­ti­ca come­dia y que en cier­tos casos pue­da iden­ti­fi­car­se con algu­nos de sus personajes

La Inmor­tal Obra de Shakespeare

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

ROMÉO ET JULIET­TEAutor: William Sha­kes­pea­re – Tra­duc­ción: Nor­mand Chau­ret­te Direc­ción: Ser­ge Denon­co­urt — Elen­co: Marian­ne For­tier, Phi­lip­pe Thi­bault-Denis, Mikhaïl Ahoo­ja, Marion Barot, Alex Ber­ge­ron, Natha­lie Breuer, Jean-Fra­nçois Cas­sa­bon­ne, Sarah Clou­tier Lab­bé, Lévi Doré, Antoi­ne Durand, Gui­llau­me Gauthier, Gabriel Lemi­re, Deb­bie Lynch-Whi­te, Jean-Moï­se Mar­tin, Benoît McGin­nis, Jean-Fra­nçois Pichet­te, Simon Pigeon, Cathe­ri­ne Proulx-Lemay, Mathieu Richard, Gillau­me Rodri­gue — Esce­no­gra­fía: Gui­llau­me Lord — Ves­tua­rio: Ser­ge Denon­co­urt, Pie­rre-Guy Lapoin­te – Ilu­mi­na­ción: Mar­tin Labrec­que – Músi­ca Ori­gi­nal: Phi­lip Pinsky – Video: Gabriel Coutu-Dumont, Janic­ke Moris­set­te. Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 18 de Agos­to de 2016 en el  Théâ­tre du Nou­veau Mon­de (www.tnm.qc.ca)

Romeo y Julie­ta, la inmor­tal obra de Sha­kes­pea­re publi­ca­da en 1597 ha logra­do cau­ti­var al públi­co en for­ma extra­or­di­na­ria debi­do a la natu­ra­le­za de su his­to­ria basa­da en el amor de dos jóve­nes que ven inmo­la­das sus vidas por la mar­ca­da ene­mis­tad exis­ten­te entre las dos fami­lias a las cua­les per­te­ne­cen. Es así que duran­te los cua­tro siglos de vigen­cia esta tra­ge­dia ha sido difun­di­da y adap­ta­da a tra­vés de dife­ren­tes mani­fes­ta­cio­nes artís­ti­cas inclu­yen­do el ballet, ópe­ra, músi­ca, lite­ra­tu­ra, cine, tea­tro y tele­vi­sión. Si bien sus innu­me­ra­bles ver­sio­nes han res­pon­di­do al cri­te­rio del equi­po artís­ti­co envuel­to en cada una de las pro­duc­cio­nes rea­li­za­das, siem­pre se ha teni­do la pre­cau­ción de res­pe­tar el espí­ri­tu impre­so por su autor.

Philippe Thibaud-Denis y Marianne Fortier (Foto de Yves Renaud)

Phi­lip­pe Thi­baud-Denis y Marian­ne For­tier (Foto de Yves Renaud)

En esta copro­duc­ción de Jus­te pour rire en cola­bo­ra­ción con el TNM, el renom­bra­do direc­tor Ser­ge Denon­co­urt ha que­ri­do insu­flar a la obra un toque moderno y es así que aun­que la acción se desa­rro­lla en Vero­na, deci­dió tras­la­dar la épo­ca a los últi­mos años de la déca­da del 30 cuan­do Ita­lia vivía bajo el régi­men fas­cis­ta de Mus­so­li­ni. Si aca­so ese tumul­tuo­so perío­do polí­ti­co podría cons­ti­tuir una metá­fo­ra para refle­jar el odio de los Mon­tai­gu y Capú­let, ese con­tex­to no alcan­za a vis­lum­brar­se claramente.

