ANTHROPOID. Gran Bretaña-Francia, 2016. Un film de Sean Ellis
Un drama histórico de la Segunda Guerra Mundial durante la ocupación alemana en Checoeslovaquia (hoy día la República Checa) es lo que se aprecia en Anthropoid.
Antes de comenzar el relato, el material de archivo más los títulos presentados en la pantalla ubican al espectador sobre lo que acontecía en ese momento. En 1941 el régimen nazi apostado en el país estuvo a cargo del teniente general Reinhard Heydrich, un importante comandante de Hitler conocido como “el carnicero de Praga” y que a su vez había sido uno de los arquitectos de la llamada “solución final”. Frente a esta situación Josef Gabcik (Cillian Murphy) y Jan Kubis (Jamie Dornan), dos sargentos checos expatriados, tienen la misión de dirigirse a Praga y llevar a cabo la Operación Antropoide consistente en asesinar al temido Heydrich.
La primera parte del film del director Sean Ellis muestra cómo los combatientes encuentran alojamiento en casa de una amable mujer (Alena Mihulova), donde no faltan los interludios románticos que Jan mantiene con Anna (Charlotte Le Bon) al punto de proponerle matrimonio y posteriormente Josef con Lenka (Anna Geislerova). Naturalmente, lo más importante es el contacto clandestino que mantienen con los miembros de la resistencia local a fin de planificar el atentado; dentro del grupo, hay ciertas opiniones discordantes de los que sostienen que llevar a cabo dicha misión podría repercutir desastrosamente por la venganza que los nazis ejercerían posteriormente contra la población local. Finalmente, el plan sigue el curso previsto y después de una hora de metraje, llega el momento de implementar el atentado. El mismo que tiene lugar en pleno centro de la ciudad no logra plenamente el objetivo perseguido porque Heydrich solo quedó malherido en el interior del coche en que transitaba.
Cuando unos días después el criminal nazi muere la respuesta de las fuerzas alemanas no se hace esperar; así se produce un enfrentamiento violento en una iglesia ortodoxa de Praga donde Gabcik, Kubis y los restantes integrantes de la resistencia han logrado refugiarse. Esas escenas de caos y horror, a pesar de dolorosas, están excelentemente orquestadas brindando un sorprendente realismo.
El film realizado con palpable seriedad y muy bien interpretado merece ciertas objeciones, aunque sin llegar a desmerecerlo. La primera de ellas es que el guión de Ellis escrito con Anthony Frewin destina demasiado tiempo a la preparación del atentado sin que exista una intriga lo suficientemente dramática para justificar su duración; es en su segunda mitad donde el ritmo se acelera lográndose un clima de real suspenso. El segundo reparo se refiere al idioma donde los personajes principales hablan en un pesado inglés; si la acción transcurre en Praga y los alemanes se expresan en su propia lengua habría resultado más conveniente que el idioma empleado fuese el checo a fin de que el relato lograra mayor autenticidad.
Aunque esta operación comando no ha sido muy difundida a nivel internacional, el film permite interiorizarse de los acontecimientos reseñados transmitiendo el valor y coraje de un grupo de hombres patriotas que prefirieron morir dignamente antes que entregarse al enemigo.
Los créditos finales indican que como consecuencia del asesinato de Heydrich, 5000 checos de la población civil ‑incluyendo mujeres y niños- fueron ejecutados por el sangriento régimen del Tercer Reich como un acto de revancha. Jorge Gutman