SWEET BEAN. Japón, 2015. Un film escrito y dirigido por Naomi Kawase
En Sweet Bean la prestigiosa realizadora japonesa Naomi Kawase relata un liviano drama donde se entremezcla el cine culinario con ciertos comentarios sociales. Basado en la novela An de Durian Sukegawa esta accesible historia de la realizadora se caracteriza por su sencillez y honestidad.
El relato presenta a Sentaro (Masatoshi Nagase) quien es dueño de un modesto local de panadería que prepara dorayakis –unos bizcochos de forma redonda rellenos de “an” (una pasta de poroto dulce). Cuando coloca un aviso buscando una persona que colabore en su cocina, se presenta Tokue (Kirin Kiki), una mujer de 76 años, quien es rechazada debido a su edad; sin embargo, cuando la anciana insiste en su propósito haciéndole probar la muestra de “an” que preparó, Sentaro cambia rápidamente de opinión tomándola a su servicio. Allí se aprecia a la infatigable panadera dedicando su máxima atención para que cada ingrediente utilizado resulte adecuadamente combinado a fin de obtener una pasta deliciosamente apetitosa.
Gracias a la receta secreta sobre la preparación de este relleno esencial, los negocios fructifican vertiginosamente para gran satisfacción del dueño; muy pronto entre él y su colaboradora va cimentándose una cordial relación que permitirá a cada uno de ellos revelar sus intimidades al otro.
La nota dramática se produce cuando en el pueblo donde transcurre la acción surgen rumores de que en el pasado Tokue había sido leprosa. A pesar de que ese mal es hoy día una enfermedad curable eso no evita que aún se lo considere como estigma social; aunque sin llegar a desmerecerlo, este tópico no logra insertarse cómodamente en el planteo central del relato.
La naturaleza sentimental del film está debidamente controlada y es quizá por ello que no suscite gran emoción; eso no afecta para que se lo aprecie con sumo agrado, aunque más no fuese por la actuación de la veterana Kirin Kiki quien infunde calidez en la composición de su noble personaje. Jorge Gutman