THE DEBT (LA DEUDA). Estados Unidos-Perú-España, 2015. Un film escrito y dirigido por Barney Elliott.
En esta ópera prima del realizador Barney Elliott se podría aplicar la conocida frase de “quien mucho abarca poco aprieta”. Aunque el film demuestre su voluntad para reflejar las consecuencias de un mundo moderno globalizado y su efecto sobre gente humilde honesta, lo cierto es que el relato abarca demasiados tópicos sin que los mismos estén convenientemente analizados.
En primer lugar lo que trasciende de esta película es el modo en que instituciones financieras americanas tratan de lograr suculentos beneficios provenientes de las deudas contraídas por gobiernos latinoamericanos. En el primer segmento del film se ve a Oliver (Stephen Dorff), un astuto e inteligente banquero de Estados Unidos quien por mandato de su jefe (David Strathaim) viaja con su amigo peruano Ricardo (Alberto Ammann) al país andino para canjear bonos agrarios que tiempo atrás fueron emitidos y comprados a precios ínfimos. Cuando llegan a Perú se encuentran con que el gobierno no está financieramente preparado para cancelar la deuda asumida.
Una segunda historia paralela transcurre en Pampacancha, un alejado pueblo de la sierra peruana. Allí, en una asamblea de agricultores el acaudalado terrateniente y empresario Caravedo (Carlos Bardem) trata de defender los intereses del sector a través de una estrategia donde él resultará el gran beneficiado. Entre los asistentes se encuentra Fiorentino (Amiel Cayo), un obstinado y rebelde campesino que se niega a vender sus tierras pero que a la postre se verá presionado a hacerlo para salvar la vida de su hijo Diego (Marco Antonio Ramírez).
La tercera historia del film, que es la de mayor interés por su claridad expositiva, se ubica en Lima y se centra en María (Elsa Olivero), una honesta enfermera que desesperadamente trata de conseguir que su madre (Delfina Paredes) enferma pueda ser urgentemente operada; debido a que no cuenta con los medios financieros para afrontar la cirugía, ella deberá resignar sus principios éticos.
Aunque todos los personajes finalmente se entrelazan eso no evita que el film resulte fallido; eso es consecuencia de la poca experiencia del realizador en el tratamiento que le ha brindado a su relato, como así también debido a los problemas del guión donde además de esquemático y en gran parte confuso no profundiza debidamente en sus personajes, salvo el de María. En todo caso quedan reflejadas las buenas intenciones de Elliott en su crítica a los organismos multinacionales como así también con respecto al funcionamiento del servicio de salud que no protege suficientemente a quienes no disponen de los recursos económicos necesarios. Para concluir, el acierto del film reside en las interpretaciones donde a pesar de las limitaciones impuestas por el libreto el elenco se desempeña de manera irreprochable. Jorge Gutman