LA MÉCANIQUE DE L’OMBRE. Francia, 2016. Un film de Thomas Kruithof
Un drama de logrado suspenso es lo que se contempla en este relato que tiene como telón de fondo el mundo menos conocido de la trastienda política de Francia. Aunque se trata de una ficción, nada obsta para que uno pueda imaginar que lo que se muestra aquí adquiera visos reales.
Interpretado centralmente por François Cluzet la historia gira en torno de Duval, un hombre parisino de mediana edad que habiéndose desempeñado como un contador auditor de una empresa es despedido de la misma por la irresponsabilidad de uno de los empleados que tenía a su cargo. En esa etapa de su vida no le resulta fácil encontrar un nuevo empleo y es así que a medida que el tiempo transcurre, el desánimo cunde en él.
Dispuesto a aceptar cualquier oferta de trabajo, la oportunidad se le presenta cuando un buen día es citado por Clément (Denis Podalydes), un misterioso individuo que le ofrece una excelente remuneración para desempeñar un cargo bastante peculiar. Con el pretexto de preservar la seguridad nacional, su tarea consiste en grabar en una cinta magnética conversaciones de ciertos teléfonos que se encuentran intervenidos; posteriormente debe efectuar la transcripción de lo registrado utilizando para ello una máquina de escribir en lugar del computador a fin de evitar cualquier filtración. Su trabajo es realizado en un departamento prácticamente vacío de un moderno edificio de oficinas, donde nadie puede entrar ni saber qué es lo que él realiza.
La primera mitad de La mécanique de l’ombre muestra cómo Duval cumple rutinariamente con la labor asignada sin que nada relevante ocurra hasta un determinado momento. El relato cobra un giro diferente cuando en una de las conversaciones él percibe que se ha cometido un crimen; a eso se agrega la visita de Gerfaut (Simon Abkarian), un hombre que dice venir en nombre de Clément quien le señala que es a él a quien tiene que reportar las informaciones transcriptas. Los acontecimientos que se van acumulando precipitadamente hacen que Duval, un hombre común y corriente, se vea envuelto en la mecánica sombría de uno de los servicios secretos del Estado, donde no faltan las conspiraciones y espionajes políticos dentro del marco de una inminente elección presidencial.
El joven realizador Thomas Kruithof seguramente que ha visto valiosos filmes de este género tales como la magnífica película de espionaje The Conversation (1974), o bien Three Days of the Condor (1975), un apasionante thriller ambientado en la CIA. Sin llegar al mismo nivel, el presente film está muy bien realizado logrando mantener un ritmo dinámico en la intrigante historia planteada y además es prestigiado con la excelente interpretación de Cluzot. Jorge Gutman