BLOOD FATHER. Francia, 2016. Un film de Jean-François Richet
Después de algunos años ausentes del cine, retorna el sexagenario Mel Gibson como protagonista de un film de acción donde es capaz de demostrar que aún conserva la energía necesaria para caracterizar a personajes dentro de este tipo de género. Aunque él sea la atracción más importante que depara Blood Father la historia relatada por el director francés Jean-François Richet no alcanza a trascender lo meramente rutinario.
El actor anima a John Link, un ex convicto, tratando de recuperarse definitivamente de su adicción alcohólica. Teniendo como vivienda una caravana ubicada en el desierto californiano, después de 9 años de haber estado en prisión, ahora intenta redimirse llevando una vida tranquila y dedicándose a efectuar tatuajes como profesión. Su tranquilidad se interrumpe cuando después de muchos años de ausencia aparece Lydia (Erin Moriarty), su hija adolescente alejada de él durante mucho tiempo; ella le pide que la proteja de peligrosos narcotraficantes que la persiguen por haber matado accidentalmente a su novio (Diego Luna) que había sido el líder criminal de la organización. Esa es la excusa para que a partir de ese momento, padre e hija se lancen a la carretera huyendo de los miembros del cartel con intención de matarlos como así también de la policía.
Gibson transmite muy bien la preocupación de un padre que hará lo imposible para salvar a Lydia, que a su vez constituirá otro motivo de redimirse al lado de su ser más querido. A pesar de su inobjetable actuación, él no puede compensar la falta de vitalidad necesaria del realizador inyectada al relato; así, la clásica persecución ya vista en múltiples otros filmes de semejante naturaleza y un encadenamiento de escenas no bien resueltas, conducen a una trama poco imaginativa. Unido a ello, la ausencia de una lógica narrativa motiva a que el film carezca de fuerza dramática y resulte poco convincente.
Los seguidores de Gibson que puedan abstraerse de los inconvenientes señalados y quieran sumergirse en algunas secuencias de violenta acción, podrán disfrutar de este pedestre thriller; en cambio hay serias dudas que el resto del público pueda apreciarlo. Jorge Gutman