LITTLE MEN. Estados Unidos, 2016. Un film de Ira Sachs
El realizador Ira Sachs sigue demostrando cómo es posible lograr un film noble sin necesidad de acudir a efectos especiales o a técnicas sofisticadas. Así como lo reflejó en el emotivo film Love is Strange (2014), aquí vuelve a ratificar su gran solidez en relatar una historia sencilla pero de notable humanidad ilustrando la amistad que surge entre dos adolescentes y cómo la misma puede ser afectada por factores incontrolables.
Cuando la muerte del anciano padre de Brian (Greg Kinnear) motiva que él junto con su señora Kathy (Jennifer Ehle) y Jake (Theo Taplitz) se muden de Manhattan al edificio heredado situado en Brooklyn. El edificio incluye en la planta baja un local comercial alquilado a Leonor (Paulina García), una inmigrante chilena que vive con su hijo Tony (Michael Barbieri) de edad similar a la de Jake. Prontamente los dos muchachos llegan a entablar una relación afectiva. Con imágenes y diálogos certeros del guión del realizador y Mauricio Zacharias se observa cómo estos adolescentes disfrutan de la camaradería al propio tiempo que manifiestan sus aspiraciones en el mundo del arte.
El elemento que impulsa a la historia está determinado en el monto del arriendo del local alquilado. Cuando Brian nota que lo que Leonor paga por el alquiler del lugar que habita es demasiado bajo para una zona que se ha valorizado con el correr de los años, él le pide a su arrendatara que comprenda la situación y acepte las condiciones del nuevo contrato propuesto. Desafortunadamente ella no está en condiciones económicas de poder afrontar un alquiler mayor al que está pagando, utilizando como argumento la gran amistad que ella mantuvo con el padre de Brian. A pesar de su buena voluntad, Brian no puede aceptar que ella no acepte transigir en el pago de una renta superior, sobre todo teniendo en cuenta que él no tiene un buen ingreso como actor y que depende fundamentalmente de los ingresos de su mujer que ejerce como terapeuta.
Dicho lo que antecede, el film muestra esencialmente cómo los chicos que en última instancia dependen de sus padres no tienen derecho a voz ni a voto en el conflicto de intereses que mantienen sus padres..
Es remarcable el modo sutil en que Sachs expresa los sentimientos que animan a los mayores así como la forma en que la lamentable disputa repercute sensiblemente en estos adolescentes; así estos hombrecitos en pleno proceso de madurez deben aprender a adaptarse a la vida con los primeros encontronazos que encuentran en el largo camino que les tocará transitar..
Los personajes están magníficamente descriptos y enriquecidos por las actuaciones del elenco; los jóvenes actores transmitiendo una notable autenticidad están impecables, así como también se distingue Kinnear y sobre todo García que así como ha deslumbrado en Gloria (2014) vuelve a ratificar sus dotes de actriz conmoviendo como la humilde mujer que inesperadamente comprueba que su sueño americano se ha trizado.
En esencia, Sachs vuelve a dejar una gratísima impresión con este íntimo drama humano. Jorge Gutman