Sin hacer refe­ren­cia a la tra­ma de la pie­za que es bien cono­ci­da, la pri­me­ra obser­va­ción que sur­ge es acer­ca del tono brin­da­do a la mis­ma por Denon­co­urt. Si uno se remon­ta a la obra ori­gi­nal se cons­ta­ta que a pesar del tras­fon­do dra­má­ti­co que la mis­ma tra­sun­ta, Sha­kes­pea­re supo fusio­nar ade­cua­da­men­te algu­nas situa­cio­nes de come­dia con el dra­ma a fin de ali­viar la ten­sión. Sin embar­go en la pre­sen­te pro­duc­ción, la come­dia es reem­pla­za­da por la far­sa, sobre todo en el trans­cur­so del pri­mer acto a tra­vés de esce­nas deci­di­da­men­te exa­ge­ra­das para pro­vo­car la risa; así por ejem­plo, la muy bue­na actriz Deb­bie-Lynch-Whi­te como la nodri­za de Julie­ta pro­du­ce una gran dosis de car­ca­ja­das pero su per­so­na­je resul­ta más cari­ca­tu­res­co que rea­lis­ta. Otro aspec­to cues­tio­na­ble es la famo­sa esce­na del bal­cón; a tra­vés de un panel que adop­ta la for­ma de un muro incli­na­do, Roméo ascien­de la empi­na­da pared para estar cer­ca de su ama­da Julliet­te y des­cien­de a mane­ra de tobo­gán; ese sube y baja que se repi­te varias veces logra nue­va­men­te el jol­go­rio del públi­co en detri­men­to del liris­mo poé­ti­co impre­so por Shakespeare.

En líneas gene­ra­les, el aspec­to más cues­tio­na­ble de la pre­sen­te ver­sión es la ausen­cia de emo­ción que impi­de que la audien­cia pue­da invo­lu­crar­se en la tra­ge­dia de sus per­so­na­jes, con la excep­ción de la bri­llan­te inter­pre­ta­ción de Benoìt McGin­nis que logra trans­mi­tir la inten­si­dad y pate­tis­mo al per­so­na­je de Mer­cu­tio, don­de ade­más de ser el devo­to con­fi­den­te de Roméo en la ver­sión de Denoun­court se encuen­tra pro­fun­da­men­te ena­mo­ra­do de él.

A nivel de inter­pre­ta­ción, Phi­lip­pe Thi­bault-Denis se des­en­vuel­ve efi­cien­te­men­te como Roméo Mon­tai­gu pero en cam­bio la joven Marian­ne For­tier no resul­ta con­vin­cen­te como la can­do­ro­sa y pura Juliet­te Capu­let reve­lan­do cier­ta inex­pe­rien­cia en su debut tea­tral; eso impi­de que exis­ta la nece­sa­ria quí­mi­ca entre ambos per­so­na­jes, capaz de sedu­cir a la pla­tea. Los otros acto­res del vas­to repar­to se desem­pe­ñan satis­fac­to­ria­men­te sobre todo se des­ta­ca el dina­mis­mo y entu­sias­mo evi­den­cia­do por los jóve­nes acto­res como en el caso de Simon Pigeon, Gui­llau­me Gauthier, Mathieu Richard, Gabriel Lemi­re y Mikhaïl Ahooja.

Al mar­gen de las obser­va­cio­nes apun­ta­das, lo que se des­ta­ca nota­ble­men­te en esta pro­duc­ción son sus valo­res esté­ti­cos comen­zan­do por el exce­len­te ves­tua­rio de épo­ca con­ce­bi­do por Denon­co­urt con la valio­sa cola­bo­ra­ción de Pie­rre Guy-Lapoin­te, la ilu­mi­na­ción de Mar­tin Labrec­que y la fun­cio­nal esce­no­gra­fía de Gui­llau­me Lord.

Com­bi­nan­do la comi­ci­dad con la tra­ge­dia, Denon­co­urt ofre­ce una pro­duc­ción que aun­que sin duda ambi­cio­sa y visual­men­te esme­ra­da, su estruc­tu­ra dra­má­ti­ca no logra conmover.